Don't touch my kid ~°🦋

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Conway lleva a su hijo Horacio a comisaría como castigo

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--¿No puedo solo quedarme en casa? -- Se quejó Horacio muriendo de sueño en la parte de atrás del patrulla.

--No, la última vez que te castigue y te dejé en tu habitación Gustabo te ayudo a salir por la ventana para ir a la fiesta de Emilio y Pablito -- Explicó el mayor a su hijo aparcando el patrulla en los estacionamientos de comisaria.

--Es que esa fiesta no se podía perder, era la polla -- Explicó el adolescente saliendo detrás de su padre notando las confundidas miradas de los policías que rondaban la zona.

--Cuida tu lenguaje que sino tu madre me mata -- Le Dijo mientras entraba a la recepción de comisaría -- No se que saldrá hoy así que por las dudas te vas a quedar con Volkov por cualquier llamado que tenga.

--¡Eh supeh!... ¿Nuevo cadete?¿No es un poco...extravagante? -- Saludó un policía rubio con dicción graciosa mirando al joven chico de cresta roja.

Horacio lo miró con una ceja levantada repasando su outfit del día, pantalón rasgado negro, top negro con brillos y un corta vientos multicolor, sin mencionar que siempre mantenía su maquillaje de acuerdo a la paleta cromática a su ropa, se encontraba normal, para nada extravagante.

--Leónidas...es mi hijo y no va a trabajar aquí en su vida, lo tiene prohibido, ahora anda a patrullar o algo-- Respondió el mayor dejando al policía totalmente sorprendido.

En un millón de años hubiera pensado que ese chico era hijo del superintendente.

--¿Quien es Volkof? No me vayas a dejar con un viejo todo canoso y aburrido papá, para eso prefiero ir a un asilo -- Preguntó el adolescente siguiendo a su padre eligiendo olvidar que había pasado hace unos segundos

--Calla coño que esto no son unas vacaciones –Regañó el mayor empujando la puerta de su despacho -- Horacio este es el comisario Volkov, Volkov mi hijo Horacio.

--привет Horacio -- Saludo aquel chico de dos metros, pelo gris y pálida piel, Horacio sintió sus piernas temblar y no pudo apartar la mirada.

Se había enamorado.

(...)

--Volkov salió un código tres, quédate con Horacio hasta que vuelva y procura que termine lo que le pedí --Avisó el superintendente saliendo rápidamente de su despacho ordenando la maya por radio.

Horacio suspiró estirando su brazos, su padre le había dejado haciendo papeleo, era simplemente pasar los datos de los detenidos al Excel en el computador, pero eran tantos detenidos ya sentía sus dedos entumecidos, y aun se faltaban papeles.

Descansó su cabeza en el escrito viendo a aquel apuesto comisario hacer cosas en otra computadora, posiblemente más papeleo, pero aun así se veía como todo un dios, sonrió para si mismo y se levantó de la silla partiendo rumbo hacia él.

--...¿Así que eres ruso no?¿Hace mucho trabajas en la comisaría? -- Preguntó sentándose al lado de él en ese sillón de cuero, el mayor lo miró con una ceja alzada y contestó siguiendo con su trabajo.

--Afirmativo, nací en Rusia y llegué aquí hace cínico años, los mismo que llevó trabajando para su padre -- Horacio sintió su estómago explotar en mariposas al escuchar nuevamente la voz del comisario.

--Ya...veo...¿y tiene pareja Volkof? -- Siguió preguntando con una sonrisa de lado a lado de la cara que el alto miraba de reojo.

--Es Volkov y eso no es de su incumbencia...pero no tengo -- Contestó, ni con Conway hablaba tanto de su vida, pero no le veía el sentido en no contestarle a Horacio, el chico simplemente estaba aburrido.

--¿Porque? Si eres muy bonito, eres alto, fuerte, ruso y trabajas como comisario, debes tener miles detrás tuya -- Alagó el de cresta logrando sacar una risa sonrojada del contrario.

--No creo tener miles...¿tu me ves así Horacio? -- Indagó Volkov sin saber muy bien porque, ya ni atención le estaba prestando al trabajo.

--Claro que si, eres de los más guapos que conozco, yo conozco mucha gente...y usted comisario ¿Como me ve? -- Contestó acercándose aun más al alto quien ya no apartaba su mirada del adolescente.

--Eres muy bonito...demasiado para ser hijo de Conway -- Respondió sonriéndole, cualquiera que entrara juraría estar completamente loco, nadie creería ver al frio comisario de esa manera.

Tan embobado con alguien.

Y fue en ese momento que Horacio decidió ir un pasó más delante, porque su corazón se lo decía, porque quería ver hasta donde llegaba ese tira y afloja que estaba formando con el comisario, ágilmente tomó la computadora del regazo de Volkov y la remplazó por su hermoso cuerpo.

Ahora estaba sentado sobre aquel hermoso hombre.

--Pero, pero ¿que esta haciendo? -- Habló nervioso el ruso subiendo sus manos instintivamente como si lo estuvieran atracando-- Esto no esta bien, eres un crio.

--Esta equivocado ahí oficial, tengo diecinueve y dudó firmemente que usted tenga cuarenta y ocho como mi padre ¿Cuantos tienes? -- Preguntó dejando totalmente atrás la modestia y timidez anterior, el sabía lo que quería y lo iba a conseguir.

No por nada era hijo de Jack Conway.

--Veinticinco...¿no estas un poco viejo como para que tu padre te castigue? -- Contestó Volkov sintiendo como Horacio tomaba sus manos para posicionarlas sobre sus caderas levemente expuestas por el pantalón y el top.

--Un poco pero mientras viva en su techo...¿Esta libre este viernes comisario? --Explicó inclinándose sobre el pecho del alto notando como este presionaba sus manos sobre sus caderas.

--Por ti si -- Contestó dejándose llevar por aquél sentimiento que despertaba el menor sobre él, nunca antes alguna persona lo había puesto así, ni siquiera sus parejas, así que se propuso ver hasta donde llegaba.

--Perfecto, ambos tendremos una cita -- Sonrió Horacio tomando el mentón de Volkov acercando su cara para darle un beso que de apoco fue subiendo en intensidad, soltando sus sentidos y dejando paso libre a su manos para descubrir cuerpo ajeno.

Sus lenguas rápidamente se encontraron encajando perfectamente en un baile que parecía ensayado, ambos dejaban todo en esa batalla que no terminaba entre chasquidos y movimientos involuntarios, quizás las cosas habían escalado muy rápido, pero los dos lo querían así.

Lamentablemente a Volkov se le olvido una cosa.

--¡Que mierda estas haciendo con mi hijo capullo! --Gritó Conway al entrar a su oficina y ver como casi succionaban el alma de su pequeño -- ¡Don't touch my fucking kid!

Volkov nunca antes había corrido tan rápido en su vida con el superintendente y Horacio riéndose detrás intentando que su padre no lo matara.

Y aún si quedaba en el hospital la cita del viernes seguiría en pie, porque Horacio le había caído MUY bien.

Demasiado.

One Shots ~• GTA RolplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora