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Viktor Volkov no le tiene miedo a nada, salvo cuando parece que lo siguen a donde sea que vaya
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Las pisadas rápidas de los pulcros zapatos del comisario resonaron por los fantasmales pasillos de su apartamento, corría como si su vida dependiera de ello, pues en cierto punto eso era lo que pasaba.
Lo estaban siguiendo cual puta sombra jugando con su mente.
Viktor se denominaba una persona muy poco miedosa, demasiado poco para lo que conllevaba su amado trabajo, encerrar criminales, poner multas, desmantelar mafias y torturar para sacar información, aquello obviamente le iba a traer enemigos y grupos de personas que lo querían ver muerto, aun así siempre había podido dormir tranquilo por las noches.
Pero por alguna razón por primera vez en su vida aquel sentimiento le estaba comiendo la cabeza.
Hasta cuando se acostó en su cama tratando de dormir, ahí estaba, asechándolo cual sombra en su ventana, tuvo que ir a comprobar que no había nada y volver a poner los seguros, su pecho subía y bajaba en cortar respiraciones, su cuerpo sudaba en frío y sus músculos se tensaban a cualquier anomalía.
Ruidos y crujidos, sabía que alguien estaba en su casa, sabía que lo estaban siguiendo, sabía que en la noche entraban a su habitación solo para observarlo atentamente, sabía que ellos le estaban controlando cada puto paso, el los creía muertos o en perpetua, perdidos en el mundo luego de su servicio en Rusia pero ahora sabía que no era así.
Y por primera vez en todo ese mes sintió real terror cuando al despertar notó como le habían cortado los brazos dejándole marcas de claro significado para quien fue un expolicía ruso, su cuerpo dañado gravemente ni siquiera le dolía porque le habían drogado, todo sin darse cuenta.
Era momento de dejar su falsa valentía de lado y pedir ayuda a quien fuera que le quisiera escuchar delirar por el pasado.
--Привет...-- Saludó al entrar a la oficina de su jefe notando ahí a los dos subinspectores favoritos de la malla.
--Buenos días Volkov ¿necesitas algo? --Preguntó Gustabo en su silla, al parecer interrumpía alguna reunión, pero en ese momento todo le daba igual, quería seguir vivo al menos un momento más.
--Si...tengo miedo -- Susurró caminando al lado del superintendente donde siempre se ponía, tratando de alguna manera seguir sintiéndose el mismo de todos los días.
--¿Como? ¿Que quieres decir? -- Inquirió Conway notando rápidamente el cambio de humor que tenía su comisario.
Ese no era el Volkov de siempre.
--Siento que en cualquier momento me voy a morir -- Susurró con la garganta apretada, con dificultad en decir que pasaba, no era valiente, no estaba siendo el de todos los días, el valeroso comisario de los santos-- En Rusia...arresté y maté policías corruptos con los que trabajaba, me están siguiendo, están detrás mío, entran a mi casa, a comisaría...me drogan sin saberlo, me dejan mensajes.
Contó lentamente ante la atenta mirada de los tres hombres que rápidamente se pararon cual resorte de sus asientos al momento en que Volkov levantó las mangas de su camisa, las marcas seguían frescas, seguían abiertas y con sangre, de sus ojos brotaron lágrimas sintiendo como ese sentimiento le comía por dentro.
Como aquel horrible monstruo se expandía en su interior cual fuego ardiente quemando cada reacción lógica que podría tener, estaba bloqueado y adolorido, se sentía perdido y sin saber ni siquiera que estaba pasando a su alrededor, nunca había tenido miedo, terror de su situación.
Y lo peor era el conflicto interno que estaba teniendo.
--Me...me siento inútil, intenté llevarlo un mes por mi cuenta, porque soy un comisario, porque soy valiente...porque es lo que debo hacer, pero no puedo, ya no puedo, quiero seguir viviendo, viéndolos y manejando a la malla, necesitó ayuda, no sé qué hacer...no puedo seguir con esto...no quiero morir-- Sollozó preso de esos sentimientos que creía no tener.
--Hey...ven siéntate, Horacio trae un botiquín -- Habló el superintendente tomando al ruso para sentarlo en su silla de cuero --Escúchame atentamente Viktor, eres un humano y los humanos sienten todos los sentimientos en algún punto de su vida a menos que este algo mal en ellos...y tu eres la persona más sana que conozco, permítete sentir miedo, terror, permítete pedir ayuda...es una situación horrible y no quiero imaginar que es lo que te quieren hacer...me alegra y estoy orgulloso de ti por pedir ayuda, ahora nuestra prioridad es atraparlos y ayudarte...vivirás conmigo en el apartamento, estarás siempre cerca de algún miembro de comisaria, mejor si somos nosotros, eres parte de la policía y de nuestra familia, obviamente te vamos a ayudar...ahora tomate un tiempo para sentir todo lo que tengas que sentir -- Explicó Conway tomando el botiquín que le entregaba Horacio para limpiar las marcas en los brazos de Volkov.
Quien fuera quien lo seguía lo quería muerto o fuera de sí, y eso ellos no lo permitirían.
--Gracias...nunca he tenido...miedo, es nuevo...duele, molesta, no me deja quieto, me cansa... -- Agradeció mirando fijamente la luz en el techo y perdiéndose en ella como en sus pensamientos.
--Lo sabemos comisario, pero es natural, sin el miedo muchos de nosotros hubiéramos muerto antes de lo esperado -- Respondió Horacio acercándose a este para tomarle la mano, un gestó que venia haciendo desde que entró a comisaría pero que en ese momento el ruso lo sintió como un gran pilar, un gesto reconfortante de algo que conocía, que sabía y entendía.
El miedo era algo quizás que siempre estuvo retenido en el fondo de su cuerpo, esperando por salir en una situación como esa, donde de no ser por el terror que sentía de volver a su apartamento ese día a buscar sus cosas, quizás y muy posiblemente hubiera muerto por la gran explosión que hubo en su casa.
Un atentado a su vida, nombre y cordura.
El miedo era humano, advertía de cosas y duraba mucho en irse, demasiado, y eso lo tendría que aprender paso a paso.
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One Shots ~• GTA Rolplay
Fanfiction°• Diferentes One-shot de los personajes de rolplay, más específicamente Gustabo, Horacio, Volkov y Conway, aunque siempre hay espacio para los demás. •° °Se aceptan ideas. °No todas serán románticas. °Ninguna tendrá segundas partes. °Se centra en S...