One Shots ~• GTA Rolplay

Fairy wings ~°🐻

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Al pequeño Horacio le han enseñado que los humanos son peligrosos, pero cuando se mojan sus alas parecen ser la única opción.

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--La última vez que vengo con ustedes a este bosque de mierda, ¡esta llenó de mosquitos! --Se quejó el adolescente a su tío y padre que preparaban un asado en el patio trasero de la cabaña.

--Eres mi hijo no tienes opción Gustabo -- Gritó Jack haciendo reír a Viktor quien a su lado cortaba la leña.

--Eres igual a papá Jack, pero igual, igual--Rio clavando el hacha en ese tronco partiéndolo a la mitad --¿Porque no vas a buscar unos palitos para el fuego? Quizás así te diviertes o algo.

--Lo haré solo porque parece que me quieren chupar toda la sangre estos hijos de puta -- Dijo enojado partiendo al bosque mientras movía sus brazos tratando de disipar a esos horribles insectos -- Pareciera que mi sangre es gourmet, santa madre de cristo.

Siguió hablando Gustabo mientras se alejaban de la cabaña y recogía cualquier palito seco que encontraba, había llovido un poco esa mañana así que debía revisar muy bien para no crear de la parrilla un ahumador.

Caminó y caminó juntando palitos, conocía los alrededores como la palma de su mano, la cabaña y la parcela eran de la familia de su padre y cada verano desde pequeño iba ahí con su padre y tío, no había rincón de ese tupido bosque que no conocieran ya, ningún rincón se salvaba de ser uno de sus escenarios para las épicas aventuras que vivía de niño.

Su imaginación era muy grande y más con las historias que le contaban sus abuelos sobre aquel bosque, recordaba aún los cuentos sobre ninfas y protectores de las profundidades, lagos encantados que albergaban sirenas, árboles enormes que poseían cualidades mágicas y sobre todos hadas, sus abuelos siempre le contaban sobre aquellas pequeñas criaturas mágicas con apariencia humana y alas.

Cuando niño le encantaba pensar que algún día sería digno de verlas, que algún día el bosque le permitiría ver aquellos seres mágicos como le permitió verlos en su día a sus abuelos, pero aquella ilusión quedó rápidamente en un recuerdo cuando su padre y tío le explicaron que aquello no eran más que historias inventadas, mentiras que creaban para entretenerlo.

Gustabo al crecer perdió toda fe que ver aquellas criaturas y como su padre y tío empezó a ver el bosque por lo que era, un bosque húmedo y verde, sin magia ni encanto, solo irritantes insectos.

Pero aún en lo más hondo de su corazón estaba esa ilusión de ser digno para el bosque y que éste le dejara ver sus misterios.

--Me hubiera quedado jugando con Toni y Carlo en su casa, hace frío, tengo hambre, esto esta mojado y estoy todo picado coño --Se quejó el adolescente mientras recogía otro palito, miró cuantos llevaba y decidió que recogería unos pocos más y volvería a la cabaña.

Caminó hasta un claro rodeado por altos árboles donde de pequeño pensaba que se escondía el lago de sirenas y se dedicó a recoger los palos ahí botados, eso hasta que una rama le cayó en la cabeza.

--¿Pero...? putos animales -- Refunfuñó mientras escuchaba pequeños sonidos, como quejidos, pero poco le importó mucho y tomó sus palitos decidiendo irse del lugar, lamentablemente otra rama ahora más grande le cayó en la cabeza-- ¿¡Pero que pasa tío!?

--¡Oye! --Habló una voz muy tenue en la inmensidad del bosque que hizo parar abruptamente a Gustabo.

--¿Sí? ... ¿Quién anda ahí? -- Preguntó entre confuso y asustado, que supiera nadie más que su familia tenía acceso a ese bosque, si alguien había entrado no eran buenas noticias