Suelo ~°🐻

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Horacio se siente mal, muy mal, pero nadie parece prestarle atención

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El día ya se veía mal cuando al levantarse esa mañana su cuerpo parecía quemar a cada respiración que daba y su cabeza adolorida daba vueltas al pestañear.

Se sentó en su cama sacando unas pastillas contra el dolor de su recamara, de esas que le daban en comisaría cuando terminaban muertos por algún robo o tiroteo, eran fuertes pero no podía enfermarse, tenía que seguir trabajando, seguir demostrando que podía ser un buen policía.

Tragó las pastillas con agua y apoyado en la mesa de su pequeña cocina esperó a que toda esa mala sensación se fuera, una vez más repuesto pero con su mente en otra dimensión fue directamente a cambiarse el pijama que parecía rasparle la piel por muy suave que fuera, no tenía ganas de comer.

O mejor dicho no podía comer, solo con ver un mínimo alimento su estómago alegaba y amenazaba con hacerlo vomitar.

Ya vestido con el uniforme básico salió cansado y arrastrando los pies de su casa mientras se cubría su pelo alborotado con un gorro, no tenía fuerzas para peinar su cresta como regularmente lo hacía, las pastillas con su efecto calmante más el fuerte malestar que le perseguían ni siquiera le dejaban ganas para maquillarse como tanto le gustaba hacer.

Realmente estaba sufriendo, pero creía fielmente que con las pastillas mejoraría al menos como para trabajar normalmente ese día, no creía que le fueran a hacer mal.

Al llegar a la comisaría saludó a todos como normalmente lo hacia y fue a ponerse si chaleco a los armarios donde se encontró con su hermano.

Sus manos hormigueaban como si se le fueran a caer, pero aun podía tomar correctamente las cosas, ¿eso era efecto de las pastillas o de su malestar?

--¡Hey perla! ¿Preparado para más éxitos? --Preguntó enérgico el rubio chocado su mano contra el hombro del de cresta.

Horacio tuvo que retener la mueca de dolor y rezar para no perder el equilibrio.

--Si...aunque no me siento muy bien --Confesó sabiendo que no podía mentirle a Gustabo, quizás era mejor decir como se sentía.

--Pero no es nada hombre si tu nunca te enfermas....además sabes que en la comisaría si no tienes un hueso roto sigues trabajando, te espero en el patrulla que hoy tenemos a nuestro nombre todos los anuncios de robo-- Bromeó su hermano saliendo de los armarios,

No había sido su intención, de hecho Gustabo siempre era si de directo, frio, bromista, pero ahora había calado un poco más de lo que debía en los sentimientos del moreno.

Horacio caminó a la sala de armas a recoger su pistola reglamentaria mientras su cabeza daba vueltas y sentía que sus piernas fallaban, algo andaba mal en el ese día, era obvio, se sentía muy mal, pero quizás su hermano tenía razón, si no era algo de vida o muerte no valía la pena mencionarlo, en comisaría si no tenías un hueso fuera tenías que seguir trabajando, Volkov trabajaba aún que su cabeza reventara, Greco había ido a trabajar luego de una operación, Conway trabajaba hasta con disparos en el pecho.

Quizás estaba exagerando.

Corrió como pudo al patrulla sonriéndole falsamente al rubio, subió y juntos dieron vueltas por la ciudad hasta que los llamaron a esos magníficos robos, trataría de ser él de siempre, de ser como debía ser.

Se podría decir que solo hizo lo que hacía todos los días, que puso el mismo esfuerzo y energía con la sonrisa en los labios, pero luego de uno a tiros y una persecución con Gustabo al mando todo a su alrededor parecía un infierno.

One Shots ~• GTA RolplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora