Modelo A NO Seguir | TianShan.

Visitas Temblorosas.

⠀

Habían pasado días desde lo ocurrido, por supuesto que Tian no había dejado de ir a aquel restaurante, solo que ahora eran menos las veces que lo hacía, debido a su actual apretada agenda la cual le hacía enfadarse por no poder permitirse poner un pie en aquel local de manera diaria. Aun así, le bastaba con ir algún día de la semana, o dos veces. Pero esto no le ponía feliz, era rara la vez que podía toparse con el pelirrojo y aunque le haya dado su número personal para saber si este al menos le decía algo, no había tenido ningún mensaje. He Tian no quería sonar como un intenso. incluso si ya lo era, su manager le había gritado que se calmara y dejara de hacer tanto drama por no tener ningún mensaje por parte de Mo Guan Shan, claro que esto no le prohibía soltar suspiros cuando veía la foto de perfil del número del gerente de aquel lugar.

Era el chico de cabellos rojizos que tanto amaba, y el seguidor de este de cabello rapado, este último sonriendo hacia la cámara mientras ambos sostenían un cartel que Tian daba por hecho que tenía información sobre su lugar favorito, no se había dado el tiempo de mirar atentamente las letras en aquel cartel, puesto que cuando ampliaba aquella imagen solo lo hacia para mirar a su amado. Soltando suspiros como una colegiala y pataleando en el aire, era su rutina de noche y lo único que lo ponía feliz después de un cansador día de trabajo

Pero no pasaba por hecho que el otro chico parecía no recordarle. 

Bufo, recordándose que sea como sea y el método que use, terminaría estando nuevamente en el corazón del ojimiel.
⠀

Carraspeó, cubriéndose levemente la boca mientras jóvenes pasaban detrás suyo mirandoles con el rostro rojo o preguntándose si sus ojos les engañaban. Trató de sacudirse discretamente, mientras tomaba con sus manos un pequeño ramo de lirios que se movían de forma suave y ligera debido al poco viento que hacía en las calles. Si le preguntaban al pelinegro, diría que no era del tipo romántico que al estar enamorado tendía a dejarle obsequios a quien le gustaba, y antes no era así, incluso en el tiempo que estuvo en el instituto y se la pasaba cual perro faldero detrás del trasero del pelirrojo, He Tian nunca había sido un hombre que le haya dado aunque sea un dulce al menor. Pero esto era el ahora, y ahora se encontraba soplando contra la palma de su mano para comprobar que tenía buen aliento, Se relajo un poco, entrando por la puerta del lugar siendo saludado por el sonido tan lindo de la campana, anunciando su llegada al restaurante.