Modelo A NO Seguir | TianShan.

Dia de Descanso.

Habían pasado aproximadamente dos días desde que había visto al modelo, se había despedido, claro, avisando que no lo vería en por lo menos una semana o incluso un poco más. La razón por la que Mo Guan Shan no iba a estar presente, era porque visitaría a su madre. ¿Cuánto había pasado desde la ultima vez que la vio? Ya habían sido años, desde que lo habían sacado de aquel hospital, se habían mudado y después tomó su rumbo cual pájaro encantado.
La puerta de aquella casa en la que su madre había estado, seguía igual. Una puerta color blanca y como siempre, plantas en aquel patio frontal, no se quería ni imaginar el trasero. Desde que había sido de alta, la señora Mo se había enamorado de las plantas, que su hijo se mudara para crear su propio negocio solo ocasiono que mas plantas hicieran su llegada a aquel hogar.

El timbro tocó una melodía de ahí salió, espero pacientemente después de que su madre gritara desde adentro de la casa, comprobando que estaba ahí y que iba hacia la puerta, la cual no tardo mas que doce segundos en abrirse, una señora de cabellos rojo cenizo salió feliz, abrazando a aquel hijo que tanto había criado con amor.

— Momo. —Suspiro con satisfacción, sintiendo como el menor correspondía al abrazo con alegría también, aunque no era tan expresivo, lo sentía.— Mi niño, has crecido tanto, es como si ya fueras todo un adulto.

— Mamá, soy todo un adulto. —las mejillas de Mo se colorearon ante la sensación de ser mimado, escuchando la risa suave de su madre quien toco sus mejillas.

— Ven, pásale, hice arroz.

Ambos cuerpos desaparecieron por la puerta, entrando a aquella acogedora casa.

Dio un sorbo a aquel vaso de jugo, después de haber comido, la señora Mo había puesto un montón de galletas encima de la mesa, haciendo brillar los ojos de su hijo quien de forma tranquila, aunque emocionado internamente, empezó a tomar una por una.

Estaba tan feliz que se sentía como un niño pequeño.

— Bien, Mozi, cuéntame, ¿Cómo va tu restaurante? —La adulta sonrió mirando con ternura a su hijo, quien la miro con los ojos abiertos y termino de meter la galleta a su boca, masticándola lo mas rápido que podía para poder hablar pronto.