Modelo A NO Seguir | TianShan.

Algo es Algo.

Aquel, en un día de trabajo.

La campana sonó, aquella campana tan pequeña que estaba colgada de la puerta, y la cual anunciaba la llegada de alguien, sorprendentemente para todos y sorpresa de She Li, el rostro de Mo Guan Shan quien siempre fruncía su ceño como si todos le molestaran con su sola presencia, se relajo un poco, notando el brillo casi disimulado en sus ojos de miel y como este trataba de fingir su emoción mientras avanzaba al mostrador.

Ese pelinegro, el platinado empezaba a sentirse fastidiado, no había podido coquetear con el pelirrojo en paz, y aunque sabia que en parte se debía a que no tenia buena personalidad, tanto el como Mo chocaban en sus formas de ser, aun así Li le culpaba a aquel chico alto, quien ahora miraba de forma coqueta a su rojizo, mientras de momento, Shan le explicaba el menu con tranquilidad. Desde que Mo Guan Shan había entrado a aquella cafetería a trabajar, He Tian no faltaba en ningún día en ir y ver a su novio, claro, solo iba los días en los que el ojimiel trabajaba, era un deleite para Tian verlo con aquel uniforme y el mantel amarrado a su cintura, definía muy bien esa parte de su cuerpo, y He le gustaba mirar el cuerpo de Guan Shan, ya sea que estuviera cubierto o no.

— Mhm, la verdad... Te recomiendo que compres este y ese postre. — Uno de los dedos delgados señalo ciertos aperitivos del menú, causando que los ojos de He se apresuraran a ir a ese lugar, divirtiéndose ante el ingenio de su dulce pareja.

— Pequeño Mo... De verdad quieres hacerme gastar dinero. —La mirada de enamorado no escondía nada, incluso los clientes sentados miraban avergonzados a aquella linda pareja, que en cualquier movimiento gritaban que estaban saliendo.— Esta bien, pídeme eso, gastaré por ti. —Y He Tian siempre le hablaba en un tono tan dulce que lo estremecía, haciéndole fruncir las cejas y los labios, asintiendo ante aquello.

Todo eso le generaba molestia a aquella serpiente, tanto que quería tomar al rojizo en cualquier momento y decirle a aquel tipo que no lo tocara, a pesar de que Mo Guan Shan ni siquiera le hacía caso, estaba seguro de que era por aquel chico.

— ¿Quién es, Mo Guan Shan? —Trato, en realidad trato que su pregunta no sonara arrogante, fingiendo un tono de curiosidad y sonriendo de forma leve hacia el ojimiel, quien ni siquiera le dedico una mirada, este solo miraba hacia el pelinegro.

— Es, ah... Alguien cercano a mi. —Le fulminó, había notado el color tan cálido que tomó las orejas del menor, sintiéndose celoso por aquella escena.

Ahí fue que She Li pensó, si sería buena idea eliminar a He Tian del mundo de Guan Shan.