Tiempo De Espera.

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Mo Guan Shan solo atinó a fruncir el ceño, estaba molesto con el hecho de que estuviera siendo alejado como si nada

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Mo Guan Shan solo atinó a fruncir el ceño, estaba molesto con el hecho de que estuviera siendo alejado como si nada. Miró a los ojos de He Tian, y por primera vez, estos no le miraban, estaban en un punto fijo tan cansados y gritándole en silencio que se sentía mal, de alguna manera podía leerlo, podía sentir casi como se sentía el pelinegro.

— Yo, no quiero irme, He Tian. —Habló, frunciendo los labios durante un rato y estrujando su propia ropa en sus puños.— Ya estuviste alejado de medio mundo durante un rato, ¿Por qué me estás alejando?

— Solo vete, Mo. —Rogó, sintiéndose fastidiado de todo. Tian no sabía como sobrellevar todo eso, mucho menos si el Mo enfrente suyo no era el Mo que conocía desde antes.

Sin saberlo ese era el problema. El pelinegro no podía entender bien al pelirrojo, porque este era un poco diferente de como era, He Tian olvidaba el factor de que no era su culpa si no de la perdida de memoria, y aún así, seguía estancado con un pasado que fue olvidado por el otro. Seguía comparando a Guan Shan con el del pasado.
Abrió los ojos de más, acercándose lo más que pudo al pelirrojo y con ambos mirándose frente a frente y ojo con ojo, la luz de la luna acariciaba sus siluetas dándoles protagonismo, aquí, en la ciudad, y en todo el mundo, porque al parecer el tiempo se había detenido de la nada.

— ¿De verdad quieres que me vaya? —No quisiera haber sonado hostil, pero hablo de forma tan golpeada que la mueca dolida de He Tian le hacía tensarse, si de verdad lo quería afuera entonces que lo sacara, pero Mo no quería irse, no esta vez.
Lo vio, cuando cerró los ojos fuertemente y de la nada se tambaleo en su lugar, supuso que se había mareado pero no quería acercarse lo suficiente como para que el otro estuviera peor.— Yo de verdad me preocupe por ti.

Preocuparse. La última vez que paso aquello fue cuando todavía no caían en la desgracia, He Tian quería llorar y se odiaba por recordar tantas cosas en ese mismo instante, quería golpearse por ser el único atrapado en el pasado.

— No te conozco bien, He Tian. —Si que lo hacía.— No se porque se te ocurrió encerrarte de la nada como un puto emo, pero a todos les preocupas, me preocupas, ya ha pasado una semana. Me has estado ignorando a pesar de que se que no hice nada malo. —Dejo la vista clavada en el suelo, como si este fuera el que le estuviera hablando, no tenía corazón para mirar a Shan aún sabiendo que era verdad. Mozi no tenía la culpa de nada.— ¿Hice algo mal? —A pesar de que sonaba honesto hizo sonreír de una manera tan nostálgica a Tian, era como esas veces en las que el ojimiel le regañaba y de la nada parloteaba con un tono suave. Lo encaró, encaro aquellos ojos que tanto le habían recordado porque vivía, aquellos caramelos que había perseguido durante media vida y aquel chico que parecía que había extrañado durante varias vidas. Pero no pudo, no pudo observarle sin que los ojos se le cristalizaran, y antes de soltar la lágrima, encerró al más bajo entre sus brazos, agarrándolo a su cuerpo y sobresaltando al rojizo quien le miró de reojo confundido, con sus cejas arrugándose entre si.

— No hiciste nada malo, Mozi, no. —Escupió aquello de la nada, con la voz entrecortada tanto que daba por hecho que estaba llorando, o tal vez, solo aguantándose las ganas de hacerlo.— Ojala pudieras recordar. —El susurro tan lejano le pareció cercano, a pesar de lo bajo que había sido la cercanía que tenían entre si le permitía escuchar todo, flaqueó por unos instantes y colocó las manos en el pecho de He, confuso de todo y confuso del ahora.

Modelo A NO Seguir | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora