Familiar.

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Las manos de la mujer tocaban sus cabellos, peinándolos, acariciándolos, relajándolo al punto que su ceño dejaba de estar fruncido y comenzaba a tener sueño

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Las manos de la mujer tocaban sus cabellos, peinándolos, acariciándolos, relajándolo al punto que su ceño dejaba de estar fruncido y comenzaba a tener sueño. Otra de las tantas peleas de su hijo e incluso comenzaba a darle ternura aquel romance. Tan explosivos. Ahora había sido por celos, su hijo, a pesar de dar una apariencia de estar enojado, era alguien expresivo cuando estaba solo, o con quienes mas quería.

- No me gusta que le de apodos a las demás personas. -Murmuró, la voz como cansada por haber llorado anteriormente, y un puchero que aparecía.- Es molesto que me diga tantos apodos, se sienten especiales y después se los dice a alguien más.

- Mhm, He Tian es así, ¿No, cielo? -preguntó sonriendo, sorprendida de tantas emociones que vivía su retoño desde que había empezado a salir con aquel muchachito.

- Lo sé, pero quisiera seguir escuchándolo llamarme de formas estúpidas solo a mi. -se quejó, calmándose y suspirando, con el corazón a mil.- Me sentiría horrible que sus apodos dejarán de ser para mi. Esas cosa... Mozi, momo, montaña incluso, suena estúpido. -las palabras iban a largo. La señora Mo no podía sentir nada negativo respecto a aquello, era tan lindo ver a su hijo actuar enamorado.- Me gusta cuando me llama así, me sentiría vacío si algún día esas palabras dejaran de existir.

No estaba familiarizada con aquel sentimiento de dejar atrás a los amigos de su hijo, pero era por un bien mayor

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No estaba familiarizada con aquel sentimiento de dejar atrás a los amigos de su hijo, pero era por un bien mayor. Había tenido problemas aceptando que lo mejor era alejar a Mo Guan Shan por un tiempo, hasta que no sufriera de delirios cada vez que uno de aquellos jóvenes trataba de volverlo a la realidad. Eran un grupo ruidoso, lo habían sido, ahora ya no. Se había repetido que las cosas habían pasado por algo, pero no era así. Estaba cien por ciento convencida de que su hijo necesitaba estar con aquellos chicos y crecer junto a ellos, le habían enseñado tantas cosas que incluso ella se daba cuenta. Tosió, cubriendo su boca y riendo por la nostalgia. Miro a su pequeño acomodar ropa en aquellas maletas, era como ver a su hijo con una cara tan serena que no mostraba emoción alguna, estaba segura de que seria así. Eso le entristecía.

- ¿Estas listo para irnos? -pregunto con una sonrisa, tan dulce mujer y tan comprensible. Mo la miro y verifico que no faltara nada.- Mozi.

Nombró, recordando a aquel pelinegro que antes se la pasaba de aquí a allá con Mo, yendo y viniendo, hablando a veces y otras donde los veía tan callados pero atentos al otro.

Modelo A NO Seguir | TianShan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora