Modelo A NO Seguir | TianShan.

Dulces Amores.

El sol torturó los ojos de Mo Guan Shan repentinamente, estos abriéndose debido a la molestia que le iluminaba toda la cara ahora mismo.
Gruño, enojado por la interrupción a su sueño y el dolor de cabeza que se apoderó de él, tan pronto logro abrir por completo los ojos se quedo perplejo, sabía donde estaba, claro que lo sabía, ya había estado ahí, así que en un vistazo de susto se levanto la cobija de las piernas y suspiro al notar la clara normalidad de su cuerpo.

Aún así se pensó el porque esperaba algo.

Se levantó, dando apretones en su propia cabeza mientras fruncía el ceño, ahora mismo no sabía que había pasado pero estaba tan cansado que se sentía como si hubiera estado cargando cajas de metal con la cabeza.

La imagen de He Tian tomando un café mientras veía su celular se cruzo por sus ojos, tanta tranquilidad en una sola imagen que lo hacía sentir raro.

— ¿He Tian? —Preguntó, arrastrando palabras debido al cansancio que aún sentía sobre sus hombros, a pesar de ello, sentía alivio.— ¿Qué haces tan temprano?

Los labios de Tian se alargaron formando una curva, una sonrisa tan bonita que le quitaba el dolor de cabeza, lo subía al cielo y lo dejaba volando por ahí. ¿He Tian siempre fue tan lindo? Claro que si, si por algo el mayor era un modelo reconocido, no se esperaba menos de él.

—Momo, despertaste. Buenos días. —Saludó con alegría desbordando de su cuerpo y llegando hacía el alma de Mo.— Toma el té que está ahí, te quitará el dolor de cabeza.— Le señalo amablemente, el rojizo noto las mejillas rosadas del pelinegro, más no dijo nada, creía que He siempre había tenido ese comportamiento con él.— ¿Dormiste bien? Espero que la cama haya sido cómoda para ti, Mo.

— Siento como si hubiera dormido años. —Se quejó, estirándose en su lugar y empezando a sentarse, su mano agarró con calma la taza de té y comenzó a beberla con toda la tranquilidad del mundo, total, el mundo no se le escaparía.

— Parece que si, son las tres de la tarde.

Escupió todo el té encima del chico de cabellos negros, dejándolo aturdido y pronto sintiendo el toque de Guan Shan por todas las partes de su cara.

— ¡Mierda, lo siento! —Trato de limpiarle lo más que pudo, sintiendo bajo sus manos como el modelo reía.

Las gotas de la bebida que habían sido esparcidas sobre He Tian desaparecieron casi en su totalidad, y para eliminarlas todas, Tian agarró un pequeño trapo pasándolo por su cara.

— ¿Por qué el susto? —Bromeó, mirando de reojo al menor quien nervioso terminó de beber su té con rapidez inhumana.

— ¡Debería estar en el restaurante! —Gritó, corriendo hacía la puerta del departamento y colocándose los zapatos, He Tian, entre alegrías que soltaban risas empezó a abrir la puerta.— Si llego tarde los imbéciles dejarán hecho todo un desastre. —Se notaba apresurado, ni siquiera podía ponerse correctamente los zapatos.