Hermana de Katsuki Bakugou - Eijiro Kirishima

8

Apenas entré, recorrí todo el lugar, nada extraño, nada inusual, hasta que tuve que volver al punto que me indicaron, apenas entré comencé a recorrerlo, hasta que llegué a una habitación, con mi celular en mano, envié un mensaje, debían entrar pronto.

Pero, no pude entrar, asique me metí al primer espacio que pude, por un orificio vi a Chisaki, ¿está sería la predicción de Sir Night?, pero se fue, esperé un momento, pero no hubo movimiento, estaba dispuesta a salir, pero un mensaje me lo impido.

Quédate ahí.

Dos palabras, suficientes para detenerme, no pasó mucho cuando de nueva cuenta apareció Chisaki, esta vez acompañado por otro hombre y con la niña en sus brazos.

Debía esperar nuevas órdenes, pero tampoco podía quedarme ahí por siempre, había pasado un par de minutos hasta que llegó otro mensaje.

Explota el lugar para ir hacía ahí.

Aun por mi abertura, dejé salir nitroglicerina, como un pequeño canal, lo suficiente para que se mueva, y hacerlo explotar, esperé un momento hasta que sentí a alguien venir.

Era Mirio.

Juntos comenzamos a ir más rápido, había dejado el lugar con nitroglicerina, hasta que lograron alcanzarlos.

Sujeté a la niña dispuesta a irme, pero un empujón hizo que la soltara y yo cayera al piso con un pico atravesándome el abdomen, y ahí lo vi.

Mirio no usaba su don, lancé nitroglicerina en su dirección haciéndolas explotar, pero, de pronto entró Midoriya.

Empecé a llevarme a la niña y a Mirio, pero la hemorragia no paraba, la voz de Chisaki había empezado a sonar, y yo trataba de detener a Eri-chan, pero con Mirio inconsciente era difícil.

Aun así, debía ir.

No sabía lo que había pasado, pero Midoriya lo logró, la salvó, Froppy había venido en nuestro rescate, traté de no apoyarme mucho en ella, pero las fuerzas empezaban a irse.

Cuando salimos la policía había llegado. Mi abdomen dolía demasiado, ¿de qué me sirvió infiltrarme?

Había sido llevada directamente al hospital, junto a mí, Sir Night estaba en casi mí mismo estado.

No sabía lo que pasaba, pero si sabía que la oscuridad estaba desapareciendo.

Una cabellera roja se veía.

— ¡Katsumi! – miré al causante de ello.

— Me siento horrible – por la puerta pasaron los demás - ¿dónde está Eri-chan?

— Ella está bien, curé tus heridas, pero, no sé ni porque estas aquí, creíamos que tendrías el mismo destino que Sir.

— ¿Mismo destino? – y entonces lo recordé, lo había visto, una roca en su estómago, si no hubiera explotado esos picos, ¿tampoco estaría aquí? – ya veo...

— Continuaremos tu tratamiento en la UA – mi camino a la UA fue silencioso, tenso, y débil, Endevor dijo que me entrenaría el doble, cuando esté totalmente recuperada, apenas llegamos, y me dejaron en mi edificio, fui recibida por varios de mis compañeros, me ayudaron a llevarme a mi habitación, no sin antes despedirme de ellos.

Al siguiente día, contacte a mamá, sabía que seguiría preocupada, pero estaba feliz de que siga con vida, por los pelos, pero con vida.

Al salir, Kiri estaba ahí.

— Buenos días – al instante me miró tomándome de la mano.

— Katsumi, buenos días, vamos, Bakubro quiere verte.