Ese año había empezado bastante bien para Tartaglia, aunque fue gracias a un corazón roto que lo logró. En diciembre del 2019, la chica que le gustaba jugó con él y sus sentimientos, y eso le dolió. Aunque luego el dolor fue una motivación para cambiar y así, hacerle ver a la chica de lo que se perdió. En verano del 2020, comenzó a hacer una dieta estricta, bajó de peso, jugaba su deporte favorito: basquetball, y desde entonces su vida se volvió mejor. Él se sentía feliz, tenía una buena familia, grandes amigos y no había pasado por bajones emocionales tan grandes que interrumpieran su línea.
Algo que adoraba también, era jugar vídeojuegos. De pequeño siempre le encantaron, y sus abuelos, que para él eran sus padres, le regalaban diferentes consolas y juegos nuevos para que él pudiera disfrutarlos. Además, con su grupo de amigos la pasaba bastante bien en la plataforma online. En ese verano también metieron a jugar un día a su ex-compañera, aunque ellos no sabían que ésta se había cambiado de instituto, pero bueno. Tartaglia le tenía cariño y la encontraba muy atractiva, y recordaba que antes se trataban como hermanos.
Quería jugar y hablar con ella más seguido, pero no sabía cómo, no era bueno para expresarse a través de mensajes de texto y ella dijo que no tenía micrófono para hablar por un grupo de voz como los demás, así que tuvo que conformarse con jugar con ella en silencio.
Se dio cuenta que jugaba mucho a un juego battle royale en específico, así que se esforzó en subir de nivel y mejorar para que ella quisiera jugar con él, ya que temía que no quisiera debido a que su rendimiento no era tan bueno como el de ella.
La empezó a seguir en dud redes sociales, y gracias a lo que publicaba, se dio cuenta que amaba el anime, así que empezó a ver todos los que a ella le gustaban, para que pudieran enfocarse en un tema de interés para ambos cuando volvieran a clases.De alguna forma, Tartaglia estaba feliz y se estaba esforzando para poder volver a ser su amigo.
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040422 [chilumi;au]
Short Storyno fue ni el momento, ni nuestra versión de nosotros mismos, mi amor.