𝟦𝟥. 𝗅𝖺 𝗍𝗋𝖺𝗂𝖽𝗈𝗋𝖺

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🌿✨ 𓄴 SEMPITERNO presents to you
▬ ▬▬ Chapter forty three.

The traitor  ❞

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Victoire y Annabeth lograron llegar hasta el helicóptero; la castaña ayudó a la hija de Atenea a llegar hasta al puerta de éste y ambas entraron, arrastrando a Rachel al interior. Sin embargo en todo aquel ajetreo, Guido, el pegaso que había llamado Annabeth, se lastimó el ala con la plancha del helicóptero y se precipitó hacia el suelo.

—¡No! —grito Tori y se lanzó en picada por él, dejando a Annabeth en el helicóptero con Dare.

Victoire rodeo a Guido con su látigo y abrió sus alas de golpe. El peso del pegaso intentó arrastrarla abajo pero Tori comenzó a aletear con más fuerza, lograron llegar a tierra con algo de suavidad.

Quirón llegó al galope con su botiquín, con Percy y Daphne detrás de él y empezó a curarle las heridas al pegado.

Por otro lado Victoire, Daphne y Percy levantaron la mirada; el chico sintió como le subía el corazón a la boca. El helicóptero estaba a punto de estamparse contra el edificio.

—Vamos Annie —musitó Tori en voz queda—. Si alguien puede hacerlo, eres tú.

Y entonces, milagrosamente, el helicóptero volvió a estabilizarse. Describió un círculo, se quedó suspendido en el aire y, lentamente, comenzó a descender. Victoire suspiró aliviada y sonrió mostrando los dientes cuando el helicóptero aterrizó.

Annabeth era genial.

Percy, Tori y Daphne corrieron mientras los motores aminoraban poco a poco. Rachel abrió la puerta lateral y arrastró fuera al piloto. Victoire apretó la mandíbula al verla; aún vestida con pantalones cortos, una camiseta, unas sandalias, el pelo enmarañado y la tez verdosa a causa de aquellas acrobacias imprevistas, seguía viéndose bien.

Annabeth fue la última en bajar y Percy y Daphne la miraron maravillados.

—No sabía que pudieras pilotar un helicóptero, Chase —le dijo la rizada.

—Ni yo —contestó ella—. Pero mi padre está obsesionado con la aviación. Además, Dédalo tenía algunas notas sobre máquinas voladoras. Así que he manejado los mandos por deducción.

—Me has salvado la vida —dijo Rachel.

—Tori también ayudó.

Todos voltearon a verla pero Tori resopló.

—Sí, bueno… no vayamos a convertirlo en una costumbre —añadio Annabeth al ver el gesto de su amiga.

— ¿Se puede saber qué haces aquí, Dare? —espetó Tori—. ¿No se te ocurre nada mejor que volar por una zona de guerra?

𝗦𝗘𝗠𝗣𝗜𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢 • 𝘗𝘫𝘰 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora