Eternos. +18 #3 ✔️

16. Mejores Amigos.

Tan solo quedaban tres horas para que el evento comenzara. Estaba algo nervioso, si todo salía según lo planteado sería perfecto. Estaba con Dylan en el museo terminando de ajustar algunas cosas. Los camareros ya estaban llegando al igual que los guardias de seguridad y el portero.

—De aquí al estrellato —comentó Dylan haciéndome sonreír.

Él era un chico muy gracioso. Hablando de su forma física era un tanto parecido a Harry, cosa que me sorprendía, el cabello igual, los ojos muy parecidos aunque la forma de sus cuerpos no era la misma, Harry tenía mucho musculo y Dylan no estaba tan delgado como Harry.

Le di un manotazo en la mano al ver que quería coger el canapé.

—Espérate que vengan las personas.

—Me muero de hambre.

—Pero si acabas de comer.

—Mi estómago no tiene fondo.

Reí y negué. Estuvimos hablando durante un rato hasta que la gente comenzó a venir. Miles de personas entraban al local. He de aclarar que este no era el museo que pertenecía a mi padre, habíamos alquilado un local muy grande para que el evento se pudiera llevar a cabo, ya que en el museo no entrarían ni la mitad de personas que ahora estaban entrando.

—Oye —me chistó Dylan —¿esa no es tu ex?

Miré hacia donde él miraba y si, ahí estaba Arlet cogida de la mano de un chico.

—Lo conseguiste, la perdiste por completo y por imbécil —lo miré —felicidades, campeón.

Lo miré y negué. Charlet y Harry también llegaron. Harry se acercó a mí y con un movimiento de cabeza me indicó que fuéramos hacia los baños.

—¿Qué pasa? —Pregunté estando ya encerrados allí.

—Noah y Emma están apunto de coger a los hermanos.

—¿A qué hermanos? —Pregunté con la cara contraída por la confusión.

Harry frunció el ceño mirándome.

—Los hijos de Tessa.

Abrí la boca y me encogí de hombros.

—Pues felicidades, supongo.

Salí del baño dejándolo solo. Comencé a saludar a todas las personas, incluida a ella y a su acompañante. El hombre no dejaba de hablar haciendo que me pusiera muy nervioso.

—¿Todos los has pintado tú?

Asentí mirando algunos cuadros que estaban colgados en la pared.

—Todos y cada uno de ellos.

—Tienes un talento muy grande, ¿verdad, amor?

Arlet asintió con una sonrisa.

—Si, es increíble.

—Aunque hayas dibujado a mi novia he de admitir que el talento tuyo es enorme.

Sonreí mirándolo.

—Estos son los únicos que tengo de ella, luego hay muchos más que no tienen que ver.

—¿Otras mujeres?

—No, ahora no me centro solo en eso, hay otras cosas que llaman más mi atención.

—Está muy bien fijarse en más cosas —dijo haciéndome asentir.

—¿Te sigue gustando mucho la pintura? —La pregunta salió de los labios de Arlet.

—Eso es algo que nunca me dejará de gustar.