godforsaken | bruce wayne.

003.

—Cantame hasta que duerma
y luego déjame en paz
porque me habré ido en
la mañana.

Delancey estaba en la tienda de discos, pasaba sus dedos por los organizadores, moviendo las distintas carátulas, algunos eran álbumes clásicos, otros eran de artistas pop, la chica sonrió de lado, encontrando uno de The Smiths, la banda favorita de su tío.

No podía permitirse comprarse uno de esos vinilos, por más que la tienda era de segunda mano, el tocadiscos que poseía, no era más que un artefacto dañado, recolector de polvo en una esquina de la sala del apartamento, fue una de las pocas cosas que conservó de su tío cuando fue internado en Arkham, y tuvo que abandonar el apartamento bonito y cómodo dónde residían.

Cuando tuvo que abandonar su hogar.

La chica soltó un suspiro, no quería tocar más ese punto y dirigir su cabeza hacia esa puerta, por lo que salió de la tienda, cargaba una de sus tote bags, bolsas ecológicas con algunas compras, su refrigerador daba lastima y salió de último minuto a comprar algunas provisiones.

Caminó hacia una librería, que estaba en una zona bastante decente de Gotham, también quería ir a una tienda de segunda mano, para conseguir algo de ropa en buen estado y que no fuera cara.

Se compró 1984 y salió hacia la tienda de ropa, una construcción llamó su atención, parecía un local caro, no tenía idea de que había detrás de las grandes cortinas blancas, pero si notó que una figura conocida estaba hablando con un hombre de traje.

Bruce Wayne hablaba con su socio, mientras definían unos detalles de la construcción de un centro de aprendizaje para niños, cuando sintió la mirada de alguien sobre él, por instinto se giró, encontrándose con la figura de la chica que lo miraba sin disimulo.

¿Me lo tengo que encontrar siempre? se quejó Delancey, mientras que observaba como Wayne cruzaba la calle para hablar con ella, llevaba un sobretodo gris, bajo un traje sencillo negro, el hombre tenía una mirada sin expresión alguna, hasta que observó a la jovencita al otro lado de la calle.

-Hola- saludo jovial Delancey- mmm ¿que tal todo?- preguntó, el hombre le dió una leve sonrisa, realmente no esperaba volver a verlo después de aquella noche que la llevó a su casa.

-Bien- respondió- ¿y usted?- a Delancey le ponía los nervios de punta, que no la tuteara, la pelinegra rodó los ojos y sostuvo mejor la bolsa con sus compras.

-Ya le dije que me tutee- reiteró- el viejo es usted.

Eso hizo a Bruce soltar casi una risa, pero eso era algo que el no hacía hace mucho tiempo, el hombre metió sus manos en los bolsillos y examinó la vestimenta de la joven mujer, llevaba jeans simples grises, un sweater color uva y converses.