godforsaken | bruce wayne.

007.

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-A Cora Wells la apuñalaron al menos diecisiete veces- habló Gordon, mientras Batman permanecía de pie, mirando la información que tenían recolectada en la pizarra- ¿que enemigos podía tener esta mujer?

-Trabajaba en el iceberg lounge...-murmuró el enmascarado, mientras colgaba una foto de Delancey en la pizarra- algo sabía.

-Al menos el acertijo nos dejaba pistas...- musitó Gordon- no parece tener sentido, ¿por qué matar a una maquilladora?

Bruce, usando su alter ego, llevaba varias noches reuniéndose con Gordon para revisar el caso de Cora, y como de al ser un caso de una mujer que trabajaba en, un abierto, prostíbulo, la policía no le dió atención absoluta.

-¿Esta chica que tiene que ver?- preguntó el moreno, señalando la foto de la pelinegra- solo es una simple bailarina.

-Aun no se que tiene que ver, pero sé que algo sucede- respondió seguro Batman- algo se nos escapa de la mano, tiene que haber evidencia de algo, de alguien.

-Lo sé, pero no encuentro nada- pasó su mano por su rostro, bastante frustrado- parece el crimen perfecto.

-Ningún crimen es perfecto- declaró el enmascarado- iré a casa de Cora, voy a asegurarme que no olvidemos nada.

Gordo resopló:-No puedes ir sin una ord...- se quedó perplejo al ver que el hombre ya no estaba, bajó sus hombros, negando con la cabeza- no sé ni para que me molesto.

[...]

Bruce se abrió paso por el apartamento de Cora, no había nadie, ya que la mujer era soltera y vivía sola, el hombre miró a su alrededor, en la oscuridad de la vivienda.

Comenzó a revisar, rincón por rincón, buscando algo, una pista, una respuesta, o al menos una pregunta con la cual pudiera empezar.

Abrió un cajón, pero nada. Siguió buscando en los rincones de la casa, hasta que se encontró, con una llave pequeña, escondida en una rendija del extractor del aire acondicionado de la otra habitación.

-¿Que abres?- preguntó para si mismo, era una llave pequeña, no podía abrir una puerta, regresó a la habitación de Cora, buscando alguna cerradura que encajase con el tamaño de la llave.

Hasta que encontró, en dónde guardaba las sábanas, una especie de puerta secreta, el hombre abrió, habían varios papeles, tomó un pasaporte, lo abrió y se extrañó al ver a quien le pertenecía.

-Alastor Scott...- murmuró él, siguió revisando, dándose cuenta que también habían cheques de parte de Alastor dirigidos hacia Cora, Bruce rápidamente guardó las cosas, y se fue de ahí.

Tenía que averiguar quién era ese Alastor Scott y además, tenía que revisar que más había en esos papeles.

Mientras tanto, Delancey se encontraba en la torre Wayne, caminando por los alrededores, se sentía viviendo su propia versión de la bella y la bestia, la chica llegó hasta la cocina, dónde Alfred y la ama de llaves de Wayne, se encontraban.

-Hola- saludó suavemente, sentandose en uno de los taburetes.

-Hola, señorita Scott- saludó la anciana- ¿necesita algo?

Delancey negó.

-No, solo quería conversar con alguien que no sea yo misma- musitó- ¿Dónde está Bruce?

Alfred le sonrió:-Salió hace un rato.

La chica asintió, mirando a su alrededor, la casa en si era oscura, pero bastante elegante, habían planos de remodelaciones en la mesa del comedor, los vio al pasar, no quiso ser entrometida por lo que no los detalló.