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Delancey no podía seguir quedándose en casa de Kayla, aunque los padres insistían que no era molestia, ella no se sentía bien, pensó mucho que debía volver a su pequeño apartamento, quizás era lo mejor. Quizás Bruce y ella no tenían razones para creer que su relación podía funcionar.

Aunque no había tal relación.

Delancey llamó a Alfred, quién se alegró de oírla, se despidió del padre de Kayla, ya que Kayla y Holly estaban en el hospital trabajando, subió al auto y saludó al mayordomo.

-Hola Alfred.

-Hola señorita Scott, ¿cómo estás?

-Bien- asintió- ¿y tú?

-Bastante bien- sonrió amable- ¿irá a la torre?

-Si- respondió-¿Bruce está allá?

-No, me temo que el amo Bruce está trabajando.

-Oh- dijo ella un poco aliviada- solo iré por mis cosas y volveré a mi apartamento.

Alfred asintió.

-¿El amo Bruce sabe que se irá?

-No, pero si el tiene secretos, yo también- afirmó.

Alfred siguió conduciendo, cuando llegó a la torre, el hombre habló antes de que la chica pudiera bajar. Parecía inseguro pero aún así lo dijo.

-Se que sonará metiche de mi parte, pero, conozco al señor Wayne desde que nació, sé cómo es y si le oculta algo es por su propio bien, no porque sea algo que le haría daño, el señor Bruce no está con nadie más, si es eso lo que le incomoda.

-Se que... lo quieres, pero Alfred, hasta tu sabes que irme es lo mejor- murmuró.

-La extrañaremos mucho, sus galletas son geniales.

Delancey sonrió, bajó del auto pidiendo que la espere, subió rápidamente, tomando sus cosas para guardarlas en la valija, tuvo que dejar algunas de sus prendas más viejas para conservar las nuevas que había comprado, pues no cabían en las dos valijas que se había llevado. Bajó nuevamente subiendo al auto.

Irse, así sin más, era la opción correcta.

Bueno, no la correcta pero quizás si la acertada.

Alfred condujo al viejo edificio de Delancey, y la ayudó a bajar las cosas, le sonrió.

-¿Está segura de que quiere volver?

-Si- respondió- estaré bien.

Alfred asintió, la chica le dijo suavemente:-Se que le dirás que estoy aquí, es lo más obvio.

-Aunque no se lo dijera, el iba a buscarla.

Delancey suspiró.

-Gracias por todo Alfred, espero volver a verte.

Alfred sonrió:-Yo también señorita, cuidese.

Delancey subió a su apartamento, el olor a guardado y viejo la hizo arrugar la nariz, estaba lleno de telarañas. Miró el lugar y se sintió una extraña, se había acostumbrado a la torre. Miró la nevera y supo que tenía que ir por provisiones, pero no tenía dinero, así que debía volver al trabajo.

Aunque esa idea no le agrada mucho. Sabe que no tiene opción.

Termina de sacar las cosas de la valija y antes que pueda sentarse a descansar, tocan la puerta, cuando abre, se queda fría, los gemelos estaban ahí de pie.

-¿Que hacen aquí?

-Oz no está feliz, quiere que vayas de inmediato.

-¿Cómo supo...- pero antes de poder hablar, la tomaron del brazo bruscamente, ella abrió mucho los ojos, nunca la habían tratado así- oigan ¿que les pasa?

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2023 ⏰

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