godforsaken | bruce wayne.

006.

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Delancey despertó agitada, estaba en una habitación que nunca había visto en su vida, el pánico apoderó su cuerpo, e intentó irse rápidamente, pero solo pudo contraerse de dolor y darse cuenta que tenía una gasa en su abdomen.  La joven negó con la cabeza, mientras el dolor en esta golpeaba súbitamente su sistema, obligandola a recostarse nuevamente.

Delancey no recordaba mucho de la noche anterior, solo recordaba que habían intentado asaltarla, buscó con la mirada, su ropa estaba perfectamente doblada en una silla que parecía victoriana. La habitación era lujosa, no se había dado cuenta de estos detalles, por el pánico que la envolvió al despertar.

-¿Dónde demonios estoy?- susurró tratando de recordar. Sus ojos se dirigieron hacia la puerta de doble hoja, que se abrió, revelando a un hombre con cabello entre cano y bandeja, se quedó sorprendido al verla.

-Oh, ya despertó- dijo con alegría, dejando la bandeja de comida en la mesita de noche, se acercó para tomarle la temperatura pero ella se alejó por instinto- no la lastimaré, señorita Scott. Quiero asegurarme que no tiene fiebre.

La pelinegra frunció el ceño, claramente confundida.

-¿Que hago aquí? ¿cómo sabe mi nombre?- preguntó con voz rasposa. Alfred Pennyworth suspiró, extendiendo la bandeja hacia la chica, quién desconfiada la tomó.

-Disculpe, no me presenté siquiera. Nos conocimos esta madrugada, o algo así, soy Alfred Pennyworth, el mayordomo del señor Bruce Wayne.

Ella abrió mucho los ojos, primero al ver el ostentoso desayuno que Alfred le ofrecía y segundo por haber escuchado el nombre del millonario.

-Llegaste herida, pero no fue profundo.

-¿Quien me trajo?- preguntó ella nerviosa.

Alfred claramente no podía decirle que había sido el mismo Bruce. Así que, poniéndose de pie, para servirle agua y darle pastillas para el dolor, comenzó a pensar que responder.

-Pues, te trajo un enmascarado- respondió- eran las tres y media de la mañana creo, el señor Bruce llamó un médico privado de emergencia y te pudieron atender, no querías ir al hospital. Apenas podías mantenerte despierta.

Delancey cubrió su rostro con ambas manos.

-Que vergüenza, lo siento mucho.

-No se preocupe, el señor Bruce no le molesta. Dejé ropa limpia en el baño, tenga cuidado con la herida.

El mayordomo salió de la habitación, dejándola sola, la chica se levantó poco a poco, entrando al lujoso baño, se cepilló los dientes y luego se sumergió en el baño que Alfred había preparado. Nunca había disfrutado tanto de una ducha.

Se vistió rápidamente, ya que tocaron la puerta, la ropa no era más que un vestido largo y ligero, se cepilló el cabello y habló:-Pase.

Bruce Wayne apareció, abriéndose paso por la habitación, estaba vestido con una desgastada camisa negra y jeans, ambos se miraron.

-Lo siento por todo, por venir así... no debí- habló ella rápidamente al ver a Bruce- no quería preocupar a Kayla, no quería causar problemas y solo pensé en ti, lo siento mucho. Ni siquiera me conoces y yo...- el la interrumpió, avanzando hacia ella, tomándole los hombros.

-Delancey, basta- pidió- no importa que hayas venido, lo importante es que estás bien. No me molesta. Tranquilizate.

Ella respiró profundo.

-¿Que pasó anoche?- preguntó el- ¿sabes quién te hizo esto?- señaló el abdomen, herido por el arma blanca. Delancey bajó la mirada.

-Estaba saliendo de mi trabajo y este tipo quería robarme las propinas- contó- por cierto, ¿mi sostén?- el frunció el ceño y señaló el banco donde la prenda estaba- Ahí escondo el dinero, es Gotham... y el tipo quería atacarme, quería...- se cortó su voz- ya sabes.