❝no me llames niña, no me llames bebé❞. ༄
༄donde delancey scott intenta sobrevivir en la ciudad del crimen y saldar las deudas que tiene con Oz el "pingüino".
o
dónde bruce wayne trata desesperadamente de no involucrar a una chica en su complicada...
—en el medio de la noche en mis sueños deberías ver lo que hacemos.
. . . .
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-¿Estás segura de que este si me queda profesional?- preguntó Kayla hacia Delancey, mostrándole el catálogo con batas de doctor- me gustaba esta.
Delancey miró las fotos y ladeó la cabeza.
-Son todas iguales- respondió como si no entendiera el problema, Kayla rodó los ojos y señaló con obviedad el papel de revista.
-Esta tiene estos detalles- señaló los bolsillos. La pelinegra miró la hora y se puso de pie- éxitos, Ela. Estaré aquí apoyándote.
La chica le sonrió a su amiga y caminó hacia el escenario del pequeño restaurante, Delancey se acomodó detrás del teclado y comenzó a tocar all too well.
La gente está vez le prestó un poco más de atención, e incluso si pidieron canciones, la chica estaba de mejor humor y eso se notaba, se notaba por la forma en que tocaba las teclas y sonreía cuando cantaba.
En uno de los recesos, la puerta del restaurante se abrió, mientras que Kayla metía nachos y guacamole a su boca, la rubia desvió la mirada hacia la puerta, haciendo que la crema verde, se deslizara de la tortilla para caer de lleno en la tabla de la mesa, la chica quedó boquiabierta mientras seguía con los ojos, los pasos de Bruce Wayne.
Delancey esta vez sonrió hacia el joven hombre, quién tomó asiento en una de las mesas de enfrente, la pelinegra pensó en bajar del pequeño escenario y saludar, pero la presencia de una mujer curvilinea la intimidó, la mujer besó la mejilla de Bruce y se sentó al lado suyo en el restaurante.
Kayla y Delancey intercambiaron miradas, Kayla hacía señas de que estaba llorando, a lo que su amiga rodó los ojos, se dirigió hacia el taburete alto, tomando la guitarra para cantar una canción de Olivia Rodrigo.
-Ugh, ahora ponen a cualquier niña a cantar pop en estos restaurantes- se quejó Dominique Shaw lanzando una mirada despectiva al lugar de comida, que no era feo ni desagradable- tu insistencia en comer aquí me sorprende Bruce.
Bruce miró la carta del menú, evitando dirigir sus ojos hacia la chica con guitarra en el escenario.
-La comida es buena- se encogió de hombros- y es buen lugar para que podamos hablar de negocios.
Dominique le otorgó una sonrisa perfecta, la mujer era socia de la empresa, ya que su padre fue también, amigo y socio del padre de Bruce por muchos años, antes del asesinato. Ahora que el joven Bruce había decidido tomar las riendas, ella era la encargada también de la empresa de su anciano padre.