godforsaken | bruce wayne.

015.

parte 3/3

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Delancey y Bruce entraron a la torre en silencio, la chica ya no tenía sangre salpicada en su rostro, aún tenía sobre sus hombros el saco de Bruce, y había dejado de llorar. El silencio era insoportable.

-Siento mucho que haya pasado todo esto, en serio.

-Está bien- dijo Delancey- no se puede escapar del horror en gótica, estaré bien.

Bruce suspiró.

-Hay algo en tu habitación, pensaba que esta noche sería muy diferente y quería dártelo al llegar- dijo, Bruce tomó la mano de Delancey y ambos caminaron a la habitación de la chica- cierra los ojos.

Delancey con ayuda del hombre, entró a la habitación, luego el le dijo que podía abrir los ojos, estos se abrieron sorprendidos al ver de que se trataba, ahí frente suyo estaba un tocadiscos completamente nuevo, se acercó a tocarlo, para asegurarse de que fuera real.

-¿Este es...

-Es el tocadiscos de tu apartamento- dijo, mientras la chica lo examinaba con detenimiento y nostalgia- el que era de tu tío. Quería dártelo antes, pero fue difícil de restaurar, pero ahora está como nuevo.

-¿Cómo lo sacaste de mi apartamento?

-No usé ningún método ilegal, Kayla me ayudó con eso. Espero te guste.

-¿Bromeas? esto es lo mejor que alguien me ha dado, no sé ni siquiera que decir- dijo feliz, dándole una sonrisa.

-No tienes que decir nada- respondió Bruce, luego se acercó a ella, besando su frente- deberías descansar, lo que pasó... en serio deberías dormir.

-Gracias Bruce, en serio, gracias- dijo abrazándolo fuertemente- no sé cómo puedo devolverte tanto.

Bruce abandonó la habitación, ella sonrió, acariciado el tocadiscos y luego tomó una ducha, realmente esperaba que no hubiera fallecidos esa noche. Cuando salió, se puso su pijama y luego miró la puerta.

Salió hacia la habitación de Bruce, tocando la puerta con delicadeza, para no despertar a nadie más, Bruce abrió a los segundos, ya usaba su pijama también y parecía un poco desanimado.

-¿Pasa algo?

-¿Puedo entrar?- el se hizo a un lado y ella se abrió paso a su habitación, a la que nunca había entrado, era oscura, grande y vacía, extrañamente no había nada personal ahí, no más que un retrato familiar y una foto con Alfred.

Delancey respiró profundo, antes de decir todo lo que tenía pensado en camino a la habitación.

-Siento cosas por ti- dijo de pronto- quería irme porque tenía miedo, miedo de todo lo que estoy sintiendo y miedo de que no te sientas igual. Esta noche todo fue un poco caótico y extraño, pero... hiciste que fuera especial, antes de que nos atacaran. Nunca nadie me había cuidado como tú lo has hecho y me asusta que no seas real.

Bruce se acercó a ella, tomando suavemente su cadera, acariciando su piel con el pulgar.

-¿Por qué no sería real?- murmuró en su usual tono ronco.

-Porque todo lo que haces, la forma en que me miras...¿por qué yo?- preguntó desesperada- ¿por qué yo? de tantas mujeres en Gótica, ¿por qué yo?

-Cuando te ví tocar por primera vez en ese restaurante, sentí algo que no había podido sentir hacia muchísimo tiempo- confesó- fui tras de ti al instante, porque no podía dejar que te fueras sin decirme algo de ti, yo tampoco sé porqué tu, porqué nosotros, pero desde que te conocí, eres la única persona en que pienso y nunca había sido así de honesto.