Capítulo 13 | Conversación pendiente

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Es un nuevo día, el aire frío entrando por la ventana de la habitación despertó a Eren, ese era uno de sus sentires favoritos al abrir los ojos. Le recordaba las veces en su infancia donde su madre corría las cortinas y ventanas para despertarlo, el hacer eso aseguraba un maravilloso día, pues significaba que su padre estaría de regreso y entonces podrían pasar tiempo en familia, jugaban, reían, disfrutaban lo bonito de vivir.
Era una vida "linda" hasta que, mientras Grisha, su padre, se encontraba en un viaje de negocios, el pequeño ojiverde despertó a mitad de la noche por un estruendo, bajó las escaleras y se encontró con el cuerpo de su madre cubierto de sangre, él salió a pedir ayuda, gritaba desesperado pero nadie salía a auxiliarlo, los vecinos pensaban que se trataba de un infante haciendo travesuras. Allí, mientras Eren lloraba en una posición fetal aferrándose con una mano al brazo de su mamá solo pensó en culpar a su padre por no estar presente para proteger a su madre, el niño ya lo odiaba, quería reclamarle su ausencia pero eso nunca sucedió, Grisha nunca regresó a casa. Desde entonces el ojiverde comenzó a vivir con Armin y su abuelo, unos viejos amigos de la familia, estaba tan agradecido con ellos que en el momento en donde pensó hacerle daño al rubio por gustar de T/N, se sintió en extremo culpable, él no le haría eso a su mejor amigo, a la persona que ha estado con él desde siempre.

Hoy sería un día importante para Eren, pues comenzaría a pasar tiempo fuera de la escuela con la persona que lo volvía loco. Sin razón aparente T/N lo hacía sentir bien, como en casa pero aún había algo raro en su historia de enamoramiento, ¿Por qué ella? Tal vez se debía a su instinto de proteger al sexo opuesto, quizá al oír a Porco buscándola en ese estado tan lamentable el ojiverde pensó que esta vez podía proteger a alguien, o simplemente estaba buscando a alguien en quién caer enamorado.

–Tengo todo listo– habló el castaño atendiendo el teléfono.

–¿Puedes venir por mi? Mi hermano aún no tiene su auto listo– preguntó T/N.

–Sí, dame 40 y estaré afuera– dijo para después terminar la llamada.

Y así fue, cuarenta minutos después Eren se encontraba fuera de la casa de los hermanos Kirstein.

El primer intento de contactar a la chica fue un fracaso, mandaba directo al buzón de voz. El segundo y tercer intento tampoco tuvo éxito. Eren comenzaba a preocuparse, T/N siempre tenía el teléfono en mano, ¿Por qué ahora no contestaba?.

Y como lo era T/N, no había una respuesta misteriosa detrás de su falta de atención en el celular, en realidad era una simple, se encontraba perdiendo tiempo con su hermano. Jean y la chica se encontraban tumbados en la sala de estar, jugaban a hacer test en línea en el celular del mayor.

–Me salió que soy una pizza de piña – comentó decepcionado el castaño.

–Iugh– se burló la menor– Si eres

–A ti te salió la pizza de atún, es repugnante – se burló.

–Mira, ahora un test para saber la inicial de tu alma gemela, ¿Lo hacemos?– preguntó la chica arrebatando el celular de forma divertida.

–No creas en eso– rodeó los ojos.

–Me salió la letra "E"– dijo feliz– Er...

–win– terminó de decir Jean –Así se llama el maestro, ¿No?

–Ah pero ya no estamos juntos

–¿No?– arqueó una ceja.

–Noup, él tendrá un bebé con alguien más– contestó la chica sin resentimiento.
– ¿No te enteraste? Fue todo un escándalo

–Escuché algo sobre eso pero no puse mucha atención– dijo– Bueno, ya llegará otra "E" para ti.

–Eren– murmuró T/N.

–¿Qué dijiste?

–Es muy lindo, ¿No lo crees?

–No– respondió a secas.

–Ay, si tan solo le dieras una oportunidad, tal vez podrían llegar a ser amigos.

En ese momento la conversación se vio interrumpida por alguien tocando a la puerta.

–Debe ser mamá– comentó Jean levantándose del sofá.

Al ver que su hermano no regresaba, T/N decidió asomarse.

–¡Eren!– saludó gustosa pasando por delante de Jean para recibir al ojiverde.

–Te llamé un par de veces pero no contestaste así que me atreví a tocar– explicó Eren.

–Oh, es que mi teléfono se pone tonto y no me notifica las llamadas– dijo la chica sacando su dispositivo para revisarlo –Lo siento.

–Está bien, ¿Nos vamos?– preguntó el ojiverde sonriente.

–¿Vas a salir?– interrumpió Jean.

–Sip, Eren y yo aprenderemos juntos– defendió T/N tomando de la mano a su amigo.

Jean al ver el gesto de su hermana no tuvo otra opción que aceptarlo, ella ya era lo suficientemente grande para saber con qué tipo de personas se juntaba y él no podía restringirle nada.

–Ten cuidado– habló el castaño desde la entrada viendo cómo la menor se alejaba con el chico.

–Creo que ya no te odia tanto– comentó T/N con una sonrisa.

–¿Tú crees?

–Bueno, esta vez no hizo cara de desagrado.

–Creo que es un avance– respondió burlón.

Mientras T/N y Eren tenían su primera clase juntos algo muy curioso pasaba en la casa Kirstein.

–¿Profesor Erwin? – preguntó Jean confundido.

– Jean, este amable hombre se ofreció a ayudarme con las compras –Explicó su madre– Lo invité a cenar.

–Mamá, no puedes invitar a extraños a cenar solo porque son amables contigo– regañó el castaño.

–¿Por qué no?

–Está bien señora, yo ya me voy– dijo amable el rubio.

–No– lo detuvo la mujer – Mi hijo es desconfiado pero adelante, pasa. Además ya se conocen, ¿No? Jean, acabas de decir "Profesor Erwin"

–Sí – contestó de inmediato el ojiazul – Es mi alumno favorito.

–Ni siquiera me da clases– contestó Jean entre dientes –Este hombre salía con tu hija.

–¿T/N salía con un profesor?– preguntó la señora con sorpresa –Bueno, no importa, yo a su edad salía con mi director

–¡Mamá!– se avergonzó su hijo.

–¿Qué?– contestó riendo.

–Agarren todo lo que quieran, yo iré a otro lado – bufó el chico.

– Acompáñanos a comer, Jean– pidió Erwin –Quiero conversar con ambos.

–¿Sobre qué?– arqueó una ceja.

–Sobre T/N y Eren, tengo un par de cosas que advertirles.

Effetto pigmalione | Eren Jaeger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora