Capítulo 6 | Amenaza

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Eren:

*2 días antes de la fiesta*

¿Por qué me das esto?– pregunté curioso al ver las fotografías del sobre.

Porque lo quiero solamente para mi– contestó entre dientes –Erwin y yo estamos destinados a estar juntos.

Muy bien, esto es más que suficiente

–Hay algo más– habló entregandome una servilleta con algo envuelto en ella.

Al abrirla sonreí triunfante, Erwin Smith, este es tu fin.

Marie era una antigua amante del profesor, o al menos eso pensaba. Resultó ser que días antes de que el rubio se involucrara con T/N, mantuvo numerosos encuentros casuales con Marie, para desgracia de él y fortuna mía, la chica había dado positivo a una prueba de embarazo. Tanta era su obsesión con Erwin que no dudó en ayudarme a separar a nuestros amados para siempre, para lograr esto ella me entregó un sobre con fotografías sobre ellos dos manteniendo relaciones sexuales, era algo asqueroso de ver pero debía hacerlo.

Siempre está solo en su oficina después de las 4 p.m. –hizo un último comentario antes de poner todo en mis manos.

Ahora era mi deber hacer que el profesor aceptara dejar a T/N.

La mujer de mis sueños terminaba 3:10 p.m. las clases, así que me aseguré de verla marcharse de la universidad, no podía darme el lujo de amenazar a Smith sabiendo que ella merodeaba por ahí.

Esperé hasta 4:30 p.m. cuando por fin el hombre se dignó a entrar a su oficina, miré a todas las direcciones posibles en busca de posibles testigos, por fortuna nadie quiere estar en la escuela después de clases.

Con valor me acerqué y llamé a su puerta un par de veces hasta escuchar un "adelante". Di vuelta a la manija y abrí lentamente hasta verlo por completo, él estaba revisando algunos documentos.

–¿Si?– preguntó levantando la mirada.

Quiero hablar con usted.

–Disculpa, no te reconozco, ¿Eres uno de mis estudiantes? – dijo confundido.

No

–Entonces no veo razón para hablar con usted– regresó la vista al papeleo.

Deja a T/N, termina tu relación con ella– ordené molesto.

Él volvió a dirigirme la mirada y soltó una carcajada.

–¿Y tú eres?– preguntó aún riendo.

La persona que tiene el poder de acabar con tu vida profesional– contesté seguro de mi mismo.

Acto seguido aventé el sobre con las fotografías en el escritorio esperando a que las revisara.
Abrió los ojos al ver de qué se trataba pero al instante cambió su expresión a una más relajada.

–Escucha, esto no prueba nada, hay miles de aplicaciones de edición, claramente estas fotografías lo son.

–Tal vez esto te haga cambiar de parecer– sonreí arrojándole el contenido de la servilleta envuelta que tenía en mi poder.

Effetto pigmalione | Eren Jaeger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora