Capítulo 16 | Mundo de colores

835 98 42
                                    

Toma un respiro y piensa que todo lo malo en tu vida puede irse, que los pensamientos intrusivos y el constante malestar contigo mismo se puede esfumar. Puedes ser feliz el resto de tus días, solo tienes que quitar una piedra de tu camino.

¿Lo harías?

Eren piensa constantemente que Erwin es esa "piedra" pero no quiere hacerle daño, no quiere ser el tipo de persona que va por la vida matando por amor. Intentó hablar, probó con amenazas pero el profesor Smith no sucumbia a la situación, el ojiverde no tenía otra opción.

–No te voy a soltar nunca– decía una y otra vez el castaño aferrado al cuerpo de su novia.

Eren y T/N se reunieron en casa del castaño una hora antes del horario escolar, ambos querían acurrucarse aunque sea un momento.

–Se nos hace tarde para la escuela– repitió la chica tratando de levantarse de la cama. 

–Es que quiero abrazarte todo el día.

–Si me hablas así yo tampoco podré soltarte– dijo devolviendo el abrazo.

–Pues no me sueltes.

–Podemos saltarnos una clase– sugirió.

–¿Y vendrás a mi casa?

–¿Armin no estará?

–Últimamente solo llega a dormir y se va muy temprano– comentó despreocupado.

–¿Todo bien? Ya no los he visto juntos.

– ¿Entonces qué dices? ¿Vienes? – preguntó el ojiverde desviando el tema y  con ilusión en su mirada.

–Pero en la última hora, en la primera tengo que presentar un examen.

–Ugh– se quejó el chico– Falta mucho, pero está bien.

–Después me quedaré todo el día contigo– prometió T/N abrazándolo con fuerza.

–Otros dos minutos y ya te suelto– dijo tierno Eren.

Pasando diez minutos más de los prometidos ambos se dispusieron a ir a la universidad. En las últimas horas el ojiverde fingió malestar para poder salir de clases y hacer que el horario de su novia y de él coincidieran.

–¿Lista?– preguntó el castaño con una sonrisa, tomando la mano de la chica.

T/N asintió, los dos escaparon de la escuela para regresar a la vivienda del chico.
La acción tomada de faltar a las últimas clases tal vez no fue la correcta pero nadie puede culpar a una pareja buscando estar junta, queriendo disfrutar del romanticismo en su relación.
Para la chica era liberador, esta vez no habían sustancias nocivas de por medio, tampoco había un trabajo o profesionalismo que perder. No había que ocultar nada, esta vez probaba sus capacidades al mismo tiempo que compartía su tiempo con una persona como Eren y eso se sentía bien.

–¿Vemos una película?– sugirió el chico.

–En realidad esperaba que me ayudaras con mi tarea, tengo que esculpir ciertos artefactos para mi clase y la última vez que intenté hacer algo me dijiste que parecía un changuito, entonces...

–Pero era uno muy bonito– comentó riendo.

–Era asqueroso, yo lo sé– cubrió su rostro con las manos.

–¿Entonces quieres otra clase sobre proporciones?

–Tal vez después de hacer mi tarea– respondió con un tono de voz suave.

–Corre, corre, apúrate– dijo ansioso jalando de la muñeca de su novia, llevándola a la sala de la casa.

Ambos se sentaron en el suelo, limpiaron su espacio de trabajo y sacaron el material para empezar a esculpir. Eren guiaba las acciones de T/N y reía sutilmente cuando ella se frustraba por no cumplir con sus propias expectativas en la escultura.

Effetto pigmalione | Eren Jaeger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora