capitulo 19

859 90 1
                                    

Estoy totalmente consciente del tremendo bulto en los pantalones de Valentina. Ella también está muy excitada. Estaba lista para devolver el favor.

—No hace falta que lo hagas —dijo. Parece que puede leer mi mente.

— ¿Y si yo deseo hacerlo? ¿Me lo vas a prohibir? —No era una petición, más bien era una orden. Si quiero que sea equitativo, las dos debemos complacer a la otra—. Recuerda el contrato. Estamos en una habitación. Puedo hacer lo que quiera y lo que me plazca. 

—Eso lo tengo muy bien claro, pero… ¿recuerdas que hay personas afuera esperando por las dos? —suelta de repente. Parece estarse divirtiendo a mi costa.

Lo había olvidado. Para este momento ya han hecho sus propias conclusiones nuestros invitados y la verdad es que no me importa nada cuando Valentina está en la misma habitación conmigo. Todo desaparece a mí alrededor y no pienso en nada más que estar en su compañía.

—Bien, pero no la tienes tan fácil de escapar de mí. Voy a devorarte como tú lo hiciste conmigo —amenazo.

—Y créeme que lo estoy deseando. Como estar dentro de ti y hacerte mía —Es una pervertida, pero ella es solo mía y cuanto me alegro por eso.

Me visto rápidamente. Al salir de la habitación todos nos observan con complicidad. Desee que ellos desaparecieran para no tener que enfrentar aquellas miradas o simplemente debo tratar de ignorarlos. Creo que voy a hacer la segunda opción.

— ¡Les dije que estas dos estaban follandose! —Dijo Sergio—. Ahora cumplan con la parte de la apuesta.

¿Apuesta? ¿Qué es lo que apostaron? ¿Quién habrá perdido? 

— ¡Gracias por hacer que pierda veinte dólares, Juliana! —reclama Macarena. Toma la cartera de su bolsillo y saca el dinero para entregárselo a mi amigo. Él los toma y los guarda en el bolsillo trasero de sus vaqueros—. Confiaba en más en tu autocontrol, Morena, que el de mi hermana. Y ahora perdiste totalmente mi confianza.

No sé si reírme o molerla a golpes por semejante estupidez. Me siento en el sillón donde estaba Ian, él no hizo ningún comentario sobre lo sucedido y tampoco hace falta que lo diga porque en su rostro se nota la diversión. Él también se imaginaba lo que ha sucedido en el cuarto.

—Un buen polvo, ¿eh? —bromea. Tengo tanta vergüenza, que estoy ruborizada—. Más le vale que te cuide o va a sufrir gravemente.

Su amenaza me hizo gracia. La película que han elegido es el príncipe de Persia, una de mis películas favoritas, claro después de the maze runner. Por fin va a comenzar nuestra tarde de relajación con los amigos. Hora de disfrutar. Me pongo cómoda en el sillón y me recuesto sobre el hombro de Ian.

— ¡Imbécil que no ves que su tío es el culpable! —grita Macarena a la televisión de plasma. Creo que se ha metido en la historia. Me causa gracia ver a unas mujeres tan poderosas tan despreocupadas y comportándose de su edad—. ¡Oh Dastan, yo lo puedo hacer mejor!

¿A quién se le ocurre gritarle a una pantalla? ¿Qué no sabe que no le oyen?

<<Tú también lo haces>>pensé.

—Amor, tú morirías en cuanto te capturaran —comentó Annie.

Era la primera vez que ella se burlaba de Macarena y es gracioso verla. El juntarse conmigo le hace que sea más atrevida que antes. Soy una mala influencia para ella.

— ¡Auch! Al parecer te creen una tonta para supervivir, mi estimada Macarena —Se burla Ian.

—Cierra la boca, francesito. Annie, yo pensaba que estabas de mi lado —le reclama su novia. Mi mejor amiga se ve en graves apuros. Sus ojos expresan que desea que le ayudemos a salir de tremendo lio, pero su cuñada se apiada de ella al verla así.

— ¡Vamos hermana, no puedes hacer una sola cosa sin joder otra! —comenta Valentina.

— ¡Habla la señora amargada! Valentina todo el mundo sabe que eres insoportable y una egocéntrica de mierda —se defiende.

Se va a desatar la guerra, pero aunque Macarena es una idiota la mayoría del tiempo, tiene mucha razón en lo que dice. Creo que mi día de flojera se va derecho al carajo, solo porque las mujeres a mi alrededor son unas tontas que piensan que son lo mejor que tenemos. A Ian le divierte ver como las hermanas Carvajal se retan con la mirada y es raro ver que desafían a un rostro igual que el suyo. Tengo que intervenir si quiero seguir tranquila por un rato más.

Muevo la cabeza de forma negativa. 

—Si van a seguir con sus absurdas peleas… quiero que se larguen de mi casa —señalo la puerta de la entrada.

—Tranquila, faraón. Vamos a terminar de ver la película sin volver interrumpir. Lo prometo —se disculpa Macarena. Alza la palma de la mano para prometerlo.

—Nunca más vuelvas a llamarme faraón de nuevo o voy a sancocharte las pelotas, ¿entendiste? —amenazo. Ese apodo sólo me lo dice mi familia y nadie más.

— ¡No! ¿Cómo va a llevarme al orgasmo sin sus partes completas? No seas así, Juliana —Annie se preocupa por algo que no pienso hacer. El solo tocar a Macarena me da repulsión y no porque no sea guapa, sino porque sabe con cuántas mujeres se acostó anteriormente —. ¿Por favor?

¿Por qué me pide algo que no he hecho aún? 

Pongo los ojos en blanco.

—Ya te he dicho muchas veces que no debes disculparte. Y prefiero mutilarme antes de tocar a Macarena —aclaro.

—Eso es un golpe bajo Juli —Al parecer le ha dolido en el orgullo —. Lo que resulta irónico ya que te acuestas con mi hermana y digamos que ves el mismo rostro.

¡Touché!

Me acaba de regresar la jugada. A Sergio le divierte que alguien más me pueda ponerme en mi lugar, pero como no soy una mujer que se deje, le voy a regresar sus palabras. 

—Bien dicho, Macarena —respondo—. Sin embargo a Valentina no se lo han follado la mitad de las mujeres de New York. ¿Verdad?

¡Bum! ¡En tu cara señora presumida! ¡Si te metes conmigo no te ira muy bien!

—No esperaba ese comentario de tu parte, juls —dice dolida Annie. ¿Cuándo me he convertido en la villana de la historia? ¡Joder tengo que arreglar lo que hice!—. Creo que debo irme.

—Lo siento. No pretendo herirte, Annie. Olvida el estúpido comentario —susurro apenada.

—Está bien. Además no puedo enojarme con mi mejor amiga —responde contenta.

— ¿Ya pueden dejar el drama? Quiero ver la película —añade Sergio.

Dejamos de pelear y comenzamos a ver la película de nuevo. Ninguno dijo nada en ese transcurso. Observo a cada una de las personas están y hemos dejado de ser compañeros de trabajo en este instante. Ahora si aparentamos la edad que tenemos y estamos disfrutando de un pequeño día de relajación y la verdad esperaba volver a repetir esto en algún momento cercano.    

SEDUCIDAS POR LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora