capitulo 21

907 96 4
                                    

Faltan cinco minutos para terminar mi horario laboral y cada vez que las manecillas del reloj caminan, mi ansiedad va en aumento. No sé qué tiene planeado Valentina para esta noche. Sergio sale de su oficina y espera a que termine de cerrar la sesión de la P.C.

¡Uf! 

Que día tan mas tenso tuve hoy. 

— ¿Lista? —Comenta al ver que acabo de hacer mis cosas—. Veo que estás un poco nerviosa. ¿Qué ocurre? ¿Puedo ayudarte en algo? No me asustes, Juli.

¿Cómo le puedo explicar a mi mejor amigo que tengo miedo a lo que pueda pasar con Valentina? 

A veces lo que siento por ella me aterra en gran manera, pero tampoco quiero preocupar a Sergio por eso. Lo mejor que puedo hacer es cambiar de tema. 

—Claro. ¿Qué vas a hacer esta noche? —pregunto. ¿Va a ir hoy esta noche al club o se quedara en casa para ver películas? Apuesto por la primera opción ya que si no mal recuerdo debe ir a pedirle a una persona que sea novios. 

—Voy a ir a pedirle a Ariana que sea mi novia en persona. No es nada romántico la forma en que se lo dije.

¡Lo sabía! 

Puedo ser como una adivina con los otros porque ciertamente puedo descubrir algo en sus acciones lo que pueden hacer. Es una lástima que en mí no puedo hacer lo mismo porque mi futuro es verdaderamente incierto y mis acciones cambian de la noche a la mañana.

—En eso si tienes razón. Si a mí me pides de esa manera que sea tu novia, te mandado a la mierda. A una mujer le gusta que nos conquisten con detalles. En serio, Sergio, eres un desastre para tratar con el sexo femenino —Le reprocho. Aunque no me cae bien Ariana, entre las chicas debemos apoyarnos—. En fin. Tengo que decirte unos cuantos consejos para que los lleves a cabo, además...

Mi celular vibra en mi bolso y sé exactamente quien me envía el mensaje. Saco el teléfono de mi bolso y efectivamente es Valentina quien ha enviado el mensaje. Los nervios aparecen otra vez. Sergio me observa entre divertido y preocupado.

De Valentina: ¿Estas huyendo cielo?

No quiero quedar como una miedosa. Así que le envío mi respuesta.

De mí: Claro que no, guapa. Solo le estoy diciendo unos consejos a Sergio.

De Valentina: Bien. Te estoy esperando en el estacionamiento.

¡Mierda! 

¿Quién se va a llevar mi auto? 

No voy a dejar que alguien más lo conduzca. Así que se lo hago saber.

De mí: Mira, cariño. Yo me voy a ir en mi carro y tú en el tuyo. ¿De acuerdo?

De Valentina: Ornales puede llevarlo. Tú vienes conmigo.

¡¿Qué?! ¡Y una mierda!

De mí: Que tengamos un contrato, ¡no te da el derecho de tomar las decisiones de mi vida!

Estoy muy cabreada. Sergio me observaba curioso, pero no hizo ningún comentario y lo agradezco de verdad. Me sentía tan enojada que cualquier cosa que diga me desquito con él.

— ¿Sabes? Tal vez podemos no ir al club y ver otro maratón de Yu-Gi-Oh —propone.

Su gesto es muy lindo, pero no puedo retroceder en algo que yo misma provoco.

 —No. tú vas a ir a ese club y le vas a pedir a Ariana que sea tu novia. ¿Entiendes? —le hago una clara advertencia.

Él solo me sonríe.

SEDUCIDAS POR LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora