capitulo 7

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La noche estrellada nos daba la bienvenida al paraíso tropical que es Hawái. Macarena y Sergio estaban emocionados, no importaba que solo fuera una reunión de negocios, los tres disfrutaremos al máximo este viaje.
Me pregunto, ¿cómo estará Valentina? Tal vez me ha de extrañar o está disfrutando del club con otra mujer. Los celos afloraron en mí, es la primera vez que estos se hacen presentes y los odio. Busco mi celular para hacer la llamada, necesito saber que él no está con otra mujer que no sea yo o juro que lo va a pasar mal.
— ¿Vienes o te quedas? —preguntó Macarena. Es una pregunta tan estúpida, ¿sabe que no puedo quedarme en el aeropuerto? En el avión encontramos una manera de llevarnos mejor, al menos ya no me cae tan mal como cuando la vi en el ascensor la primera vez—. Puedo llevarte cargando. Si querías eso, sólo debiste pedirlo.
Idiota. Ruedo los ojos y ella ríe.
—Eso jamás pasará Macarena. Me tocas un cabello y te dejo sin hijos, ¿está claro? —Su mirada, se transformó en una más brillante, divertida. Le gustan los retos. Ahora veo el parecido con su hermana Valentina—. Ni se te ocurra hacerlo Carvajal, la última vez que nos enfrentamos estabas de rodillas llorando del dolor. Y nada me gustaría que volverlo a hacer, pero por respeto a tu hermana no lo haré.
Recuerdo ese día en todo momento, está marcado con fuego en mi cuerpo y alma. Ahora recuerdo ver a uno de las dos follando con mi mejor amiga. Tengo que salir de dudas si era ella o Valentina. La curiosidad me estaba quemando por dentro.
—Estaba desprevenida. Eso no volverá a pasar —responde seria.
—Sí, claro. Ese día uno de ustedes estaba con Annie, ¿eras tú o Valentina? —Se estaba tardando en contestar.
Las dudas trepaban amenazando con salir. Esperar no es mi fuerte, estoy a punto de sufrir un ataque de ansiedad. Respiro para tranquilizarme. 
No te lo diré. Esa es mi venganza, morena, por todos los malos momentos que me haces pasar —agrega y me guiña el ojo.
Sergio me miró entre divertido y preocupado. Yo no puedo negarle a él, los sentimientos que tengo por mi jefa o que al menos estoy teniendo desde la noche de la gala. 
 
El taxi nos llevó al hotel Luna de oro, uno de los muchos negocios de mi padre. Renata Armaid, gerente del hotel es una chica esbelta y guapa. Al principio nos odiábamos, era una contienda a muerte por la atención de mis padres, ella buscaba que los dueños apreciaran su trabajo y su pequeña bestia se metía en cualquier problema a su alcance, tenían que vigilarme las veinticuatro horas por los siete días de la semana.
Con el tiempo cambio mi actitud con ella. Ahora somos amigas o al menos ya no le doy más problemas y mis padres han notado que ella maneja el hotel de una manera estupenda.
Trato de hablarle con señas para que dijera que no me conoce, pero lo hizo todo al revés.
—Juli, ¿vienes de vacaciones? —Negué con decepción, pero fue demasiado tarde para remediar los hechos.
No es culpa de ella que yo no quiera que se sepa que mi familia es uno de los dueños hoteleros más importantes.
— ¿Ustedes se conocen? —cuestionó Macarena. Es una entrometida. Renata  no sabía que responder, me lanzó una mirada suplicante.
Un fuerte resoplido sale de mi garganta. Odio a la gente entrometida.
—Sí. Nos conocemos debido a que mis padres les gusta vacacionar aquí. ¿Alguna otra pregunta Macarena? —pregunté lo más sarcásticamente que puedo.
Sergio está a punto de soltar la risa, es un verdadero espectáculo verme pelear con la jefa aun sabiendo que puede despedirme, pero no puedo quedarme callada. Le advierto con la mirada que deje de mofarse de mí o ya puede dejar de dormir tranquilo cuando se quede en mi casa.
—Tengo otra pregunta, ¿Traes bragas negras o blancas? —inquirió intrigada.
Una de las mucamas pasaba con una bandeja de galletas y Macarena tomó una para llevarla a sus cincelados labios.
¡Gilipollas! ¡No puedo creer que dijera eso! ¡¿Qué le importa de qué color son?! ¡Maldita pervertida!
Su cinismo es tan grande cómo su ego. Si piensa que me avergonzó frente a los demás, ¡está equivocada! Le voy a demostrar que dos pueden jugar el mismo juego.

–No tengo ropa interior. Ahora yo tengo una pregunta para ti, ¿es cierto los rumores que hablan las mujeres sobre que la tienes muy pequeña? —Renata y Sergio rieron de mí comentario. Macarena se atragantó con un trozo de la galleta—. ¿Alguna otra cosa que quieras saber?
—No —dice.
Mi amiga nos lleva a la recepción para registrarnos y otorgarnos nuestras habitaciones. Me llevo a parte a Renata para hablar con ella.
—Por favor Reni, que mi habitación sea la que la corporación Carvajal reservó. No quiero que se enteren que mi padre es dueño de este hotel —susurro.
Aunque mis progenitores me regalarán el apartamento y la camioneta, quería ser una persona independiente, trabajadora. Que mis capacidades sean las que me recomendarán y no un apellido. He logrado mantener el perfil bajo, pero en cualquier momento se sabrá la verdad. Y cuando eso pase, quiero que no interfiera en nada.
—No te preocupes Juliana. Pero las habitaciones que reservó la señora Valentina, son las presidenciales —informa.
Lo que una mujer con mucho dinero y poder puede comprar o adquirir con solo hacer una llamada. No estoy en contra que sean millonarias, si no el hecho que presuma lo que poseen.
—La señorita Valdés y el abogado Órnales compartirán cuarto y la señora Macarena en otra. Fueron las órdenes de Valentina Carvajal —explica de nuevo Renata.
Todos estamos sorprendidos. Aun estando a miles de kilómetros de distancia, mi obsesión de tormentosos ojos azules sigue tomando las riendas de mi vida y de los otros. En otras circunstancias accedería, pero en esta ocasión no. Si Valentina quiere jugar, lo haré y soy un contrincante lo bastante buena para hacerle frente a cualquier reto que me pongan.
—No. Carvajal y yo vamos a compartir cuarto —digo tajante. 
—P-pero me vas a meter en un gran problema Juliana —balbucea nerviosa Arqueo una ceja. 
—Yo te respaldo en esto Reni —Era una orden, no una petición. Ella no tuvo más remedio que aceptar.
Ella va a buscar las llaves de nuestras habitaciones. Me volteo a ver a mis colegas y compañeros de viaje y Macarena me observa con intriga por lo que dije.
—Pensé que me odiabas —dice incrédula. No le odio, sólo si cambiara su actitud nos llevaríamos mejor.
No lo hago. O al menos cuando no te estas comportando como una verdadera idiota — replico.
Ella sabe el motivo por el cual hice el cambio... Su hermana.
—Cuando la amargada de Vale se entere, nos va a matar, ¿lo sabes, no? —menciona divertida. 
—Por supuesto que lo sé. De eso se trata, Macarena —digo traviesa. El solo pensar que nuestra jefa no puede hacer nada porque está a muchos kilómetros de distancia me hace sonreír—. Valentina debe aprender que no todos están dispuestos a seguir sus órdenes.
—Eres un dolor en el culo para cualquiera. Pobre de mi hermana, al fin encontró a su otra parte —Me sorprende el tono melancólico que usa. El saber que Macarena se exprese así de su gemela me dice una cosa... Ellas pelearon por una mujer o por la empresa.
—Ya va a llegar la mujer que te ponga en tu lugar —respondo para cambiar de tema.
—Pues... hay una dama del club me tiene hechizada —murmura. Espero por su bien que no sea Annie, porque no sólo le daré con el látigo cómo hice con Armando. Le voy a hacer comer sus bolas.
—Cuidadito, Carvajal. Puedo verme cómo un ángel, pero yo soy el mismísimo lucifer y si le haces sufrir a las personas que me importan te juro que no te va alcanzar la vida para librarte del castigo que te voy a hacer —amenazo. 
Cuando alguien daña lo que me importa desatan lo peor de mí, no me importa que deba de hacer con tal de hacerle pagar el daño que hizo con creces.
—Tranquila diablita. Creo que si me atrae lo suficiente para dejar mi soltería. Ella es la mujer más maravillosa que he visto en mi vida y quiero pasar el resto de mi vida con ella para hacerla feliz —dice. En sus ojos azules hay un brillo especial cuando habla de la mujer misteriosa o no tan misteriosa, ya me imagino que habla de Annie.
Creo que hemos perdido a uno de los solteros más cotizados en todo New York. Una tos falsa nos sobresalta. Me había olvidado de mi amigo Sergio.
—Si ya terminaron de hablar. Tenemos una reunión con los inversionistas para el lanzamiento del teléfono inteligente —Está molesta. No es por que hable con Macarena, sino porque parezco una puta durmiendo con otra mujer y sentir algo por otra, además somos posesivos con nuestros amigos—. Los alemanes ya deben estar esperando. Recuerden que de esto depende el cierre del trató. No debemos ser impuntuales. Los socios odian eso.
Me molesta que mi propio amigo crea que no somos unas personas lo bastante responsables. Mi padre me enseño que lo más importante en un trabajo es en el desempeño que des y eso viene muy junto con ser personas altamente responsables.
–Sergio, sabes muy bien que éste trabajo me costó mucho sacrificio para obtenerlo como para dejarlo ir al garete —me quejo. 
Ahora la que está molesta soy yo. Theo lo nota y se disculpa.
—Lo sé Juli, pero me jode llegar tarde al trabajo. Todo el viaje he pensado que los alemanes no van a firmar ese maldito contrato —Sonaba preocupado y cuando Sergio era pesimista todo se iba al carajo—. Dime que todo va a salir bien. 
Por mi parte sabía que los inversionistas firmarían sin poner una traba. Macarena demostraba una seguridad en sí misma. Nada podía salir mal. Y yo debo hacer todo lo que este en mis manos para cerrar aquella negociación si deseo llegar a subir de puesto en la empresa de los Carvajal. Somos un trio fuerte y capaz de lograr lo que nos propongan, los alemanes terminaran por convencerse que deben invertir en este gran producto.
  La reunión con los alemanes fue un éxito. Sergio y macarena estaban magníficos. El prototipo del teléfono inteligente busca que el individuo sea uno con su celular. Valentina diseñó un software que permite acceder a cualquier aplicación siempre y cuando el sujeto sea y piense al compás de su celular. Su memoria RAM es mucho más extensa que los Smartphone. Valentina era una puta genio para las programaciones, se escuchan rumores de que pronto la corporación lanzara una consola de videojuego, pero aún no se encuentra lista.
—Chicos los felicito. Fue la mejor presentación que he visto —Me sentí orgullosa de ellos. Sé que Valentina también lo hacía. Es muy extraño que puedo sentir una conexión tan intensa con mi estúpida oji-azul, ¿o es porque una parte de mi desea que ella estuviera aquí conmigo?
—Gracias bestia. Es lo menos que le debemos a la jefa —Sergio admira a las gemelas. Desde que se enteró que desde jóvenes asumieron las riendas de la empresa. Su sueño siempre fue trabajar para ellas, después de seis meses por fin lo consiguió—. Macarena, ¿qué te parece si vamos a festejar?
¡Oh Dios mío! ¡No puedo creer lo que estoy escuchando!
Es la primera vez que Sergio propone ir de fiesta, normalmente soy yo la que lo convence de ir al club. Yo lo introduje al mundo de los Doms y Subs, yo soy la tipa que es desastre y él siempre me cuida de no caer en problemas o en manos de tipos idiotas, así funciona nuestra relación de amistad. 
Es la primera vez que estamos de acuerdo Órnales. En el hotel hacen una fiesta hawaiana que es muy buena. Creo que nos vamos a divertir por montones. ¿Tú qué opinas, nena? —me pregunta.
Le levanto el dedo corazón y ella se ríe de mí. Sergio niega y continúa hablando.
—Vamos. Pero debemos ir a los cuartos para cambiarnos de ropa. No pienso irme vestido así —comenta Sergio. Tiene razón, estamos vestidos de traje y es el vestuario inadecuado para una fiesta—. Los veo en la recepción en veinte minutos.
Mi amigo se aleja de nosotros para ir al ascensor. La gemela mujeriega hace de las suyas y coquetea con una pelirroja muy exuberante que para mi gusto está operada por todos lados. Annie me va a agradecer lo que estoy a punto de hacer. Me gusta cuidar lo que es de mis amigas, no cualquier mujerzuela puede venir a coquetear con la chica de mi mejor amiga. Así que avanzo en su dirección lista para efectuar mi plan.
—Cariño, los trillizos nos están esperando. Recuerda que viene otro bebé en camino— le tomo del brazo y volteo en dirección a la chica—. ¿Quién es ella? ¿Es tu amiga? 
La chica se encuentra sorprendida. Acaricio mi estómago para que sea más creíble lo que estoy diciendo. La risa quiere escaparse de mis labios y Macarena sigue perdida en sus pensamientos. La mujer le propina un buen bofetón que hasta a mí me dolió. La chica se va enfadada. Macarena se toca la parte de la cara donde le pegaron, me voltea a ver enojada, sus ojos están ardiendo, creo que en estos momentos está pensando en ahorcarme con sus manos, yo lo único que pienso es en felicitarme.
¡Bien hecho, Juliana!! Eso le pasa por ser una zorra.
— ¡¿Se puede saber por qué hiciste eso loca?! —Me reclama. ¿Cómo es posible que yo sea la loca, cuando le advertí que no dañara a mi amiga?—. Vámonos, antes de que te tumbe sobre mis rodillas y te azote.
La amenaza me causa gracia. Valentina diría lo mismo. Pero mi Mujer lo cumpliría.

La fiesta está en su máximo apogeo. La terraza del hotel tiene adornos de flores por todos lados, las luces fosforescentes iluminan todo a su paso. Hombres se encuentran tomando como si no hubiera un mañana, los gritos se perciben en el ambiente. La gente de Hawái es muy alegre, te llegan a transmitir aquella emoción que hace que me olvide de las consecuencias que puedo tener mañana por irme de fiesta.
La pista de baile llama mi atención. La música retumba en mis oídos incitándome a dejarme llevar entre ese mar de sensualidad que conlleva el baile. Macarena y Sergio se meten en una competencia de beber alcohol, las mujeres gritan como unas locas. Los celos me invaden. Soy una mujer muy territorial y aquellos... son de mi propiedad. Uno es mi mejor amigo y el otro el posible novio de Annie.
Es hora de actuar como una perra.
— ¿Se puede saber quien les dio permiso para coquetear con mi mujer y mi esposo? —exclamé posesiva. Las mujeres me observaban con cautela. La imbécil de Macarena y Sergio se estaban burlando de mi pregunta. Me acerco a los chicos y me abrazo a ellos—. Les cuento tres para que se larguen. Uno... dos...
Las chicas se fueron de inmediato. La sensación de irritación seguía en mi interior, sólo hay una manera de liberar esto... El alcohol. Los gritos de ánimo resonaban tan fuerte que creí quedarme sorda.
— ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! —gritaban al unísono todos.  
Tomo la enorme manguera y comienzo a beber como una desquiciada. El alcohol corre por todo mi sistema, la poca vergüenza que tenía desapareció, ya no importaba nada, ni el ayer, ni el mañana, sólo el ahora, quiero divertirme toda la noche y nunca parar.
Arrastre a la pista a los chicos borrachos que tenía como acompañantes. Bailábamos como podíamos. Movía las caderas sensualmente, parecía que estaba follando con ropa con mis compañeros. El sudor comenzaba a perlar nuestras frentes. Terminó la canción y nos dirigíamos por más bebidas, nunca había tomado tanto, pero siempre hay una primera vez, ¿no? Mi celular brillaba, me había llegado un mensaje... Era ella. La mujer que estaba a punto de dominarme.
El alcohol bombeaba en mi sistema, me sentía fuerte, valiente... Inalcanzable.
Decidí abrir los mensajes.
De Valentina: ¡¿Qué demonios significa esto, Juliana?!
Claramente se veía que estábamos en la fiesta. El alcohol me envalentona y le respondo sarcásticamente.
De mí: Es una fiesta, ¿no lo ves?
Su respuesta fue inmediata.
De Valentina: ¡¿No tienes nada más que decir?!
¿Qué espera que le diga? Mis dedos escriben la única respuesta que se me vienen en mente.
De mí: La verdad es que no.
Mi teléfono vuelve a vibrar.
De Valentina: ¡Joder, Juliana! ¡Voy a azotarte y esposarte cuando llegue a Hawái!
¡Oh Dios!
No debería desafiarle en estos momentos, pero no me gusta que me amenacen.
De mí: ¡Ja, ja, ja! ¿Tú y cuantos más, Valentina?
No pasaron ni dos segundos cuando llego el mensaje.
De Valentina: Yo sola puedo contigo, cielo. Te recuerdo que aún tengo el dominio de ese exquisito cuerpo que posees.
Trago saliva. Escribo las palabras con los dedos temblorosos para la mujer que ha despertado en mí una pasión que no se puede extinguir.
De mí: Serás presumida. Si no mal recuerdo, fui yo la que te deje en el suelo de la habitación con semejante erección.
De Valentina: Cielo, esa vez no estaba jugando en serio contigo, solo deseaba saber si lo que dicen de ti era verdad. Ahora que se cuan apasionada eres, es el momento de que comencemos a jugar.
Mi boca se secó ante sus palabras. Otro mensaje llegó.
De Valentina: Me gusta jugar muy rudo. Cielo, ese cuerpo que tú te empeñas en decir que es solo tuyo, ya tiene otra dueña que sabe cómo hacerte sentir mujer. Esa única mujer soy yo, no lo olvides.
Y era verdad. Desde que me tocó aquel día, mi cuerpo le pertenece. Una excitación intensa aparece entre mis muslos, las palabras de Valentina me ponen al mil, es como si fueran un juego previo para darle la bienvenida a algo mucho más oscuro.
¡Maldita sea!
No puedo esperar a que empiece el juego. Los juegos peligrosos, son los que hace la vida más interesante. Pueden ser capaces de robarte la mitad de tú alma. Yo estoy a un paso sobre el abismo, todo lo que necesito es dejarme llevar.
Estoy ardiendo por dentro, si no sucumbo a este pecado voy a morir lentamente. El infierno del placer me llama y yo no puedo resistirme por más tiempo.
Voy a dominar a esa mujer así sea lo último que haga. Ambas vamos a perder una parte de nuestras almas en un juego tan peligroso como explosivo.
  
Se que las he tenido abandonadas pero es que estoy trabajando en una historia propia y eso lleva un poco de tiempo para poder darles a ustedes una historia de calidad como lo han Sido mis adaptaciones espero no estén bravitas conmigo. Pero para que vean que las quiero les traigo tres capítulos largos para compensar a demora espero los disfruten
Ya saben voten para que la historia llegue a más lectores y comenten para yo saber que piensan y poder hacer mejor la adaptación las quiero  😁😍😋

SEDUCIDAS POR LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora