capitulo 24

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No puedo entender cómo diablos se libera Valentina y mi mente parece haberse ido de viaje a otro lugar o ¿será que cuando ella me toca me olvido de todo? La respuesta es simple... cuando ella me pone un dedo encima, no existe nada más en este jodido momento para mí y también le pasa a ella lo mismo conmigo. Todo es tan intenso entre nosotras que nos consume por completo.

Valen hace pequeños circulitos sobre mis hombros, lo que me hace desear que aquellos dedos bajen un poco más. Aquí y donde sea que ella esté, me convierto en una descarada. Le necesito como si el sexo con otra persona ya no es más que simplemente aburrido y la idea de otra sobre mí, me enferma. Es lo que Valentina ha provocado desde que nos acostamos. Ella ha llegado a tocar partes no solo físicas, sino emocionales que le hacen muy importante para mí.

— ¿Lista para ser castigada, cielo? —Su voz es ronca por la excitación que siente por mí y no puedo decir que yo no lo siento, porque sería una vil mentira. Mi mente está librando una lucha interna entre dejar que lo haga y luchar como la dómina alfa que soy, para no dejar que me toque ni un cabello. Odio sentirme de esta manera—. No lo pienses tanto, cielo. Además la última vez que tuve el control, no hubo ninguna queja de tu parte, ¿o sí?

Si deja de hablar un poco seria la mujer perfecta, pero no, a veces nosotras las mujeres tenemos tendencia a decir cualquier cosa durante las relaciones sexuales. Valentina debe ser ella mismo ahora en la habitación y fuera de ella. Una mujer que toma lo que quiere cuando lo desea y de la forma que sea no importa cuánto tiempo le lleve, siempre lo consigue. Una parte de mi sigue sin querer hacer esto. La mano de mi sexy jefa sigue descendiendo hasta colocarse en medio de mis piernas, quiere provocarme, pero no lo conseguirá tan fácil. Cuándo me propongo algo, lo consigo igual que ella, por eso tenemos diferencias y terminamos discutiendo.

— ¿Y si me rehúso? —dije. Cierro las piernas, dejando atrapada su mano. Valentina parece que no tiene ningún problema con eso porque la hija de puta sigue masajeándome como puede. ¡Resiste, Juliana! ¡Mierda creo que voy a caer!—.

¿Piensas que unas simples carisias me van a volver loca y voy a pedirte que me folles?

¡Pues si lo haría! ¡Follame de una puta vez cabròna gilipollas!

<<Espera ¡¿Qué?! ¿Desde cuándo estoy tan desesperada para suplicarle a una persona que me tome y me haga suya? Juliana, cada día vamos de mal en peor>>Pienso.

—Cielo, nunca he dicho que tú fueras a implorarme algo así, pero tampoco es que fuera necesario. Ya sabes cuánto me gusta tocarte—admite descaradamente—. Desde el primer momento en que te saboree por primera vez, me he vuelto adicta a ti y no he podido sacar tu dulce aroma de mi sistema, es como una maldita obsesión que nunca va a cesar. ¿No te pasa lo mismo?

¿Cómo puede decir cosas como esas en este momento? Hace que me replantee mi lugar en esta relación. Puedo dejar que valentina lleve el control total de todo, pero… ¿Dónde queda mi libertad y el poder para ejercer mi dominio sobre ella? ¿Alguna vez podre dejar de necesitar tanto su toque? Miles de preguntas pasan por mi cabeza y ahora no puedo tener en claro las respuesta a todas ellas, pero lo único que tengo en claro es que me gusta ser libre y se lo hago saber.

—Se lo que intentas hacer, Carvajal y créeme que no te saldrás con la tuya —advierto. Dos podemos jugar esto.

La verdad es que no tenía ni idea de lo que trae en mente y es algo que me gusta de ella, ya que todo lo que hace es incierto y es algo nuevo para mí. Normalmente siempre voy a un paso de lo que mi sumiso o los hombres de negocios creen que es innovador. No es tan fácil impresionarme o tomarme por desprevenida, le he dado la vuelta a demasiadas cosas que se interponen en mi camino, pero la mujer que tengo aquí en la habitación me resulta un verdadero misterio.

SEDUCIDAS POR LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora