Capítulo 4

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Después del desastre que fue el torneo y enterarse de que Mori Jin era la reencarnación de Sun Wukong, Ilpyo.exe había dejado de funcionar.

Ungnyeo había aparecido y empezó a caminar hacia un fatigado Mori mientras comía un cebollino tiraba ala chica rubia al suelo. La joven lo miro cansada e irritada y Mori solo se limitó mirarla confundido mientras enfatizaba su mal olor.

- Nunca pensé que aquel alfa testarudo y egocéntrico reencarnaría en un dulce y risueño omega - murmuro la mujer al mirar a Mori - Tiene tiempo que no te veía, pequeño monito - finalizo diciendo con cierto deje de melancolía.

— Entonces, ¿cuál es tu deseo?.

Mori la miro algo confundido, pero antes de hablar la mujer hablo primero.

— Ya sabes, técnicamente tú ganaste el torneo —.

— Quiero que mi abuelo regrese... — el entusiasmo se vino abajo al voltear a los lados y ver al resto en condiciones deplorables, en especial Ilpyo — Deseo que todo el daño de Jegal sea revertido —.

Ungnyeo lo miro dudosa.

— ¿Ese es tu deseo? Solo puedo cumplir uno y no puedo revivir a los muertos.

Mori asintió con tristeza.

 — Sí — dijo con simpleza mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

...

— Solo por ser tú harás una excepción, tu abuelo sigue vivo —  Menciono con fingida irritación — su energía es baja, pero está vivo — termino por decir mientras miraba sutilmente al joven omega.

Una gran sonrisa se asomó por los labios del omega, sus ojos bailaron de alegría y alivio la diadema blanca desapareció en un *pof*, a pesar del cansancio su rostro mostraba júbilo. Y se desplomó sobre los brazos de Ilpyo, el cual había reaccionado rápido y logro atraparlo.

— ¿Él estará bien? — pregunto preocupado Daewi.

— Si, solo está durmiendo — explico Ungnyeo mientras arrastraba su ropa al haberse hecho más pequeña.

...

Mori durmió 4 meses sin despertar.

Y su celo se presentó minutos después de despertar.

...

Mori estaba en su futón cuando despertó, Ilpyo estaba ahí a su lado. El alfa se encontraba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, su mano derecha mantenía levemente erguida su cabeza, y de sus labios escurría una ligera línea de baba. Mori sonrió con cariño, y de forma traviesa empezó a picar con su dedo índice la mejilla de Ilpyo.

— Ilpyo, despierta~ — canturreo el omega para el alfa.

El hombre azabache murmuraba soñoliento.

— 5 minutos más — lloriqueo el hombre.

Luchando contra sus pesados parpados, Ilpyo despertó, a medias, pero lo hizo. Ilpyo sonrió tambaleante al ver a Mori, los nervios de sus recuerdos con Mori, proclamándolo su alfa mientras luchaba contra Taek Jegal. El golpe de realidad y los recuerdo, es más el propio recuerdo especial de cuando se besó con Mori, le hizo sonrojarse. 

— Buenos días Mori — saludo dulcemente al omega mientras se tragaba sus ganas de chillar por ver al omega de nuevo sonriendo y despierto.

— Buenos días Ilpyo — devolvió el saludo con un rubor en sus mejillas junto con una amplia sonrisa.

—¿Cuánto tiempo dormí?.

— Cuatro meses — respondió suave Ilpyo.

— ¡Vaya!, fue mucho tiempo — menciono sorprendido mientras colocaba su mano al costado de su cabeza, podía sentir la cicatriz que le quedo a causa de la diadema.

El más hermoso omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora