Capitular 10

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Ya estaba en su última semana de gestación y Mori se rehusaba a levantarse de la cama, la cama se había pegado a él y se negaba a soltarlo. El torneo internacional había comenzado y con mucho esfuerzo había convencido a Ilpyo de dejar que fuera uno de sus clones.

Originalmente, le había pedido que Ilpyo fuera en su lugar, pero él se negó a dejarlo solo.

Los clones poseían una fuerza parecida ala de él, más no igual. Pero no presentaban el embarazo o segundo género. Se podría decir que eran simples betas. Pero por alguna razón Hui Mori (que fue el nombre que se le dio) poseía una personalidad completamente diferente ala de él. Era más educado e inteligencia, había dicho Mira. Aunque eso no era necesario a opinión del original.

Espero que Mira y Daewi se las arreglen sin mí.

Y Mori se quedó mirando el techo, había mucho silenció y solo se limitaba a acariciar su vientre, susurrando historias y anécdotas a su cachorro.

- Y así conocí a tu padre.

...

Era alrededor de la 5:30 de la mañana, el sol empezaba tímidamente a asomarse por el horizonte.

Mori se levantó cuando un punzante dolor empezó a esparcirse desde su vientre hasta sus caderas. Soltó un alarido de dolor y luego sintió como un líquido incoloro caía por sus muslos hasta sus piernas. El dolor se empezaba a hacer insoportable.

- Ilpyo *snif - lloriqueo Mori meneando el cuerpo de su alfa.

- ¡¿Qué pasa?! - cuestiono adormilado el hombre.

De repente sintió el colchón mojado, Ilpyo levanto la mano humedecida a la altura de sus ojos. De pronto todo conecto.

Mori acaba de romper fuente.

- Oh, Oh - dijo Ilpyo en pánico.

- ¡Eso es lo único que dirás! - grito enfurecido Mori aún con lágrimas en los ojos.

Parpadeo desconcertado por el grito del (usualmente) risueño omega.

- mmm, sí, tienes razón - el pelinegro empezaba a despertar y miraba nervioso al omega - Llamaré un taxi, trata de aguantar - termino de decir el alfa con una poco confiable sonrisa nerviosa.

- ¿Qué crees que hago? - refunfuñó el omega mientras apretaba los dientes.

Ilpyo se levantó y tomo la pañalera previamente lista, se levantó y cambio lo más rápido que pudo tropezándose con sus propios pantalones. Y cargo como una princesa a un adolorido Mori que lo fulminaba con la mirada.

Por suerte eran las primeras horas de la mañana y no había tráfico, por lo que el taxi no tardo en llegar.

Mori respiraba irregular y rápidamente, tomando grandes bocanadas de aire. El pobre chofer fue testigo como la puerta en donde iba el omega era deformada por este y pequeñas partes del plástico agrietado se desprendían.

Ilpyo tomo su teléfono e hizo una llamada al abuelo del omega.

- Señor Taejin, Mori y yo estamos de camino al hospital, acaba de entrar en labor de parto - informó suave y tranquilo al hombre, por lo menos supo fingir bien la voz.

Del otro lado de la línea se escuchó un "voy para allá" y colgó. Mori tenía el ceño fruncido y miraba a matar a todo el mundo que se le cruzará. Sus ojos se volvieron de color rojo, un par de rubíes que miraban todo y reflejaban dolor.

Al llegar una enfermera lo ayudó a sentarse en una silla de ruedas y lo llevó con rapidez al ala de maternidad.

...

El más hermoso omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora