Capítulo 17

142 16 15
                                    

Puede que Émile no fuera el tipo más inteligente del mundo, y a pesar de que sus colegas lo pudieran considerar el mejor estratega, cuando se trataba del rey mono, se volvía irracional. Así que después de recibir una fuerte patada que le voló uno de sus dientes pudo entender el porque perdió la apuesta con Odin.

— No toques a mi omega — gruño Ilpyo posicionándose alado de Mori.

Algo que siempre le ha encantado de Ilpyo a Mori es que lo trata como si necesitara protección, es un gesto tierno a su parecer. Aunque después de asesinar Dioses, no cree que necesite protección. En todo caso sería al revés.

Mori soltó una suave risa junta a Kwan ante la escena de celos de su alfa.

— Oh vamos, yo solo quería ayudar. Además fui yo quien ayudo a Mira después de encontrar a Kwan — regaño Émile a pesar de que su cabeza estaba siendo aplastada por el pie del recipiente de Hojosa.

— ¿Tu cómo sabes de Kwan? — pregunto Ilpyo enfatizando su enfado aplicando más fuerza en el pie que estaba encima de la cabeza del pelinegro.

— El rey hablo de eso, está bien. Yo le di información y el me dió información a mí.

A pesar de las inmensas ganas de discutir con el tipo extraño, Mori debía encargarse del pequeño demonio que se miraba ansioso por pelear con él.

— Mira, cuida a Kwan mientras me encargo de esto —ordeno Mori dejando a su hijo en los brazos de su amiga y depositar un beso en la frente del bebé.

— Vamos, ¿qué esperás? — menciono irritado el Omega mientras miraba fijamente al joven alfa.

Satán sonrió divertido ante la provocación.

...

— Ya podrías quitar tu pie, el amor de mi vida está por pelear — menciono irritado Émile.

— ¿Qué acabas de decir? — No era una pregunta, era más bien una oportunidad de retractar sus palabras.

— Que si ¿podría quitar su pie? — menciono temeroso Émile.

Entre las nubes de polvo apareció Odin en su motoneta, con una sonrisa burlona en sus labios.

— Oh, con que aquí estabas, acosador problematico.

— No me llames así — respondió indignado Émile, ya estaba sentado en el suelo.

— Mira, llévate a Kwan. Yo me encargaré — ordeno seriamente Ilpyo mientras acomodaba su postura.

— Tranquilo zorro, solo vengo por este hombre — menciono apresuradamente el Dios, lo menos que quería hacer era llamar al despiadado Rey mono.

— Está bien — menciono racionalmente Ilpyo.

Era claro que estaba cansado, pero podía luchar. Su decisión tuve más que ver con Mori y Kwan, si algo le llegaba a pasar a su hijo estando él para protegerlo, Mori lo dejaría durmiendo en la calle. Y el mismo se recriminaria por tal muestra de debilidad.

Lo mejor y más sensato es ni siquiera arriesgarlos provocando una pelea destructiva.

— Bueno, nos vemos — menciono Odin mientras arrancaba su motoneta y Émile se acomodaba en el asiento de esta.

Solo pudieron ver cómo se iban dejando una nube de polvo.

— El Ragnarok va muy interesante, no crees ¿Dagda? — burló Odin al joven alfa.

— Creo que el Rey mono es lo que causó este desequilibrio tan interesante, y será más interesante la pelea que viene. Creo que tengo que agradecerte por sacarme de mi neutralidad, no acepte muy bien el rechazo — murmuró triste lo último.

El más hermoso omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora