8. A Rose in the Wall

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Nevaba en Invernalia, Roselyn supuso que hacía frío aunque ella no lo sintiera. Estaba con Bran en su habitación, el niño ya había terminado de desayunar.

- Rose, ¿puedes contarme una historia?

- ¿Una historia? ¿Cuáles te gustan?

- Me gustan las de miedo.

- ¿Las de miedo? Esas en las que la oscuridad invaden las grandes ciudades, en las que los niños nacen en el frío invierno y mueren sin haber visto el sol. Cuando los caminantes blancos provocaban el miedo y mataban a su placer. - Ella quiso reir cuando Bran asintió asustado. - Mi joven señor no deberían gustarles esas historias, porque todas son reales.

- ¿Has estado más allá del muro?

- Sólo una vez, fue para acompañar a unos hombres que creían en los antiguos dioses a hacer el juramento.

- ¿Y cómo es?

- Es más frío que Invernalia.

- ¿Vistes algún salvaje?

- Sí.

- ¿Y caminantes blancos?

- Dicen que los caminantes blancos murieron hace mucho tiempo.

- ¿Y tú qué dices?

- Creo que están dormidos, y algún día despertarán. - Bran cada vez miraba más asustado a Roselyn. - El invierno volverá, nos atrapará a todos. Los hombres, las mujeres y los niños morirán de frío, de hambre, nadie podrá sobrevivir. - El niño emitió un grito al escuchar la puerta abrirse, lo que provocó la risa en Roselyn.

- Lo siento, pequeño señor. - Roselyn trató de calmar su risa cuando Bran la miró mal y entró Robb en la habitación.

- ¿Otra vez historias de miedo?

- Es lo que me ha pedido.

- Bran, el maestre vendrá para las lecciones, yo me llevo a Roselyn. - Ambos salieron de la habitación.

- Nunca dejas que realice mis tareas, quizás Bran quisiera seguir contando sus historias.

- Esa no es tu función, me gustaría que alguna vez entendieras que eres una invitada.

- Pero yo no quiero ser una molestia, no quiero provocar gastos.

- ¿Gastos? Si casi no comes, ojalá hubiera comido así Robert Baratheon cuando vino a Invernalia.

- ¿Cómo es?

- ¿Robert Baratheon? Es viejo, gordo. Deja de beber, para empezar a comer. - Roselyn rio, muchos de esos había en el muro. - Mi padre decía que era un buen amigo, también un buen guerrero. - Robb recordó los rasgos de Robert y vio los de Roselyn, eran muy parecidos. Ojos oscuros, piel morena, pelo oscuro, eran demasiado parecidos.

Robb la guiaba hacia el bosque de los dioses pero iba callado pensando en que Rose podía ser hija bastarda de Robert Baratheon.

- ¿Por qué estás tan callado?

- Nada, sólo pensaba. - Ella sabía que algo le preocupaba, pero no sabía qué era.

- Estás preocupado por algo.

- No, no le des importancia. Es solo que quiero que vuelvan mis padres y mis hermanas. - Mentira. Rose sabía que le estaba mintiendo. Entonces fue ella la que se calló, odiaba cuando la mentían. Odiaba cuando el Maestre Aemon y el Lord Comandante la mentían. Y odiaba que Robb estuviera mintiéndola. - Mira, este es el bosque de los Dioses, recuerdo cuando mi padre me traía aquí. - Se sentó al pie del árbol, frente al lago. - ¿Te gusta? - Ella se limitó a asentir. - ¿Te ocurre algo? - Si algo se le daba mal a Rose era fingir un enfado, debía controlarse a ella misma si no quería que todo a su alrededor saliera ardiendo.

A Rose in the Wall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora