3. A Rose in the Wall.

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Sirvieron la cena y el comedor estaba lleno de hombres. Roselyn estaba acostumbrada, ya ninguno de esos hombres podrían intimidarla, ella conocía cómo tratar a todos esos hombres.

Todos la miraban, unos no entendían por qué una mujer estaba allí, y los otros disfrutaban de que ella estuviera allí. Roselyn sabía lo que ellos sentían respecto a ella, simplemente trataba de ignorarles. 

- Quiero saber qué hace una mujer tan bella aquí, rodeada de hombres. - Dijo un hombre que se sentó frente a ella, su voz era desagradable, su rostro le repugnaba, pero Roselyn continuó concentrada en su comida. - No contesta, seguro que eres su puta. - Él rió, pero Roselyn le ignoraba.

Jon se acercó a ellos, tenía la sensación de que tenía que defenderla.

- Déjala en paz. - La voz de Jon era firme y apoyó sus puños en la mesa.

- Snow, ¿por qué te metes? - Roselyn comenzaba a enfadarse, su cuerpo ardía, sus manos también; tenía que parar con eso, no debía permitir que alguno de estos hombres viera que tenía poderes. - Si mira su cara, ella es quien está deseando follarme. - Antes de que el hombre pudiera decir o hacer algo más, Roselyn cogió el cuchillo que había en la mesa y lo clavó en la mano del hombre. Cuando él grito, el comedor se detuvo, todos miraban asombrados por el carácter de la joven.

- Ni quiero ni querré follarte. - Ella se acercó más a su cara y apretó más el cuchillo. - Y como vuelvas a sobrepasarte, no podrás volver a follar con nadie. - Ella sintió que se lo había dejado claro y sacó el cuchillo de su mano. Se giró hacia Jon que tragó saliva visiblemente. - Y a ti, no te hagas el héroe, no necesito ayuda. - Ella salió del comedor para subirse a lo más alto del muro. 

Estuvo un rato allí sola, sintiendo el calor de su propio cuerpo, observando las vistas que eran como el fin del mundo. Alguien estaba subiendo, era Tyrion Lannister. Ella no le miró, escuchó cómo se acercaba y sintió el interés que él sentía hacia ella.

- Buenas noches, mi señora. - Se quedó junto a ella, Rose se quedó esperando a que le dijera algo. - He visto lo que ha ocurrido esta noche, mi señora. 

- No me llame señora, llámeme Roselyn o Rose o bastarda, como guste mi lord. 

- Está bien, bastarda. - Ella le miró, y vio que él estaba jugando con ella; vio también cómo era Tyrion y prefirió no enfadarse con él. - El joven que ha intentado defenderla también es un bastardo, el bastardo de Invernalia. Creía que los bastardos teníais algún tipo de vínculo. - Ella sabía lo que le iba a decir. - Es un buen chico, no deberías alejarle de ti.

***

No podían descansar, se sentía realmente mal por haber tratado así a Snow. Quizás Tyrion tenía razón y los bastardos tienen algún tipo de vínculo, quizás debería salir a disculparse, quizás debería hacerse amiga de alguien. Se sentía muy sola, realmente sólo tenía algo de amistad con los cocineros.

Se dirigió a su celda, estuvo allí más de diez minutos pensando como entrar y si debía entrar; quizás quedaba extraño entrar por la noche en la habitación de alguien. Entonces Rose se sobresaltó cuando algo rozó su mano, se giró para ver un lobo albino con los ojos rojos. 

- Bonito, ven. - Ella se agachó con él que dejó que le acariciara. - ¿Qué haces tú aquí? - El lobo miró hacia arriba y Roselyn supo que Jon estaba allí. Tomó una respiración profunda antes de girarse a él. - Hola.

- ¿Qué haces aquí? - Él estaba confuso y molesto, y Roselyn se estaba poniendo nerviosa.

- Quería hablar con vos, Lord Snow. - Él dejó que pasara. 

- No me llame Lord Snow, no lo soy. - Cerró la puerta dejando que su lobo se quedara con ellos dentro. 

- Quería disculparme por lo de la cena, no debería haber contestado así. - Ella por primera vez le miró a los ojos; se había criado entre hombres, pero el rostro de Jon era el más bonito que había pasado por allí. - Sólo me has defendido porque es lo correcto, debemos defendernos entre nosotros y yo me he comportado como una idiota.

A Rose in the Wall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora