Y... Tenías razón

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Bella se despertó con la respiración agitada unos minutos antes de que sonara su alarma, debido a un sueño que le gustaría haber continuado, aunque ella no estuviera segura.
En el sueño estaban en un día normal de clase. El timbre sonó y todos los alumnos salieron del aula. Todos... Menos ella... Jessia.
¿Por qué no se iba Jessia? ¿Por qué no se iba la propia Bella si no quería estar ahí a solas con ella? Algo le impedía marcharse, un deseo que intentaba ignorar, pero que su subconsciente conocía a la perfección.
Jessia se empezó a acercar, cada vez más, con una sonrisa pícara. Bella estaba paralizada, con su corazón a mil por hora. "¿Escucharía Jessia sus intensos latidos?" Se preguntaba preocupada. Cuando Jessia puso con delicadeza una mano sobre la cara de Bella, esta se despertó bruscamente.
Miró a Selena, quien seguía durmiendo plácidamente y pensó: <<Tenías razón>>.
Bella se dio una ducha rápida y esperó a Selena para irse juntas a desayunar.
Cada vez que recordaba que inevitablemente hoy iba a ver a Jessia en clase, sentía mariposas en el estómago. Tocaba Física a primera hora, por lo que Bella se dispuso a entrar en su clase. Ella no había llegado aún, pero no tardaría mucho.
Sacó sus apuntes para repasar el tema de óptica geométrica, pero no podía concentrarse lo más mínimo al estar pensando en Jessia.
>>¿Qué está pasando? Céntrate en el trazado de rayos y para de pensar en cualquier otra cosa.
Esa misión fue un fracaso, y todavía mayor cuando Jessia entró a la clase, con una chaqueta de cuero negra, la mochila colgada de un solo lado y un archivador entre sus brazos. Cuando Bella se dio cuenta de que la estaba mirando fijamente, recibió una sonrisa de la misma, que hizo que Bella se sonrojara al instante y apartara la mirada.
>>Definitivamente soy un desastre. Ahora pensará que soy una rarita, aunque no está equivocada. Dios, no entiendo nada.
En ese momento entró su simpático amigo pelirrojo e interrumpió los pensamientos incesantes de Bella.

-¡Hey, Bella! Estás empanada.

-Qué susto, Kevin. Solo estoy muy concentrada en mis pensamientos. ¿Cómo estás?

Kevin arqueó una ceja ante la segunda afirmación de Bella.

-¿Yo? Feliz, como siempre.  -Bella se rio y negó con la cabeza. -¿Y tú?

-También bien.

Las horas pasaron y Bella solo deseaba tener cualquier interacción con Jessia, aunque con la sonrisa que recibió a primera hora le bastaba por el día. Nada era lo mismo después de ese sueño.
A la hora de comer, Bella va al comedor, donde se encuentra con Selena, Kevin, Félix y Adrián.
>>No sabía que Kevin y Félix fueran amigos.
(Hay muchas cosas que no sabes, pequeña Bella.)
Todos la saludan con una sonrisa cuando llega.
-Rápido, Bella. Las croquetas se van a acabar si no vas ya de ya. -Le advierte Adrián y ella obedece.

-Los martes de croquetas me hacen un 40% más feliz. -Dice Selena y continúa comiendo felizmente.

-¿Solo un 40? -Le cuestiona su hermano.

-No parece que seas de ciencias, porque un 40% más es un porcentaje bastante alto hablando si hablamos de algo como la felicidad. -Se burla Félix y Kevin le saca la lengua como respuesta.

>>¿En qué momento estos dos tienen tanta complicidad?

-Ahí le doy la razón a Félix. -Dice Bella para participar en la conversación y no dejar todo en su mente.

-Frikis. -Les acusa Adrián.

-Todos aquí lo somos y no eres precisamente el más indicado para decirlo, rubito. -Dice Kevin cómo respuesta.

-Cuánta tensión hay aquí. Voy a por un Danonino.
La pelirroja cumple lo que acaba de decir y vuelve con una gran sonrisa y un postre destinado a niños de 5 años.

-Bueno, chicos voy a estudiar un rato de Mates. ¿Nos vemos en la cena?

-Pues claro, Bella.
Bella se va con una buena sensación tras la comida. Ha pasado un rato muy agradable con sus amigos y ha podido olvidar a ya sabéis quién.

Tras horas y horas de hacer integrales y muchas canciones de Billie Eilish, Mitski y Morat de fondo, Bella se levanta de su escritorio.
Selena entra en la habitación poco después.

-Y, ¿Has visto a tu amada hoy?

-Sí, o sea, no es mi amada. Digo... Agh. Sí, la he visto.

-Estás dándome la razón entonces.

-Mmm ¿No? Bueno, venga. Tú ganas. Ahora ayúdame.

Selena brinca y fangirlea un poco, hasta que responde.

-¿Has hablado con ella? Hay que empezar a captar señales.

-No, pero me ha sonreído. -Al recordarlo Bella se sonroja y sonríe de forma inconsciente.

-Aww eso es bueno. Mañana tienes que hablar con ella sí o sí.

-Y tú con Adrián, ¿Qué?

-Veo que eres observadora con todos menos contigo misma, amiga.

-¡Ah! Entonces ahora me estás dando la razón tú a mí.

-Uno a uno. -Se rinde Selena.

-Cuenta, cuenta.

-Es muy lindo y observador y simpático. Me di cuenta el otro día, cuando nos traicionasteis dejándonos solos en la comida.

-Una traición que te sentó de perlas, por cierto.

-... Como sea. Te propongo un trato: yo te ayudo con tu misteriosa crush y tú me ayudas con Adrián. ¿Qué me dices?

-Acepto.








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