No estamos solos

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Después de las clases, el grupo de amigos con una nueva misión se reúne en el comedor. Pero la comida no es el objetivo de esa reunión.
Una vez todos han cogido su ración de ensalada y pudding de postre, se sientan en la mesa.
-Necesitamos más información. -Dice Félix.

-Tenemos que idear un plan lo antes posible. -Le responde Kevin y los demás asienten.

-¿Qué tal si hacemos grupos e investigamos cada uno una parte? Si vamos todos sería muy sospechoso. -Propone Selena y el resto acepta. La chica toma el mando y divide los grupos.

>>Está bien. Bella y Jessia, como las dos sois de ciencias no despertaréis sospechas yendo al laboratorio, así que podéis buscar cualquier sustancia sospechosa; Kevin y Félix, podéis ir al aula de informática; Adrián y yo, a la biblioteca. ¿Os parece bien? -De pronto la pelirroja se avergüenza de haber tomado el control, sintiéndose un poco mandona. Pero a sus amigos les parece perfecta la distribución.

-Descubriremos la verdad. -Dice su mellizo motivado.

Tras la comida, todos pasan disimuladamente por los alrededores de las salas que investigarán. El único problema que encuentran es que el laboratorio está siendo utilizado por una clase.
-Creo que los de segundo están haciendo prácticas. Al parecer están diseccionando un riñón. -Observa Bella.

-Ah, qué agradable. -Dice Adrián con sarcasmo.

-Iremos cuando hayan acabado. Podemos decir que estamos haciendo un informe para un proyecto. -Le dice Bella a su compañera de investigación. Jessia asiente y le sonríe. No ha hablado prácticamente nada en el grupo, no lo ha conseguido, pero con Bella todo es diferente.

-Nos vamos ya para la sala de informática. -Avisa Kevin y se aleja del grupo junto con Félix.
Caminan bromeando por el camino hacia el aula. Una vez han llegado, abren la puerta, que por fortuna de queda abierta hasta la noche.
El aula está completamente vacía, lo que es normal, porque la mayoría de estudiantes están comiendo.
Los chicos se sientan en la mesa del fondo, para tener tiempo de reaccionar si alguien entra. Los ordenadores del aula de informática son numerosos y bastante modernos.
Una vez allí, Kevin enciende el ordenador. Tarda unos segundos en abrirse, y se crea un pequeño silencio incómodo entre los dos chicos.

-Mi hermana me ha mandado el blog del chico ese. Voy a intentar rastrear la procedencia a ver si eso nos ayuda a localizarlo. -Dice el pelirrojo, calmando el silencio.

-¿No podemos intentar comunicarnos con él directamente?

-Lo he estado mirando, pero ha usado un blog en el que se pueden publicar entradas de forma anónima. Lo único que se puede hacer es intentar descifrar el lugar desde donde lo mandó.

-Eso nos podría ayudar bastante.

-Eso espero. Tenemos que intentar lo que sea con tal de descubrir qué le pasó a Selena y al escritor del blog. Y sospecho que a algunos más...

Un escalofrío recorrió los cuerpos de ambos al pensar que podrían estar en peligro.
Tras un tiempo de investigación, consiguieron adentrarse en la dirección del ordenador desde donde se había publicado el blog.

-Al parecer está escrito desde Lucca, una ciudad italiana. Tiene unos 88.000 habitantes, así que es algo complicado, pero podría ser mucho peor.

-Italia... Me parece un país tan bonito.-Se deja llevar de pronto Félix.

-Sí, también lo creo. Vivir allí sería una pasada.

-Podríamos mudarnos los dos allí. -Le responde el chico asiático, e instantáneamente se avergüenza de ello. -E-es decir, si quieres, creo... Yo también viviría allí en algún momento de mi vida.
Kevin se ríe al captar el nerviosismo de Félix y decide aumentarlo un poco más.
-Sería genial vivir contigo en Italia. Tan romántico...
Félix suelta una pequeña risa y luego se miran a los ojos con sus labios torcidos formando una pequeña sonrisa boba en la cara.
Sus ojos brillan cuando se miran mutuamente, a su alrededor el mundo parece insignificante. Ninguno se atreve a dar un paso más, aunque los dos se mueren por hacerlo. "Con esto es suficiente", piensan.
El chirrido de la puerta del aula de informática se escucha de repente y hace que Kevin y Félix salgan de su burbuja.

-¿Qué hacéis aquí a estas horas, jovencitos? -les pregunta el profesor de deporte, calvo y con su chándal habitual.

-Teníamos que terminar un trabajo, pero ya nos vamos. -Responde Kevin, mientras Félix ya se las ha apañado para apagar el ordenador y no dejar ni un rastro de su historial.

Mientras tanto, Selena y Adrián se dirigen hacia la biblioteca.
Por el camino se ponen al día sobre sus próximos exámenes y proyectos.
Al entrar observan a algunos alumnos estudiando, no muchos y en absoluto silencio. La bibliotecaria está sentada tras una amplia mesa y no aparta la vista de su libro cuando los jóvenes entran.
-Tengo una idea. Sígueme -. Dice Adrián.

-Sshhh-. Emite la bibliotecaria al oír el más mínimo ruido, aún sin levantar la mirada de su lectura.

Adrián guía a Selena a una sección de la biblioteca en la que se encuentran las orlas de los estudiantes de Venus.

-Nos podría ser útil para averiguar la identidad del chico del blog-. Susurra esta vez el rubio.

-Podemos buscar alumnos que hayan abandonado la academia antes de tiempo.
Tras horas de observar los anuarios de los alumnos de Venus, Selena y Adrián han recopilado una lista con 34 nombres de alumnos que podrían ser el objetivo.

-¿Se te ocurre algo más que podamos buscar?

-La verdad es que no, pero no tengo ni pizca de ganas de irme a mi habitación a estudiar.

-Lo mismo digo. Me gusta pasar tiempo contigo- se aventura a decir Adrián-, aunque tenga que pasar la noche estudiando para ponerme al día.
Selena se alegra mucho de oír eso y agarra la mano de Adrián, quien se sorprende por el gesto de respuesta, pero no aparta su mano.
Aunque les resulte algo extraño, salen de la biblioteca cogidos de la mano.



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