Después de la tormenta llega la calma

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Ya ha pasado casi una semana y la presión con los estudios ha disminuido. El viaje a la montaña se aproxima y Bella tiene pensado aprovechar el tiempo para ponerse al día con todas las asignaturas, aunque ya lo esté. Sus amigos tan solo estarán fuera dos días, pero es suficiente para relajarse y poder ir más avanzada.

Llega el día, y todos están emocionados por la pequeña escapada.
-Te vamos a echar de menos, Bella. -Se despide Adrián poniendo cara triste de broma y le da un abrazo a su amiga.

-Pásalo bien. Y luego me cuentas lo que ya sabes. -Dice Selena, susurrando la segunda oración.

-Sí, sí. Tú también tendrás cosas que contarme, espero.

Selena eleva los hombros en señal de incertidumbre.

-Adiós, chicos. Pasadlo muy bien.

Selena, Adrián, Félix y Kevin terminan de despedirse de Bella y le siguen haciendo señas desde la ventana hasta que el autobús se marcha.
Los profesores han habilitado un aula de estudio para los alumnos que han decidido quedarse, pero son bastante pocos, y menos que vayan a hacer uso del aula. La mayoría de ellos prefiere estudiar en la biblioteca o en sus habitaciones.
Bella va a su habitación y se decepciona al encontrarla vacía, pero lo arregla con una sesión de ejercicios de Matemáticas. Se pone algo de música de fondo y sin darse cuenta ha hecho más de 30 ejercicios y ya es casi la hora de la cena.
>>Voy a darme una ducha antes de salir a cenar.

Bella deja el agua caliente caer sobre su cuerpo, algo muy relajante y liberador. Al salir, el vapor y el agradable olor de su champú de vainilla hacen que se encuentre en un estado de calma muy cómodo. Se peina y termina de vestirse, lista para salir a cenar algo al comedor.
Abre la puerta del baño y se le caen las cosas de las manos al darse cuenta de que no está sola en la habitación.
Jessia le dedica una cálida sonrisa y Bella la saluda con la mano y recoge sus cosas tímidamente.
Jessia está en su cama sentada, apoyada contra el respaldo, con una pierna doblada y otra estirada.

-Te estaba esperando. ¿Quieres ir a cenar?

-Oh, pensaba que no vendrías. -Dice Bella sin poder ocultar su emoción, pero intentando parecer desinteresada.

-No iba a dejar que pasaras dos días sola.

Bella le dedica una tímida sonrisa y baja la mirada.

-Vente, te invito a cenar. -Dice Jessia, y se levanta a ponerse los zapatos.

-¿No vamos a cenar en el comedor?

-Nah, toca puré de patatas iugh. Encima ayer tocó lo mismo.

-Tienes razón. No se han currado el menú para los cuatro gatos que quedamos.

La morena le sonríe y le da la razón con la cabeza.

-¿Qué te apetece cenar?

-Mmm... ¿Hamburguesa? -Propone Bella.

-Genial, conozco un sitio de comida para llevar perfecto.

El restaurante está muy cerca. Las chicas hacen su pedido y van a los bancos de un parque cercano a comer.
Bella tiene algo en mente constantemente, hasta que por fin se atreve a decírselo a Jessia.

-Jessia, una cosa.

-Dime. -Le responde mirándola atentamente, lo que hace que provoca en Bella una arritmia.

-Sabes que puedes venir con nosotros cuando quieras, ¿No?

-Sí, Bella. No te preocupes, ahora... Estoy bien.

-Me gustaría verte más a menudo, como a los demás.

-A mí también, pero esque...
Jessia duda si seguir hablando, pero ante los ojos azules de Bella tras sus gafas mirándola con atención, continúa.
-No me gusta estar en grupos.

Elegidos: más que talentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora