Capítulo 30. Volverá

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La rueda de prensa había comenzado hacía un rato. Raúl se encontraba en primera fila al lado de los periodistas para grabar algún que otro vídeo o incluso hacer fotos. Nadie se lo pidió, pero siempre estaba bien tener material guardado para un futuro o emergencia. Eran muchas las personas que estaban a su alrededor con micrófonos, apiñándose para no quedarse sin preguntar. Todo fluía, al principio solo querían saber cosas acerca de su trabajo. Según iba avanzando, las preguntas iban cambiando. La anfitriona del desfile estaba a un lado grabando un vídeo en directo desde la cuenta de Instagram oficial. Tres millones de personas estaban viendo la conferencia en ese mismo instante.

—Buenas, soy de la revista "Sabelotodo". La mayoría de sus seguidoras estamos al corriente de su vida profesional, motivo por el que le felicito. Pero dígame, ¿cómo es Sergio De La Rosa en su vida privada? Hubo muchos rumores sobre sus amoríos: se llegó a pensar hace tiempo sobre un posible romance con una chica rubia. También con sus compañeras Rocksy y Santana, e incluso Alicia Sanz. ¿Qué piensa sobre esto?

Raúl negó con la cabeza, indignado. Lo pasaron muy mal por culpa de esos temas. Hablar de nuevo sobre ello era reabrir momentos difíciles del pasado. Esperó la respuesta, aunque sabía que contestaría de la forma más educada posible, no le haría ninguna gracia.

Sergio respiró hondo antes de contestar:

—Se han dicho muchas cosas sobre mí que eran mentira, por eso ya no me importan los rumores. Lo que sí quiero es presentaros a alguien que también pasa mucho tiempo conmigo, pero del que apenas se habla. Me parece fatal porque tiene un talento increíble y un corazón todavía más grande. Raúl, siéntate a mi lado— le sonrió mientras que el moreno se quedó parado durante unos segundos, sin entender qué era lo que pretendía decir. Hizo lo que le ordenó y tomó asiento. Todos miraban expectantes esperando para saber más—. Si tengo que hablar de amor, hablaré de él— se giró hacia el fotógrafo—. Quiero un futuro contigo.

Sergio le agarró por la nuca y le besó bajo la atenta mirada de aquellas personas. Se hizo el silencio. Raúl no reaccionaba, quería volver a besarle pero a la vez, salir corriendo. Por fin dio el paso de hacerlo público, aunque nunca imaginó que sería así.

La gente empezó a aplaudir. Los dos se sonrojaron. El fotógrafo se metió entre la multitud para irse de allí mientras el modelo terminaba con las preguntas. Ya en el exterior, se apoyó en una pared y cerró los ojos para coger aire. Pasó todo tan rápido e inesperado que le costaba asimilarlo. Fueron varias las veces que hablaron de contarlo. Pero, ¿cómo afectaría aquello a su carrera? Sabía lo importante que era para Sergio, no quería que todo se estropease porque en algún momento se sintiera presionado. Muchas cosas se le vinieron a la cabeza: la gente se metería más en sus vidas, al menos en los siguientes días, ¿tendría aquello algún efecto negativo sobre sus problemas emocionales y estropearían todo lo conseguido en terapia? Se empezó a agobiar. De nuevo, le faltaba el aire.

El modelo terminó por fin con las preguntas, por lo que salió en busca de su novio. Le encontró cerca de la puerta y, sin decir nada, le acarició la mejilla.

—Debí consultarlo antes contigo. Lo siento mucho— apoyó su frente en la de él, notando el calor de su aliento.

Raúl le abrazó tan fuerte que le hizo daño. Aunque sabía lo que le estaba causando, necesitaba confirmar que le tenía ahí.

—Ey, mi amor. Has hecho lo correcto, ahora podemos demostrar lo que sentimos en cualquier parte. Ya no tenemos que escondernos— le soltó y volvieron al hotel.

Se detuvieron varias veces antes de llegar para besarse por cada rincón. Roma estaba siendo testigo de la liberación de un amor tan profundo que nadie era capaz de imaginar. Todas las discusiones tiempo atrás se habían transformado en dos corazones latiendo al mismo son.

Abrázame como si nadie nos vieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora