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Aún no lo podía creer, su soda favorita ya no estaba a la venta por posible intoxicación alimenticia, inaceptable.

Kyle Broflovski, judío, 17 años. Usó de escusa ir a estudiar en casa de Stan en lugar de estar en su propia casa para comprar botanas y evitar a su madre y, de paso, a su hermano. Su padre lo vendría a buscar en la noche para irse con él, sin embargo sus ánimos no se encontraban de buenas ese día.

Pensó en ir a comprar algo de papitas saladas, tal vez algo picantes, sin mencionar que hace tiempo no veía a la venta esa gaseosa que tanto le gustaba, hasta que claro, ya no lo está.

Caminando con su carrito de compras, este iba hojeando los productos, tenía todo lo que nesesitaba en el carro -una lata de gaseosa de marca común y dos paquetes de comidas fritas-, una persona normal se iría teniendo todo, pero él no es normal. Se paseaba frente a los helados y carnes, le gustaba sentir el frío que emanaban las heladeras gigantes. Pasó por enfrente de los quesos y legumbres, probó de alguna que otra muestra gratis, lo cotidiano para él. Después de todo, no tenía nada para hacer, debía estudiar para un examen, mas no le apetecía, quería seguir disfrutando de la poca adolescencia que aún le quedaba a pesar de tener un año más en esa escuela.

Sin darse cuenta, dejó salir una risa, ignorando a la señora de enfrente de él que compraba comida de perro. Le daba risa el hecho de estar así un fin de semana en lugar de... ah, él jamás salió solo de casa o al menos no recuerda la última vez que se divirtió solo. Y acá se encontraba, pasando sus días encerrado en un mercado, siendo el único adolescente en el lugar. Era algo vergonzoso sinceramente.

Ladeo la cabeza y continuó su recorrido por aquel pasillo de productos para mascotas, se sorprendió de ver comida y juguetes para lagartos, pero qué más daba, él no era el dueño de uno. Paró frente a los juguetes para perros.

Tal vez a Nieves le guste uno de estos.
....
O mejor no.

Negó mentalmente.

Ignoró los productos a su alrededor impidiéndose pensar en cosas que no podría hacer solo para no arruinar su imagen del ex que ya no va detrás de, de bueno, de su ex.

...aunque fuera algo difícil hacerlo.

De repente, su carrito choca con otro, ocasionando que ninguna de las dos personas pueda seguir caminando mientras que la gente a su alrededor sí lo hacían. Miró al frente levantando su vista del suelo y abrió sus ojos con sorpresa. El contrario le dio un vistazo de pies a cabeza y arrugó la nariz.

-. No hueles precisamente a rosas el día de hoy, Kyle. Aunque jamás oliste así, pero hoy hueles peor. -. Rodó los ojos a tal comentario, no podría decir nada ya que tenía razón.

-. Hola, Eric.

-. Oh, ahora soy "Eric".

-. Olvídalo. -. Mueven sus carritos, el pelirrojo tenía puesta su capucha por lo que procuraba ocultar su rostro. Suspiró y volteó disimuladamente para ver qué es lo que hacía su compañero.

Cartman guardaba comida y arena para gatos.

¿Cartman tiene un gato?, pensó.

El chico cataño tarareaba levemente alguna canción proveniente de sus auriculares blancos, estaba meditando entre llevar "comida de gatos balanceada" o mejor "comida sabor a carne de pescado para gatos", cualquiera de ambas opciones serviría, pero su gata es quisquillosa con lo que ingiere, así que llevará ambas y un dulce solo por las dudas.

Llevo unas dos bolsas de cada una al carrito y levantó la vista, cruzando miradas con Kyle, quien la desvió al instante.

-. ¿Qué haces?

"LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL" [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora