Él regresó su mirada al grupo de hombres con el que había estado charlando. Lo vi gesticular unas palabras antes de moverse, abriéndose paso entre el resto de la gente y encaminándose hacia donde me encontraba junto a Alya. Miré para atrás creyendo que tal vez iba por Chloe pero para mi sorpresa ella no se encontraba en los alrededores. Devolví mi mirada a él, que estaba ahora a escasos metros de mí. Luego miré a Alya desconcertada, y ella sonrió.
-Viene hacía aquí-Murmuró.
Mi corazón reaccionó, acelerándose. Me sentía muy entumecida y abrumada por su presencia todavía, no me encontraba con la capacidad de decir una palabra, sería humillante que me reconociera en ese estado. Pero él no detenía su paso.
''Tengo que irme'', pensé, rápidamente buscando un lugar donde meterme. Pero sus palabras detuvieron cualquier atisbo de movimiento.
-Marinette, viniste-Antes que nada, tomó entre sus manos la mía y depositó un cálido beso. Mi piel respondió como de costumbre, erizándose bajo cualquiera de sus toques.
Mis ojos alternaban entre sus ojos y sus labios, dejando a vista mis claros deseos. Estaba obligada a controlarme y ¡me costaba tanto teniéndolo tan cerca! Él guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y sonrió abiertamente, mostrando el peculiar hoyuelo en su mejilla. La diversión en su rostro-debido a mi reacción respecto al beso-era perceptible a la mirada de cualquiera pero sobre todo a la mía.
Nuevamente me había olvidado de la presencia de Alya.
-Si me permiten, voy a retirarme-Ella me guiñó un ojo y se alejó a paso rápido.
Felix miró en la dirección por donde se había ido e inmediatamente regresó su mirada a mí.
-Luces increíble.
¿Cómo resistiría a eso? Mis mejillas se acaloraron. Yo aún no había logrado pronunciar una palabra. Logré pronunciara un inaudible ''gracias'' ¿cómo le hacía para tener tanto dominio sobre mí? Se las ingeniaba para influir en mis emociones, eso estaba claro.
-Se me olvidó darte las felicitaciones-Acoté con la idea de desviar mis imprudentes pensamientos-He estado aquí recién por dos semanas y sin embargo puedo notar el crecimiento de la empresa. Has hecho un gran trabajo, tus padres deben sentirse orgullosos de ti, toda tu familia-Sonreí.
-Gracias-Respondió con un suave tono de voz-¿Cómo se encuentra tu tobillo? ¿Está mejor?
Asentí. A decir verdad, estaba calzando esa noche unos zapatos de una plataforma más pequeña para darle un respiro a mis pies.
-Bien-Susurró ante mi asentimiento-¿Quieres otra copa?-Preguntó en cuanto uno de los camareros se acercó a nosotros.
Miré la copa vacía que mi mano sostenía y me pregunté en qué momento me había bebido todo el champagne. Felix no esperó respuesta y tomó dos copas más, ofreciéndome una posteriormente. Bebió la suya con tranquilidad, al igual que yo.
-¡Felix, cariño!-Exclamó entusiasta la voz de una mujer-¡Al fin te encuentro!
Reconocí de inmediato a su madre acercársele y abrazarlo, venía junto a un hombre que se parecía bastante a Felix por lo que supuse que se trataría de su padre. MI mente se esforzaba por recordar el nombre de la mujer pero era inútil.
-Mamá-Felix la recibió con uno con un abrazo muy tierno. Luego saludó a su padre con unos golpes en la espalda-¿Hace mucho están aquí?
-Recién llegamos-Respondió su padre, resguardando de igual forma que Felix, sus manos en los bolsillos-Ya sabes como es tu madre, se tarda horas en arreglar.