Epílogo

176 17 0
                                    

Había algo que siempre había adorado del porche de mi madre, y era como se veía el atardecer. Simplemente maravilloso. Estuve sentada en silencio por bastante tiempo hasta que el sol cayó; ni mis pensamientos fueron capaces de molestarme esta vez-Algo que apreciaba en demasía.

El cielo se tiño de azul oscuros y las estrellas salieron para brillar en lo más alto. Desde pequeña siempre había creído que si le pedías un deseo a las estrellas estos se cumplirían, sin vueltas. Pero lo cierto es que la realidad es más complicada que eso.

Dejé caer mis pies al suelo y utilicé las fuerzas de mis piernas para mecerme en la hamaca del porche. Esta se movió, de adelante hacia atrás lentamente y sin pausas. Finalmente, luego de tanto tiempo, me sentí en paz. Brigette había tomado el vuelo de regreso hacía Nueva York hacía unas cuantas horas. Si, sin mí.

Luego de largos días de meditación, llegué a una conclusión. Un nuevo año significaba nuevas oportunidades, 365 nuevas oportunidades para ser exactos. No quería desperdiciarlas tomando malas elecciones, otra vez. Así que me quedaría en San Francisco, aunque sea un año más. Mi vida entera estaba allí, y era la mejor manera de recomenzar. Trataría de buscar un nuevo trabajo-Algo decente, que en lo posible no involucre a jefes comprometidos-Y un asentamiento. No iba a depender de mi madre, por supuesto.

-Estás muy pensativa últimamente-Escuché la voz de mi madre a mis espaldas. Detuve el movimiento de la hamaca con los pies y me volteé a verla. Asentí lentamente, palmeando con mi mano un lugar a mi lado para que tomara asiento-¿Qué te tiene así, cariño?

Me entregó una taza de té cuando se sentó. Le sonreí levemente.

-Sé que tomé la decisión correcta al quedarme pero ¿Por qué se siente tan mal?-Pregunté-¿Por qué tengo la sensación de que me hace falta algo?

-El primer amor no se olvida tan fácil-Extendió su mano y acarició mi cabello. Bajé la mirada a mis manos que sostenían la taza sobre mi regazo-Felix aún es el gran amor de tu vida. Los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana. Se cuanto duele, pero sé también que eres lo suficientemente fuerte como para superarlo. No ahora, pero eventualmente-Animó sonriéndome.

-Es verdad.

Nos quedamos en silencio, observando el cielo. No recibí noticia alguna de Felix desde que me fui, y le prohibí a Brigette que-Cuando llegara a Nueva York-le diera a él noticia alguna sobre mí; sin importar cuanto insistiera.

De otro modo, ninguno lograría salir adelante.

-Creo que hay algo que puedes hacer para desahogarte-Comentó mi madre de repente, rompiendo el silencio que se había formado. La miré curiosa.-Escríbele una carta a Felix. Una carta expresando todos tus sentimientos. Te aseguro que funciona.

Suspiré.

-No quiero tener ningún tipo de contacto con él, mamá.

-No tienes que enviársela, Mari. La idea es que nunca le llegue.-Fruncí el ceño y solté una risa. No tenía-Vamos, es simple. Le escribes, te quitas ese gran peso de encima, y luego la rompes o la quemas, o las dos cosas-Rió-Te ayudará. No es para beneficio de él, es para tu beneficio.

Llevé los dedos a mis labios, pensativa. No perdía nada escribiendo la carta, tampoco. A parte, sonaba como algo efectivo. Solamente necesitaba una hoja, y una pluma con tinta. Entonces esos sentimientos molestos que me hacen sentir tan afligida y desanimada pasarían directamente de mi hacia la hoja. Y luego, la hoja podría bien ser quemada, o algo.

Mi lugar favorito para visitar en San Francisco era la playa. Siempre calmada y armoniosa. era media noche, para entonces, el único sonido que se podía escuchar era el de las olas del mar colisionar en la orilla.

Sostuve fuertemente entre mis dedos el frágil papel, y me acuclillé frente al mar, tan solo unos pasos para no ser salpicada por el agua. Corría un viento helado que me congelaba, y enredaba mis cabellos. Era la única persona en toda la playa-O por lo menos en todo el terreno que mis ojos alcanzaban a ver. Suspiré, y desdoblé la carta. Cuando toqué el papel, todos mis pensamientos me transportaron a Felix, me pregunté internamente:''¿Se dará por vencido conmigo, cuando descubra que no volveré?''

Bajé la vista y releí mis palabras por décima vez. No era como si él las fuera a leer, esa era la idea, ¿cierto? Pero de alguna forma me sentía muy apegada a aquello. Como si estuviera a punto de dejar ir algo muy importante para mí.

Dejé caer una lágrima, prometiéndome a mi misma que sería la última que soltara por él. Me acerqué a la orilla y la deje ir. Las olas la arrastraron hacia adelante, y luego hacia atrás en un vaivén. El papel flotó, hasta que llegó a cierto punto donde se desvaneció.

Me abracé a mi misma para entrar en calor.


''Querido Felix:

Sé que nunca te llegaran estas palabras y está bien porque no es el motivo por el cual las escribo. Por primera vez hago algo pensando en mí, para mi beneficio. Necesito sacar de mi organismo todo lo que tenga que ver contigo. Necesito desahogarme, liberarme, recuperarme. No es ni cerca de la mitad de lo que siento y no soy para nada nada buena en esto. Pero alguien muy especial me comentó que servía.

Lo comenté una vez y no me arrepiento: eres el primero y el único, siempre lo serás. Y aunque no haya alguna manera de repara el corazón que dejaste roto, te perdono. Te perdono cada engaño, y cada mentira que salieron-Y no salieron-de tus labios. Te perdono porque en su momento me hiciste la mujer más feliz de la tierra, me hiciste irreemplazable. Me enseñaste algo que nadie me enseñó jamás: a amar, de una forma incondicional, de una forma que te consume. Si te lo preguntas, si, mi amo hacia ti siempre fue puro, y exclusivo. Todas aquellas veces, cuando dije que te quería, lo hacía en serio. Aún te quiero, te quiero cada día que transita, con cada respiración, con cada parte de mi ser. No me arrepiento de lo que hice porque en su momento fue lo que quise. Pero sigo fiel a mi postura: no creo que hayamos sido creados para estar juntos. Ambos somos un desastre. Doy gracias al cielo, porque no voy a pasar cada noche preguntándome ''¿Qué hubiera sido de nosotros si...?'' Porque aunque las cosas no salieron como esperábamos-Que obviamente no lo hicieron-Al menos sé que lo intentamos. Y no una sola vez, sino que dos, tres, infinitas veces.

Desde el primer momento una parte de mi te perteneció. Aún lo hace. E inclusive si encuentro a alguien que logré llenar el vacío que quedó dentro de mí, que llegue a hacerme sentir lo mismo que me hiciste tú-Inclusive si eso sucede-Una parte de mi seguirá perteneciéndote.

Verdaderamente deseo que tú también encuentres a esa persona. Deseo que seas feliz, aún si es sin mí. Que encuentres a quien te todo lo que buscas, y a quien te ame más de lo que yo te amo. Sé que existe, solo tienes que esperarla-Ambos tenemos que esperarla.

El tiempo cura las heridas, dicen, y yo necesito tiempo para sacarte de mi mente, y corazón. No te preocupes, sabré cuando eso suceda. Porque el pensarte ya no me dolerá, y si en algún momento nuestros caminos se vuelven a cruzar, seré lo suficientemente fuerte como para saludarte y seguir de largo. Y no sentiré nada, mi corazón no se va a acelerar y mis piernas no flaquearán. Allí sabré entonces que tú eres, finalmente, un pasado que logré superar con madurez.

Adiós, Felix''

금지 (Prohibido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora