Ducado Rossbartlett, oficina del Duque.
Miraba los papeles con poca concentración, hacía unos días que paso lo del acantilado, habían desplegado una búsqueda pero no había nada. Por suerte habían encontrado a un asesino inconsciente en un hueco del árbol y ese asesino confesó que fueron contratados para asesinar a su hija, pero el asesino no quiso hacerlo y fue apuñalado por el jefe pero la princesa le había salvado.
Poco y nada pudo hablar ya que descubrieron que tenía un conjuro que impedía revelar datos de los contratistas que los han contactado, así que no había más remedio que buscar de la forma difícil. Salió de la oficina para ir a su habitación donde estaba su esposa, después de la noticia, ella había sufrido un ataque cardíaco por lo cual la tenían en reposo absoluto y debía evitar cualquier tipo de estrés, claro que con la situación en la que estaban solamente se dedicaba a leer, hacer manualidades y dormir para distraerse.
Claude no estaba mucho mejor que la Duquesa, había caído en un transe, todavía en shock y sin asimilar que su hermana menor había caído por el acantilado por el descuido de no haber acabado con los asesinos antes. Se sentó a su lado para tomarle de la mano y besarla con cuidado debido a que la mujer apenas se había quedado dormida.
Roger: tranquila querida-beso nuevamente su mano- encontraré a nuestra hija.
Tocaron a la puerta y entró Arvel su rostro no reflejaba que trajera buenas noticias, iba a hablar hasta que miro a la Duquesa y quedó callado.
Roger: iremos a mi oficina-declaró levantándose y luego tapó bien a su mujer- estaremos más tranquilos allí.
Cuando entraron a la oficina, se sentaron en el sofá, había un silencio que Arvel no sabía cómo romper y menos aún con las noticias que tenían.
Roger: que noticias traes?-pregunto mirando con cansancio al peli-azul- han encontrado a mi hija?.
Arvel: e-eso....no, no la encontraron-declaró apretando sus puños en su pantalón- s-solamente encontraron esto.
De su bolsillo sacó un pañuelo color azulado y tenía bordado un mariposa posando a flor de lavanda. Miró a su patrón encontrando una mirada de shock y horror convinados, Roger estaba más pálido conformaba los segundos. Sentía que dentro de poco le daría un infarto, quería morirse ahí mismo, desde que nacieron sus hijos el tenía un deber, proteger y amar a sus hijos por igual y ahora había perdido a un hijo.
Roger: vuelve otra vez y busca bien!-ordenó levantándose del sofá de un salto- que nadie vuelva ni descanse hasta que mi hija está de vuelta!.
Arvel:...si, enseguida-obedeció la orden luego se levantó y se fue.
Roger se sentó nuevamente en el sofá, no daba por sentado que su hija estaba muerta, el sabía muy bien que su hija estaba viva en algún lugar y no dejaría piedra sin voltear hasta encontrarla incluso si significaba gastar toda la herencia y vida en ello.
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Ya siendo de noche, el castillo estaba iluminado, oficialmente presentarían a la que sería la Princesa Heredera y futura Emperatriz. Por lo cual todos estaban tratando de mostrarse lo más presentables posibles también se había extendido por rumores que la princesa heredera era la Santa.
Isabelle estaba con una tela que tapaba la mitad de su rostro dejando al descubierto su nariz, de pie sobre una plataforma de madera con los brazos abiertos, dejando a las sirvientas prepararle para la cena y la ceremonia.
Colocándole un bello vestido de hombros descubiertos color salmón, ajustado hasta la cintura y luego suelto hasta abajo donde había una cinta color blanca que iba desde la cadera hasta la rodilla, de mangas largas y anchas, unos tacones medio del mismo color que la cinta y colgando en sus brazos una bella estola blanca.
Sirvienta: ya está lista princesa heredera-habló dándole unos estirones al vestido.
Isabelle: gracias por el vestido-bajo de la plataforma con ayuda de las sirvientas- es muy lindo.
Sirvienta2: gracias por el elogio princesa-agradeció mientras que se corría hacia un lado- su majestad debería de estar esperando a que salga.
Dicho y hecho el Emperador estaba esperándola afuera de la habitación, portaba un traje a juego con el vestido de la princesa, noto a su futura esposa a su lado y sonrió para acercarse.
Eryseo: te vez bellísima-halago mientras tomaba una mano para besarle el dorso- pueden irse al salón, lo demás lo haré yo.
Sirvientas: si su majestad!-respondieron al unísono.
Estaban por irse pero se escondieron para ver la escena de Eryseo, había bajado la cabeza un poco, dándole un beso en la frente a la joven princesa, las sirvientas chillaron en su escondite pero entonces el peli-rojo se dio la vuelta y vio donde estaban escondidas.
Eryseo: no les había dicho que se fueran, verdad?-miró a las sirvientas, mientras que su brazo rodeaba la cintura de la joven- vayan y si vuelven a esconderse las hechare de mi palacio.
Las sirvientas salieron de su escondite junto con grandes sonrisas se fueron, seguramente habrían chismes, ya estando solos Eryseo le dio un beso en la mejilla y otro más cerca de la comisura de los labios.
Isabelle: Eryseo....-llamo tapando la boca del mayor con ambas manos- por favor, apenas estoy recordante así que por ahora....
Eryseo: lo se muy bien-susurro mientras le abrazaba acercándose un poco más- pero aún así me alegra bastante tenerte conmigo.
Rossba quedo callada por esa confesión y le abrazo sonrojándose un poco, disfrutaba sinceramente, estar entre esos brazos que le parecían tan cálidos y que podrían protegerla de cualquier cosa que intentará dañarla.
Eryseo: debemos irnos....-murmullo besando la coronilla de la menor- debemos presentarnos ahora.
Isabelle: está bien-respondió bajito mientras tomaba uno de los brazos y entrelazaba sus dedos- vayamos a hacer esto.
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Xxx: realmente es un honor conocerla!-expresó con una sonrisa nerviosa una jovencita- su majestad, su alteza....su santidad?.
Su rostro se puso colorado mientras se escuchaba la leve risa de la peli-negra apenas entró al salón, después de ser presentada fue rodeada de jovencitas de su edad todas tratando de hablar con ella.
Isabelle: puedes llamarme como gustes-permitió mientras que entrelazaba sus manos- puedes decirme tu nombre?.
Melania: me llamo Melania Rasseta-tomo parte de su vestido inclinándose un poco.
Melania era una jovencita de piel tostada pero tenía vitigilio, pero no por eso dejaba de ser hermosa. Ojos de un bello y claro color añil, cabello corto pero esponjado de color blanco que destacaba entre los demás.
Usaba un vestido color verde de mangas largas y con escote bajo, con encaje blanco, pequeños adornos que combinaban con el diseño y unoz tacones blancos simples.
Isabelle: creo que tu familia apoya a el Emperador cierto?-junto sus manos para llevarlo a sus mejillas.
Melania: si sí!-asintió repetidas veces, su padre estará feliz en saber esto- si necesita algo puede pedírmelo!.
Isabelle: de hecho hay algo que quiero-se acercó un poco más a ella- me gustaría poder verte de nuevo, te molestaría venir a verme un día de estos?.
Melania: no me molesta para nada-sonrió con más alegría, la futura Emperatriz le había invitado a su palacio- esperaré ansiosa su carta, su alteza!.
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¡Renaci Para Vengarme De Esa Perr*! S2. -Hiatus-
FantasyElla renació jurando vengarse de quienes le dieron muerte en su vida pasada, haciendo conexiones y formando alianzas. Todo parecía bajo control hasta que un intento de asesinato se salió de control, ahora tendría que adoptar una nueva vida y hasta...