¡Renaci Para Vengarme De Esa Perr*! S2. -Hiatus-

Capítulo 14.

Se sacudió las manos, quitándose la tierra de estas mismas, había estado limpiando el invernadero para dejarlo lo más presentable posible.

Era un invernadero bastante grande e iluminado, habían entradas y salidas colocadas estrategicamente en este mismo, habían varios árboles y arbustos marchitados, aunque estaba bien distribuido con fuentes, estatuas e incluso una gran laguna en medio.

Lilith: vaya....uff-tomo aire, sacudiendo su cuerpo tratando de sacarse el cansancio- realmente no mentía cuando decía que no lo ocupaba.

Aunque habían limpiado parte del invernadero, todavía seguía desordenado, por suerte con ayuda de ambos animales pudieron ordenador todo más fácil y rápido.

Isabelle: Lilith puedes estirar tu lianas y enredaderas para adornar?-pregunto viendo desde su posición, la mejor forma de colocarlo- sería lo mejor en los pilares y en la laguna.

La cierva asintió, en el suelo aparecieron lianas y enredaderas, algunas rodearon algunos pilares, estructuras de las fuentes y las últimas en el techo. Isabelle tomó aire, una de sus manos resplandio suavemente, colocó estaba mano por el muro del invernadero y la movió hacia adelante.

Pronto las lianas y enredaderas empezaron a dar bellas flores de todo tipo, los árboles muertos empezaron a crecer nuevamente junto a toda planta que fue descuidada. Se sentó en una banca que estaba cerca, se había mareado un poco, con suerte no volvería a ocupar esos poderes hasta que sea necesario puesto que el agua del lago era más que suficiente para curar alguien.

Isabelle: ya todo esta listo-junto sus manos emocionada, se sentó en una banqueta cercana- deberíamos ir a las cocinas para pedirles algo y que más podríamos hacer?.....

Zoran: darte un baño, quizás?-comentó apareciendo en el hombro de su portadora- no creo que quieras estar sucia para conocer a la Emperatriz Viuda.

Isabelle se agarro la ropa que traía puesta para llevarla a su nariz y orfatearla, obviamente ella no se encontró algún aroma horrible o feo, pero no es una mala idea el darse un baño. Salió del invernadero no sin antes de ponerle un seguro, no quería que nadie se metiera e hiciera algo que podría arruinar la visita preparada para su suegra.

Después de pedir a unas sirvientas, que estaban asignadas a ella, que fueran a pedir a los cocineros preparar bocadillos al gusto de la Emperatriz Viuda y ella.

Decidió darse un baño, envolviendo su cuerpo en una toalla pequeña para meterse en la tina llena de agua caliente y perfumada con aroma a lirios, sintiendo como su cuerpo se relajaba al sentir el agua caliente y el dulce aroma inundando su nariz. Pocos minutos después de asegurarse de estar limpia, salió de la bañera, colocándose una bata y una toalla en su pelo húmedo.

Salió de la habitación, encima de su cama había un conjunto de ropa, una camisa blanca de manga hasta los codos e infladas, una falda larga de paneles color café, unas botas altas color blanca. Llevaba el pelo sujeto con una enorme cinta blanca con un bordado dorado en las esquinas.

Se vio en el espejo, le gustaba como se veía, tomó el pincel del labial para esparcir un poco de esta sobre sus labios, un elegante rojo.

Tocaron a la puerta y una cabeza se asomó, Eryseo viendo que ella estaba sola entró cerrando la puerta, llevando un traje similar al de su prometida.

Isabelle: Eryseo!, te gusta?-pregunto tomando su falda de ambos extremos, dando una vuelta en su lugar- pensé en usar colores simples y que no fueran radiantes.

Eryseo: te ves muy hermosa-respondió tomando pasos hacia la menor, sonrió estando frente a la joven- realmente encantadora.

Acomodo un mechón suelto detrás de la oreja, se acercó más a la joven, ahora tocando el rostro con su pulgar, oreja, pómulo, mejilla y por último los labios. Tocó estos un par de segundos, ese rojo que tenía puesto lo estaba tentando demasiado para su gusto pero tendría que aguantar, su adorable prometida no le había dado permiso para tomarse esas pequeñas atribuciones.