Capítulo 9: Un jueves a las cinco

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Bianca llora. Y no es un llanto suave, está rota en llanto. Tras secar sus manos pudo salir del baño limpiándose las lágrimas, viendo a sus alrededores pensando en que alguien pudo escucharla llorar.

Mateo finalmente la vio y se acercó a ella. El ambiente estaba tenso, no era la típica fiesta

—¿Estás lista? —susurró tomando su cara

—Claro que lo estoy, pero no toques mi cara —se quitó el agarre susurrando también

—Que quede claro que no hay marcha atrás, Bianca

—¿Y crees que quiero quedarme? Mateo, mi vida se acabó, si tan solo lo descubren... —no terminó la frase, bajó la cabeza y se tapó los ojos con la mano izquierda

—No lo descubrirá nadie, no lo descubrirán. Bianca, ni Cris ni yo dejaremos que se enteren, ¿entendiste? Saldrás intacta de esto

Día 2

36 horas antes

Cris desayunaba apresurado en la cocina, mientras que Valerio buscaba su otro zapato

—¿Estás seguro que revisaste bajo la cama? —gritó Cris desde la cocina. Hablaban inglés

—¡Por supuesto que estoy seguro! Bueno, tal vez

—¡Maldita sea, Valerio, voy a llegar tarde por esperarte!

—¿Sí recuerdas quién va a conducir? ¡Llegaremos en minutos!

—¡Sí, un par de cientos de segundos!

No podía decirse que esta era una conversación tóxica, la verdad a Cris no le importaba mucho llegar unos minutos tarde. Quería ver sufrir a Valerio buscando el zapato que escondió en el refrigerador. Y claro, la cara no se le veía molesta, era esa simple cara blanca y lisa con hoyuelos al sonreír la que se dibujaba sobre Cris. La verdad Cris era atractivo, a simple vista nadie pensaría que está roto por dentro, mucho menos que es un súper criminal buscado por la INTERPOL, el famoso Ghost Fox, que es el seudónimo de su sello informático.

Más de una polémica ha ocasionado Cris a lo largo y ancho del globo con sus filtraciones bajo la firma de Ghost Fox, y la verdad no piensa dejarlo pronto. Hay Ghost Fox para rato.

Luego de un rato Valerio bajó descalzo con sus enormes pies pálidos

—¿Qué crees que haces? —preguntó Cris

—Una orgía con una cabra, idiota. ¿Qué crees que hago? Voy a llevarte a clases

—¿Así? Valerio, estás descalzo

—Ah, sí. He decidido no llevar zapatos. No me voy a bajar del auto, así que no sentiré el frío del invierno

—¿Y el frío que se meta dentro del auto?

—Dije que era mi decisión, no que fuera buena. Y es más, ¿no te sirve la calefacción, de casualidad?

—¿No te falta un zapato, de casualidad? —ninguno habló, solo se vieron riendo

—¿Terminaste con las empanadas?

—¿Acaso tengo empanadas en el plato?

—Me está cansando tu sarcasmo, sube al auto

La verdad a Cris le encanta la comida venezolana, le hace sentir cerca de su hermano y de Antonio y le hace recordar cuando era parte de una familia. Claro, las empanadas son españolas, pero son comunes en Venezuela.

Bianca se perfuma sentada viéndose al espejo de su tocador pintado de blanco. Un pensamiento alegre le cruza la mente provocándole una sonrisa cálida y ligera. Al poco tiempo su celular suena, tiene un mensaje de Cris: Buenos días estrella, ¿Cómo amaneces?. ¿Estrella? Cris —desde el auto de Valerio— no podía creer que había escrito eso, mostrando su cara de asqueado.

Cris Conner [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora