Cris Conner [Libro I]

Capítulo 17: El día menos pensado

El Capítulo es RE-LARGO, pero vale la pena leerlo.

Además, cabe destacar que es uno de mis favoritos, así que denle amor

¿Cuál es en realidad el día menos pensado? El día que se espera que nunca llegue, el día que crees que nunca llegará porque es demasiado inverosímil pensar que algo malo pasará ese día. Así como esperar a que un día de repente te salgan alas, o que puedas revertir la muerte, ese día nunca llegará, así que ni siquiera piensas en ello.

También está el caso de cuando estás enamorado, tan profundamente loco de amor que te es imposible pensar en un día sin esa persona. Ese es tu día menos pensado.

Todos tenemos días que creemos que nunca llegarán, dependiendo la profesión que ejerzas o tus esperanzas en la vida. Para alguien como Cris Conner, el día menos pensado era el día en que lograse salir de toda su mierda y llevara una vida normal. Pero para un padre arrogante con mucho dinero, el día menos pensado es el día en que su hijo se convierte en un asesino.

Eso le pasó a Messier Grand.

El tunecino veía a Cris esperando una respuesta a su última premisa

—¿No tienes nada que decir? —dijo con las manos en la cintura

—¿Acaso queda algo que decir? —Cris no se atrevía a mirarlo, seguía luchando con las lágrimas en los ojos

—Pues, no sé, tal vez quieras agradecerme por haberte dado esta lección. Y claro, por hacerte ver que efectivamente no mereces a mi hija

—Puede que no... o de hecho, no, no la merezco definitivamente, tienes razón —hubo un silencio

—¿Y ya? —dijo Grandjean finalmente—. ¿No vas a decir más nada referente al tema?

—Tu hija es de las chicas más inalcanzables que he conocido, por eso me gusta. De tantas mujeres que han pasado por mi cama, me vino a interesar, vine a soñar un futuro, con la chica que ni siquiera ha estado en el estacionamiento mi casa

—Eso es porque nunca estaría con alguien como tú

—No te creas tanto, me confesó que sí me quiere, que también estaba ilusionada tanto como yo... y eso la llevó, bueno...

—A Port Royal, a unos cuantos kilómetros de tu pueblo natal. Sí, sé todo el plan que armaste

—Pero no porqué lo armé. Sí, me hiciste un favor haciéndome ver que no soy digno de tu hija, así que ahora te devolveré el favor

—¿Qué quieres decir?

—¿Sabes por qué te llamé? ¿O porqué mi voz sonaba tan desesperada en la llamada?

—Supuse que estabas nervioso

—Oh, efectivamente lo estaba, pero no porque estaba a punto de orquestar un plan de asesinato, sino porque ya se había cometido uno

—¿La electricidad te revolvió el cerebro acaso? Hablas tonterías

—Tonterías que son ciertas. ¿Acaso creías que yo maté a Torrance? ¿O que lo había hecho Mateo? ¿O que simplemente saltó del techo? No, mi estimado idiota, fue tu hija — se decidió a ver a Grandjean—. Ella mató a Kimberly

—Estás mintiendo

—¿Lo hago?. ¿Por cuál razón estaría desesperado por sacar a Bianca de Estados Unidos lo más pronto posible? Si fuera inocente, simplemente la hubiera dejado en la fiesta y habría escapado con Mateo y Valerio sin sobresaltos, teniendo, claro, que asimilar que perdí al único faro de esperanza que tenía. ¿O acaso crees que soy críticamente malvado como para forzar a tu hija a una vida de escape siendo ella inocente?