Capítulo 19: Querido hermano

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Peter y Andrew están yendo a la fiesta. Peter conduce el lujoso auto, mientras Andrew juega en su teléfono

—¿En serio estás jugando? —preguntó Peter

—¿Cómo más voy a pasar el aburrimiento? No me dejas manejar —no apartó la mirada de la pantalla

—Con esa actitud, olvídalo

—Peter, he pensado en algo —puso pausa al juego y vio a Peter—. Si Cris Conner nos grabó y hace público el video, ¿realmente sería al final de nuestras vidas?

—Por supuesto que sí

—¿Por qué?

—Porque nuestros papás no nos dejarán vivir. Cancelarán nuestras tarjetas, nos sacarán de la herencia... posiblemente papá se moleste tanto que nos mande a matar

—No creo que llegue a tal extremo

—Mató a su secretario solo porque olvidó llevarle su café —Andrew giró los ojos

—Pero, bueno... al menos nos tendremos a nosotros, ¿no?

—En un martirio

—Pero estaremos juntos en ese martirio, hermano

Durante el resto del viaje hubo silencio. Lo único que se escuchaba era el sonido del juego de Andrew. Cuando llegaron al Instituto, caminaron entre el bullicio de gente, buscando a Mateo. Nunca lo encontraron.

A las 5:54 PM, los gemelos presenciaron en primera fila el cadáver de Torrance caer por el tragaluz. Peter le toma el pulso y confirma su muerte, lo que conmociona a la gente. Incluso teniéndola frente a ellos, no pueden asimilar la muerte de Torrance. Especialmente Andrew, quien era realmente cercano a la pelirroja.

El verdadero momento de locura llegó a las 5:58 PM, cuando a ambos les llegó un mensaje de un número desconocido

—¿No lo tienes registrado? —preguntó Peter

—No, ¿y tú?

—Tampoco. Veamos qué es —abrió el mensaje y se percató que era un video—. Peter, tenemos un problema

—¿Qué es el mensaje?

—Un video. El video, Peter

—¿Cuál video? —Andrew le enseñó la pantalla, lo que hizo formar una gran O en la boca de Peter, y luego revisase su teléfono—. Estamos en serios problemas, Andrew

—Cris Conner nos mintió, sí nos vio cogiendo y además nos grabó, tiene pruebas en nuestra contra

—¡Chist! No digas eso aquí —susurró

—¿Y si no es aquí, donde?

—Hay que irnos

Peter tomó de la mano a su hermano y apresuraron el paso fuera del Instituto. En la puerta se encontraron a Mateo

—Oigan, ¿a dónde van? Tenemos la reunión con Rafael —dijo para disimular, para que no aparentara estar dando un golpe de estado

—Eh, dile a Rafael que... tuvimos que irnos —se fueron corriendo luego de esas palabras de Andrew

Llegaron entonces al lago. Aquel lago donde los Chicos perdidos se reúnen para sus fiestas alocadas es testigo de la conmoción de Louis Peter y Louis Andrew Harrison.

—Lo saben, todos lo saben, Peter —dijo Andrew asustado, en posición fetal a orillas del lago. Aquí no llovía del mismo modo, solo caían pequeñas gotas

—No, por supuesto que no lo saben. Es más, ¿Cómo podrían saberlo siquiera? —Andrew estaba recostado de un árbol

—Lo sabía, sabía que esto era una mala idea —empezó a llorar mientras se echaba el cabello hacia atrás—. ¡Vamos a pasar el resto de nuestras vidas en la cárcel!

Cris Conner [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora