Cris y Valerio están cautiverios en el Complejo Salvador, un lugar inhóspito a donde solo se entra como prisionero a una muerte segura. Bianca, con cada segundo que transcurría, se culpaba cada vez más de la situación. Es verdaderamente doloroso el pensar que el chico (que te niegas a reconocer que amas) que ha sido muy lindo contigo está ahora al borde de la muerte por tu culpa.
Solo que verdaderamente no era culpa de Bianca esa situación, no tenía la más mínima idea que todo desembocaría en eso. Tan solo fue su necesidad de aprecio la que habló en aquel momento en que Cris estuvo por y para ella, y fue esa misma necesidad la que le hizo matar a Torrance por celos, por creer que ella y Cris tenían algo a escondidas. Eso pasó en aquel entonces, fue esa necesidad la que habló por ella.
Ahora, dándose cuenta que los sentimientos de Cris siempre fueron reales, siente lo más parecido a amor que ha sentido alguna vez en su vida. A pesar que no es tan hermoso como en las películas, Bianca está (aunque no lo admite) enamorada de Cris, y con su consciencia al borde del colapso por creer que el destino de Cris será mortal. No escogió enamorarse, pero es amor verdadero. No tuvo un cuento de hadas donde el príncipe llega a rescatar a la princesa, pero admitámoslo, las películas de amor son solo inventos de la gente.
Ahora la misión era salvar a Cris y a Valerio a como dé lugar. No podían pasar libremente por la puerta de entrada, sería un suicidio. El plan era dialogar, abogar por el hecho de que la persona que mantiene como prisioneros a los objetivos es en realidad el padre de Bianca, y que, muy en el fondo, quiere a su hija. Después de todo, esa era la única carta que tenían, y era mejor aprovecharla.
Todos entrarían con Bianca a ver a su padre como un caballo de Troya contemporáneo, y cuando se dé el momento clave, la cúspide de tensiones entre ambos (porque Bianca no pensaba llegar en plan de hola, papito lindo, te extrañé) empezarían a disparar como locos. El Complejo Salvador estaba bajo tierra, la entrada principal era por un viejo cobertizo que descendía en una rampa 10 kilómetros bajo tierra. La entrada por helicóptero era a unos 5 kilómetros de ahí, en un pequeño edificio de tres pisos de altura, con helipuerto y un ascensor (para personas, lógico) que llevaba al interior del Complejo.
La Tripulación Fénix (lo que quedaba) estaba frente a la entrada principal, contemplando aquel cobertizo que probablemente llevaría ahí unos cincuenta años. Mateo contemplaba ese lugar con espanto. Y pensar que hace tres días habría matado a Cris solo para evadir una penetración por parte de H. Ahora, sin aquel trastornado venezolano en frente, es libre de darse cuenta de una cosa: si entró en el servidor de Cris, fue porque él se lo permitió.
Cris Conner no sería tan estúpido como para dejar un hueco en su firewall, de modo que cualquiera con conocimiento de la informática podría pasar y robar toda su información. No, eso tuvo que ser planeado por Cris, pero, ¿Por qué? No parecía coherente pensar en que Cris hiciese algo en su contra. Entonces lo tuvo claro: quería que H lo viera, para buscar con eso, tal vez, que este saliera a pelear. Una jugada arriesgada, sumamente estúpida, pero inteligente.
Eso pasó por la mente del español mientras bajaban por ascensor. Curiosamente, le provocó una sonrisa pensar en que, si salían de esto, puede que Cris se convierta en su amigo. Después de todo, escaparían junto a los demás hacia Cádiz.
Pero mientras eso pasaba, Messier Grand seguía con Cris en la cámara de tortura. El tunecino seguía impactado por la revelación del asesino de H, quien no era otro que su perrita
—Veo que te quedaste sin habla —tajó Cris
—Tú también lo estarías en mi lugar
—No lo niego —bajó la mirada y rió cínicamente—. H, debo decir que me compadezco de ti —se atrevió a verle a los ojos—. No hay una pizca de amor en tu corazón, si es que tienes; no vives para ver feliz a tu familia, vives para someterla. Qué pena por tu esposa y por Bianca
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Cris Conner [Libro I]
Mystery / Thriller¿De qué se tratan los sueños? De esforzarte con toda tu alma hasta lograrlos y disfrutes el camino acompañado de las personas correctas. O al menos eso es lo que le hacen creer a los niños en la escuela. En cambio, el joven pelirrojo Cris Conner opi...