Capítulo 10: Todos los nombres del rey

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La monarquía. Aquel sistema de gobierno en el que el poder residía en una única personas, hereditario por línea sanguínea. Esos tiempos en que hermanos traicionaban a hermanos por la corona, hijos asesinaban a padres, padres encarcelaban a sus hijos, tiempos locos aquellos.

La monarquía actualmente es un sistema, por decirlo así, de adorno. Los países donde existe aún la monarquía son gobernados por algún Primer Ministro que opaca a la figura del soberano, así como hay países donde la monarquía es respetada.

Es un error pensar que en Boston Red no hay reyes. No, por supuesto que hay uno, uno que ha reinado implacablemente en el silencio desde hace años. Y desde que controla a los Chicos perdidos tiene mayor libertad. El nombre de ese rey empieza por H

—¿Y todo esto a qué viene, Cris? —preguntó Natalia incrédula

—Creo que ya es momento de darte algunas pistas sobre el Señor H

—¿En serio? A ver, dime

—Te diré todos los nombres del Rey, Natalia. Solo espero que sepas adivinar cuál es el real

35 horas antes

Cris se dirige al baño, feliz y tranquilo de la vida. Ha buscado a Torrance por todo el Instituto, solo le faltan minutos para entrar a clases así que decidió ir al baño para no tener que aguantar las ganas. Nunca pensó en encontrárselo a el allí

—Buenos días, Cris —se lavaba las manos

—Rafael, buenos días

—Profesor Rafael para ti

—Hasta la señora de la limpieza te dice Rafael

—Yo llevo aquí diez años. Tú llevas aquí dos días. Incluso la señora de la limpieza lleva más años aquí que tú

—Ya, te entiendo. Profesor, listo, no hay problema —se volteó para el urinal

—Conner, tengo una pregunta, que la verdad me quedó dando vueltas anoche —se recostó del lavamanos

—Pues hágala —se bajó el cierre y orinó

—¿Dónde estudiabas antes de aquí? ¿Y por qué entraste más de un mes después que empezaron las clases?

—Esas son dos preguntas

—Dos preguntas que tienes que responder —hubo un pequeño silencio, Cris hizo una mueca y rodó los ojos

—Bueno, profesor, yo era pobre —terminó y se subió el cierre. Luego caminó hasta el lavamanos, donde estaba Rafael—, no podía darme el lujo de seguir estudiando así que lo dejé. Mis padres murieron, no tengo familia en este mundo. Invertí lo poco que tenía en un mercal que estaba por mi casa, muy concurrido de hecho. Así fue como pude salir adelante. Lo poco que ganaba lo invertía de nuevo en otros negocios, a penas me alcanzaba para comer, y así repetí varias veces hasta que pude invertir en una empresa de tecnología. Con el tiempo me hice con la mayoría de las acciones, aplicando aun la táctica de invertirlo todo. En la escuela iba un año adelantado, ahora voy uno atrasado, así que decidí por fin terminar de estudiar. Después de todo, un título no le hace mal a nadie

—Eh, sí, supongo —Cris terminó de lavarse

—Y bueno entré a estas alturas porque estaba en un viaje de negocios por Asia y recién es que estoy volviendo. ¿Con eso respondí ya todas sus preguntas, señor profesor?

Cris Conner [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora