Capítulo 6: Inconsciente

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Han

Hoy es el día de los problemas.

Mientras voy entrando a los sanitarios me encuentro con un Félix llorando, parece desesperado e intenta marcar un número con su teléfono. Se ve realmente mal así que le pregunto:

-¿Estás bien?

-No -me responde sorbiendo su nariz-. Ayúdame por favor...

-¿En qué quieres que te ayude?

-Es que es Minho...

¿Lo molestó? No lo creo capaz de tanto.

-¿Minho?

-Sí, es que él... -está tan nervioso que no logra formular una frase sin hipar-, Minho está mal...

-¿Qué tiene? ¿En dónde está?

Félix al no poder hablar por el llanto, solo me señala el interior del baño y yo al entender que Minho está dentro, lo que hago es lanzarme hacia el área de cubículos. Azoto todas las puertas buscándolo y no hay nada. Entonces me doy la vuelta hacia Félix.

-¡DIME EN DÓNDE ESTÁ!

-En... la regadera.

Cuando abro la puerta encuentro a Minho inconsciente en el piso de la regadera. Al intentar levantarlo me doy cuenta que está hirviendo en temperatura. Félix sin pedírselo se acerca para ayudarme a levantarlo.

-Yo lo intenté, pero no pude. Por eso salí a buscar a Jina.

-¿No pudiste pedirle ayuda a alguien más? -respondo sentando a Minho en un lado-. Vamos al hospital, ayúdame.

Félix sin rechistar me ayuda a subir a Minho a mi espalda. Lo llevo cargando hasta Roberto y una vez asegurados los tres tomo carrera al hospital más cercano.

Félix

Cuando llegamos al hospital Han comienza a pegar de gritos a los camilleros mientras saca a Minho aún inconsciente del coche. Luce preocupado, lo puedo confirmar cuando no nos dejan pasar a la sala de revisión y el toma asiento en una de las tantas sillas color azul que hay en el pasillo.

-Ahora que ya puedes hablar, cuéntame qué sucedió -me pregunta y dejo de observarlo.

-Pues...

*Flashback*

Estoy exhausto. Jina, Minho y yo hemos vivido practicando las últimas dos semanas, pasado mañana termina nuestra tortura y por eso mismo vengo hacia las duchas, no puedo salir bañado en sudor cuando los tres quedamos en ir a recoger nuestros vestuarios para despejarnos un rato.

LOS TRES, es decir, CON JINA.

No podría presentarme así delante de ella. Nos vemos a diario bañados en sudor y todo, pero ahora saldremos y es diferente. Lo sé, está mal que me guste la novia de mi amigo, pero a él le gusta mi bias JYP así que... En fin, eso no es de importancia.

Una vez dentro del baño, me saco los zapatos y voy feliz tarareando Back door -la canción que presentaremos-, pero al ingresar al área de duchas puedo ver unos pies sobresalir de la puerta de una de las regaderas. Al acercarme me doy cuenta que es Minho.

-Vamos Minho, ya estamos lo suficientemente cansados para bromear -me doy la vuelta esperando a que comience a reír, sin embargo nunca logro escucharlo así que me doy la vuelta otra vez-. Esto ya no es gracioso, vamos se hace tarde -empujo la puerta para que se vaya de espaldas y deje sus bromas para después.

Al hacerlo su espalda y su cabeza caen como peso muerto al piso. Ni siquiera sé cómo es que comienzo a llorar y a correr hacia la salida para buscar ayuda, saco mi teléfono para llamar a Jina, pero en eso alguien me pregunta:

-¿Estás bien?

*Fin del flashback*

-Entonces no llevabas tanto tiempo afuera... -dice pensante- yo creí que estabas en shock.

-Algo así, digamos que me asusté demasiado.

Y sí que lo hice, tuve un ataque de pánico y no supe qué hacer. Es por ello que creí que Minho me hacía una broma, él sabe bien que reaccionaría de esta forma o sería capaz de desmayarme también. Aunque ahora que lo pienso, él podrá ser frío y desconsiderado, pero jamás me haría eso.

Me siento un total inútil.

-Familiares del paciente Lee Minho -un hombre con bata y estetoscopio se situa frente a las puertas donde minutos atrás había entrado Minho.

-Somos nosotros -respondemos Han y yo al unísono-. ¿Él se encuentra bien?

-Sí -el médico se acerca a nosotros-. Tuvo una descompensación por fatiga.

-¿Podemos entrar a verlo? -pregunto yo.

-Sí, aunque ahora mismo está durmiendo. Les recomiendo que lo dejen descansar.

-Está bien -ahora es Han el que responde-. Muchas gracias.

Después de despedir al doctor, Han ve hacia mis pies y se va sin decir nada. Cuando vuelve trae consigo dos vasos de café y unas sandalias metidas en la camisa.

-Agarra el café que me vengo quemando -me tiende los dos vasos de café mientras hace una mueca, saca las sandalias de su camisa y las pone en el piso-. Póntelas, podrías enfermarte también.

Me quita un vaso de café para darle un gran trago que lo hace gruñir al quemarse.

-Maldición.

Sí, él es Han Jisung. Parece rudo y sin corazón, pero al final si le quitamos sus capas de frialdad podemos encontrar a alguien cálido y torpe.

Cisne Sin T De Te QuieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora