Capítulo Extra 2: Tu secreto

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Minho

10 de septiembre de 2020


Otro día más en el bendito trabajo.

Sí, porque para mí mala suerte no nací en una cuna de oro y tengo que ganarme el pan de cada día —en realidad es el pan de cada día de sus gatos porque sus padres le obligaron a mantenerlos, ya que no deja de recoger crías en la calle alegando que esos colores no los tiene—.

Odio el trabajo.

No odio trabajar, no me malentiendan. Es solo que mi trabajo en sí es un asco.

¿Llevar maletas de aquí a allá? Para qué quiero hacer ejercicio si con esto hago más piernas que en cinco horas practicando para los festivales. ¿Qué festivales? Verás, yo soy Lee Minho. Ja ja, no lo esperabas ¿Cierto?. ¿QUÉ, NO SABES QUIÉN SOY? ¿No? ¿No te suena? ¿Bromeas cierto? ¿I know, You know, We know, Lee Know? ¿Nada?

Okey. Qué basura.

Yo soy Lee Minho, mejor conocido como Lee Know o Crush Eterno, sí ese soy yo. El mejor bailarín de la ciudad. Y también soy cargador de equipaje...

—¡Minho, el señor Park lleva esperando un buen rato por sus maletas, deja de pensar y ponte a trabajar! —y él es mi jefe. Empresario millonario que no sé porqué la hace de supervisor aquí; JYP.

—Ya voy... —le digo de forma desganada intentando no hacerle una mala cara al señor Park cuando levanto sus maletas y me doy cuenta que lleva piedras en ella.

Pujando y como puedo llevo las maletas hasta donde se encuentra el señor Park esperándome con los brazos cruzados y repiqueteando su pie en el piso de forma impaciente.

—¡Al fin llegas, muchacho! —me grita viendo su teléfono— ¡Voy a llegar tarde por tu culpa!

—Lo siento señor.

—¿Cuál lo siento? Apúrate a llevar esas maletas a mi coche.

—Pero señor, mi trabajo no consiste en llevar maletas a vehículos —le informo de la forma más amable que logro sacar de muy dentro de mí y es que ni loco me llevo estas piedras disfrazadas de maletas hasta quién sabe dónde. El sujeto al oírme alza la vista de su teléfono y me mira de forma amenazante.

—¡¿Acaso dijiste que no puedes?! —vuelve a gritar volviendo a teclear en su teléfono.

—Es que tengo que transportar otras maletas. Al avión. No a su vehículo.

—Mocoso incompetente. —su mirada recae en el pasillo donde minutos antes se había internado JYP—. Quiero hablar con tu jefe, bobo inútil.

—Sus deseos me los paso en el trasero —murmuro una vez se va a las grandes zancadas a buscar al tonto de JYP. ¿No tenía prisa?

Me da lo mismo, yo continuo con mi trabajo como de costumbre. O al menos eso intento hasta que alguien interrumpe lo que sea que estoy haciendo.

—¡Minho! —hoy sin duda es el día de los gritos.

—¿Sí? —le respondo al viejo JYP de la forma más inocente posible.

—¿Por qué no quisiste llevar las maletas del señor Park? —pregunta mientras el susodicho se posa a un lado de él con un rostro triunfal. Maldito—. Para eso te pago.

Pues para ser honestos, su miseria de salario apenas me da para darles una vida digna a mis hijos. Además que esto no estaba en el contrato... Para evitarme problemas solo me encojo de hombros y enfilo hacia donde dejé las maletas anteriormente. El señor soplon me sigue y al salir me indica la ubicación de su vehículo.

Luego, cuando justo quiero cantar eureka mis pies se enredan en la fea calle y caigo encima de las valiosas y pesadas maletas del hombre que a juzgar por su rostro quiere golpearme.

—¡Niño inútil! ¿Sabes cuánto cuesta el equipo que traigo ahí de n...

—¡Hey, Jun! —interrumpe acercándose a paso ligero un tipo muy apuesto de más o menos mi edad—. No molestes al niño, no seas holgazán y carga tus maletas.

Aparte de apuesto, es justo.

Le agradezco internamente, esperando las siguientes órdenes del señor Park.

—¡Jisung, hijo! Temí no alcanzarte por culpa de este mocoso inútil —dice el muy tonto viéndome con aires de superioridad— Ven, tenemos que hablar respecto a tu viaje —toma al chico pelinegro de los hombros, pero este se suelta bruscamente—. ¿Qué pasa Hannie? Tienes que pensarlo. Aquí tines una carrera por delante y si te vas, podrías perderlo todo.

—¿Qué más puedo perder, Jun? Ya solamente tengo a Chan...

—Pero... —el hombre cuarentón con cuerpo trabajado se detiene por culpa de un pequeño tropiezo con la maleta que aún sigue en el piso— shhhh... niñito—dice por lo bajo, sin embargo Jisung lo escucha y se inclina para levantar la maleta.

—Vete tranquilo, yo lo arreglo —dice intentando sonar amable.

—Gra... Gracias.

Y me largo de ahí, no quiero al tonto Park o JYP gritándome otra vez. Cuando al fin estoy a salvó, me pongo a observar las afueras del lugar y a lo lejos, en una de las pistas va caminando un peludito de cuatro patas de color naranja. Sonrío, pero después recuerdo el peligro grandísimo que representa su estadía ahí, así que corro para traerlo conmigo.

Cuando al fin llego a su encuentro, noto que está algo colgando de su cuello. Es una placa con el nombre y dirección de JYP, por eso tomo el camino rumbo a su oficina para entregarle al minino. Mientras camino, le reviso el cuerpo por si acaso se lastimó y cuando entro a la oficina quedo estupefacto.

Él no puede vivir aquí, el lugar ni siquiera está en condiciones para albergarlo. El piso lleno de excremento y algunos retazos de tela llenas de pelo me hacen sonar las pequeñas alarmas protectoras de mi cerebro y salgo de ahí antes que el asqueroso tipo ese nos encuentre.

Al entrar por mis cosas en los lockers escucho como JYP, grita el nombre del gato —Pulgas— y eso me indica que debo salir corriendo de aquí.

A pasos muy acelerados con el minino envuelto en mi sudadera, logro cruzar toda la sala de espera, llegando así a la salida del lugar, donde minutos antes había llevado las maletas del señor Park. Ahora sí, demasiado asustado me lanzo a correr, pero uno de mis pies se enredan otra vez en el pavimento sobresaliente y caigo al piso.

—¿Tu adicción es besar el piso? —Cuando volteo hacia arriba me topo con el tipo de hace un rato, quien levanta al minino en brazos y me ayuda a pararme—. ¿A dónde vas con tanta prisa y por qué llevas un gato?

Me debato entre contarle o no, pero al final me parece una buena persona y decido hacerle un resumen rápido de todo y él ofrece que su chófer me lleve hasta la estación de autobuses más cercana. Yo acepto solo porque JYP podría ir a buscarme en cuanto se de cuenta. Una vez el coche enciende, suelto todo el aire acumulado. Entonces, veo a mi nuevo amigo y pienso mientras le acaricio su cabecita:

Mamá y papá me matarán. Además, debo conseguir otro empleo.

Cisne Sin T De Te QuieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora