Los hijos de Sacor (parte 1)

5 1 0
                                    

Guiados por los chimpancés, Neafi y su compañía caminaron toda la noche y conforme fueron subiendo guiados por el río pudieron notar cómo había piedras talladas que denotaban que seres con inteligencia habían poblado esos lugares. Sin embargo, estaban llenos de musgo y destruidos, como si hubiera pasado mucho tiempo desde que alguien los hubiera tallado. El retoño era llevado por Maca en sus manos, cubierto por la tela que impedía que su luz fuera vista.

Llegaron una gran construcción de piedra cuando ya los soles habían aparecido. Un par de gorilas, que custodiaban la entrada, se mostraron confiados cuando Modenco y sus soldados chimpancés entraron por la puerta, pero hicieron gestos de sorpresa cuando vieron a Sefar, el león de melena rojiza y franjas negras.

Entraron a un gran espacio rectangular de suelo enlosado formando una plaza. Alrededor, había casas de piedra, unidas en una hilera perfecta. Arriba de esta hilera, había otra hilera de casas, luego una tercera, como una gran escalinata que se unía a la muralla alrededor. Todas las casas convergían hacia la plaza central y parecía como si la ciudad amurallada estuviera enclavada en un pequeño monte, llena de árboles, como si la selva se la estuviera engullendo. Al final del rectángulo, en el extremo opuesto de la entrada, había un edificio de triple altura. Se caracterizaba en que tenía dos columnas en el frente y varias otras columnas pequeñas alrededor que la sostenían. Arriba de su puerta, en el centro, tenía grabado un heptágono invertido que estaba desgastado. Había una escalera desde donde se podía acceder.

La ciudad estaba ocupada por diversos primates: Monos pequeños, chimpancés, gorilas, orangutanes, etc. Todos podían hablar con fluidez y algunos usaban ropas sencillas. Comenzaron a murmurar cuando vieron a Modenco llegar con el león, el ciervo pardo, el becerro alazán, el carnero de lana blanca y la niña de cabello orcuro.

El grupo caminó hasta colocarse frente al edificio principal. Modenco subió algunos peldaños de la escalera y le dijo a uno de los gorilas que la vigilaba:

—Sorta, por favor avisa al Shofaf Nad que quiero verlo.

El gorila asentó con la cabeza y entró a la enorme casa. Luego de un momento salió un gorila viejo de pelaje grisáceo, estaba vestido de una camisa sin mangas, pegada al cuerpo; tenía en el pecho un adorno cuadrado de piedras brillantes que le daba autoridad. Al verlo, todos los chimpancés pusieron una rodilla en el suelo. Neafi y los animales, al ver esto, se inclinaron como pudieron, para no ser irrespetuosos. Luego de unos segundos, regresaron a su posición original.

—Shofaf Nad, durante la noche respondimos a la caída de un reptil y mientras ejecutábamos nuestra misión nos encontramos a este grupo extraño formado por un león, un ciervo, un toro, una oveja y una niña —explicó Modenco—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Shofaf Nad, durante la noche respondimos a la caída de un reptil y mientras ejecutábamos nuestra misión nos encontramos a este grupo extraño formado por un león, un ciervo, un toro, una oveja y una niña —explicó Modenco—. Luego de interrogarlos, me di cuenta que todos tenían una lengua fácil y un entendimiento superior a los demás animales, así que les seguí haciendo preguntas y ellos me dijeron que vienen del Norte, enviados por una vidente de la Luz llamada Viali.

—Vitali —corrigió Ivé, interrumpiendo al chimpancé.

—Y esta vidente —Modenco siguió hablando, ignorando flagrantemente el comentario del becerro—, les dijo que deben de ir a Veter. Sin embargo, durante su viaje sufrieron por un naufragio, provocado por lo que ellos interpretaron como una manifestación de la Luz. Por eso los he traído hasta ti, pues sé que todo esto es de tu interés y competencia, como líder espiritual de este pueblo.

El reino Rojo. Los tres reinos de AmnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora