7- Pueden llamarme Tony

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El castaño llegó a su oficina hecho un manojo de nervios y llanto ignorando completamente la presencia de su jefe en su despacho que lo miraba confundido cuando pasó corriendo frente a él.

-Anthony, ¿está bien? –Tony asustado porque su jefe lo despidiera por llorar en el trabajo comenzó a limpiarse los rastros de lágrimas en su rostro-

-Sí señor –fue todo lo que alcanzó a decir sin hacer notar su dolor, Steve se acercó a la pequeña oficina observando a Tony desde la puerta-

-¿Está llorando? –se sentó frente a Tony-
-No, solo se me metió una basurita en el ojo y no podía quitármela, pero ya salió –Tony esbozó su mejor sonrisa y Steve no pudo más que pasar su mano por el rostro del chico-

-No tiene que mentirme, dígame que le pasó –Steve lo miró con esos ojos profundos que espantaron a todos los demonios de Tony, así de fuerte era el impacto que tenía ese hombre en él-

-Fue mi culpa, invadí el espacio personal del señor Loki cuando acompañaba a la modelo –Steve cayó en cuenta, lo había olvidado, Tony le había cubierto su infidelidad y conocía perfectamente a Loki, sabía que era capaz de hacer llorar a ese pobre niño sin el menor remordimiento- y debí quedarme fuera de su taller, lo lamento señor Steve, no volverá a pasar

-Tiene razón, no volverá a pasar –Steve se levantó de su asiento- Loki no le puede hablar así –el corazón de Tony estaba a punto de salir disparado de su pecho, todo lo que sentía hace un momento había desaparecido por completo, una sentimiento cálido y embriagador había sustituido la fría y amarga sensación del anterior encuentro- y una cosa más Anthony…perdóneme por el numerito de la modelo, no sabía que usted trabajaba –miró en entorno- aquí, creí que era el cuarto de servicio

Steve se fue de allí dejando a Tony tontamente calmado y listo para empezar su día, que acababa de mejorar milagrosamente. Al llegar la hora del almuerzo Tony se disponía a salir de su oficina cuando quedó en medio de una conversación entre Peggy, Sharon y Steve.

-¿Quién le dio órdenes a Sharon de llevar mi agenda personal? –Steve se escuchaba molesto-

-Fui yo, es tu secretaria, es su función llevar tu agenda y movimientos financieros

-Pues no Margaret porque de mi agenda y los asuntos financieros de presidencia se encargará Anthony

-¿Esa cosa? –Sharon interrogó indignada y expectante de cuáles serían sus nuevas funciones- ¿Entonces yo que se supone que haré?

-Tú, querida Sharon te encargarás de los cafés, los mensajes y las llamadas ¿está claro?

-Pero…Peggy –la mencionada no salía de su asombro- Steve…

-¿Y tú no dices nada? –interrumpió Margaret en un tono de enfado-

-Tony…pueden llamarme Tony -aquella respuesta de alguna manera le provocó una pequeña sonrisa a Steve-  

Los feos no ligamos con guapos STONY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora